Cara a cara: Range Rover Sport y VW Touareg V6. Duelo de alto nivel.
Hace unos años, hubiera sido impensable que un Volkswagen le plantara cara a un Range, pero el nuevo Touareg lo hace sin complejos…
La oferta SUV no para de crecer año tras año y la escalada de potencia y tecnología de los modelos más sofisticados los ha convertido en vehículos casi de ciencia-ficción si los comparamos con sus antecesores. Ése es el caso del Range Rover, a punto de cumplir medio siglo de existencia desde que en 1970 creara éste, entonces, innovador segmento.
Respecto al Touareg, es diferente y nació hace relativamente poco tiempo si se compara con el Range y lo hizo fruto de las sinergias del Grupo VW. La alemana aprovechó que Audi y Porsche también lanzaban sus enormes todocaminos, los Q7 y Cayenne, para crear el Touareg. A día de hoy, todavía sigue emparentado con ellos.
Ahora estos rivales se enfrentan con motores Diesel de alrededor de 300 caballos de potencia, con unos consumos sorprendentes para su potencia y su tamaño y unas prestaciones que serían dignas de un deportivo de hace solo unos pocos años.
Todo a lo grande
Los conductores que se ponen por primera vez al volante de uno de estos SUV se sienten intimidados por su tamaño, pero lo cierto es que su longitud es la misma que la de berlinas como el Ford Mondeo o el Opel Insignia, aunque su altura sí es mucho mayor. Al respecto, destaca el Range, más alto de carrocería y de puesto de conducción, al que hay que subirse literalmente. Por dentro el Touareg ofrece una mayor sensación de anchura, aunque la diferencia con el Range es mínima, pero un parabrisas más inclinado y bajo trasmite esa impresión. La habitabilidad es muy similar en los dos en todas las cotas, incluso el maletero, aunque el Touareg ofrece una banqueta trasera deslizante que permite modular el espacio entre pasajeros y carga, mientras que en el Range podemos contar con la opción de llevar rueda de repuesto normal y en el Touareg solo de emergencia.
El Range es más cómodo en cualquier circunstancia y más capaz en campo gracias a la reductora –opcional–
El diseño interior y la calidad de ambos es impecable. El Range recurre a tres pantallas para su sistema Touch Pro Duo, una de 12,3 pulgadas para la instrumentación y dos táctiles de 10 pulgadas en la consola central para el equipo multimedia y los diferentes controles del vehículo. En el Touareg, el Innovation Cockpit cumple la misma función pero en este caso con una pantalla para la instrumentación, también de 12,3 pulgadas, y otra enorme, de 15 pulgadas, para el equipo multimedia. A pesar de la ausencia de interruptores su manejo es perfecto porque hay comandos para acceder directamente a algunas funciones, con lo que no hay que ir saltando de menú en menú. Los asientos son magníficos en los dos, con múltiples reglajes eléctricos y el Range añade, además, la posibilidad de montar siete plazas, aunque las dos últimas algo escasas de espacio y recomendadas solo para ser usadas por niños.
Mandan los V6
Aunque el Range ofrece una extensa gama de propulsores, de cuatro a ocho cilindros, hemos elegido el turbodiésel V6 más potente, el que puede enfrentarse al bloque más poderoso del Touareg, disponible solo con un V6 de gasóleo en dos niveles de potencia. Los dos SUV van acoplados a cambios automáticos de ocho relaciones de convertidor de par. A pesar de que hay 20 caballos de diferencia entre uno y otro rival, el menor peso del VW hace que la relación peso/potencia sea casi idéntica en los dos, 7,1 kilogramos/caballo en el Range y 7,2 en el Touareg.
El rendimiento real de los dos es tan similar que es casi imposible establecer diferencias, pues tanto en respuesta como en consumos, las diferencias son mínimas. Puestos a hilar fino, el Touareg parece ser algo más contundente en recuperaciones y aceleración, algo que puede deberse a unos desarrollos de cambio algo más cor-
tos. También la sonoridad queda algo más amortiguada en aceleraciones fuertes pero, en los dos casos, son realmente silenciosos y es difícil apreciar que son Diesel.
Las similitudes técnicas entre estos dos sofisticados 4x4 siguen cuando nos ponemos a comparar sus chasis. La distancia entre ejes es dos centímetros superior en el Range con casi idénticas longitudes. Con la suspensión independiente en las cuatro ruedas encontramos la primera salvedad, ya que en el Touareg los muelles neumá- ticos son opcionales –2.355 euros– y en el Range vienen de serie. La diferencia en comodidad entre los muelles tradicionales y los de serie es abismal. En el caso del Touareg puede añadir la dirección a las cuatro ruedas, que reduce el diámetro de giro en un metro, aunque nuestra unidad de pruebas no la montaba.
La tracción total es, por supuesto, de serie, pero el Touareg de tercera generación ya no ofrece la reductora ni en opción, un elemento que sí puede equipar el Range y que marca distancias en campo, junto con la suspensión neumática, que en el inglés llega a alcanzar una altura libre de 27,4 centímetros una cota a la que se acerca el Touareg con los muelles de aire –26 centímetros–.
Vocaciones diferenciadas
A pesar de las similitudes en tamaño, potencia y rendimiento de los motores, al volante las cosas cambian y cada uno de estos rivales deja claro cuál es su carácter y la filosofía con que fueron diseñados. El Range tiene la comodidad y la efectividad en campo como premisas, a pesar de ser el Sport, con un tamaño más recortado y unos ajustes algo más firmes para ofrecer
El Touareg tiene un comportamiento más ágil en asfalto, con una suspensión que varía de forma más apreciable su dureza
mayor agilidad. Incluso en los diferentes programas de conducción se aprecia esa vocación, ya que cuenta con dos configuraciones para asfalto, Eco y Comfort, mientras que para campo ofrece varias combinaciones: hierba/gravilla/nieve, barro/roderas y un tercero para arena. En el Touareg es al revés y tenemos cinco modos de conducción para asfalto –Eco, Comfort, Normal, Sport y Snow–, además de uno Individual para configurar cada parámetro por separado y uno offroad que, a su vez, se divide en dos, Auto y Experto.
Así las cosas nos ponemos al volante y en autopista y carretera amplia y en buen estado la comodidad es absoluta en los dos. La sensación es de que nada parece alterar el magnífico confort de marcha que se disfruta en sus amplios habitáculos. Pero en cuanto empiezan las curvas las diferencias comienzan a aparecer y el Touareg se muestra más ágil, con una rapidísima dirección que sólo exige 2,1 vueltas de volante como máximo, frente a las 2,7 del Range. Además, la dureza de suspensión varía mucho en los diferentes programas de conducción del alemán, pasando de un tarado verdaderamente suave a otro mucho más firme y con unos balanceos casi inexistentes cuando seleccionamos el modo Sport.
En el Range los movimientos son más amplios pero siempre contenidos, sin duda porque sus suspensiones tienen más recorrido libre y están pensadas para mantener toda su eficacia en las condiciones más duras de la conducción todoterreno. También en el ‘calzado’ hay diferencias y el Range montaba las cubiertas de serie 255/55 en llanta 20, mientras que el Touareg llevaba las opcionales de 285/40 con un diámetro de 21 pulgadas.
Y llegados a este punto, hablar de la factura final en este tipo de vehículos es lo más ‘doloroso’ pues, a pesar de sus ser los acabados HSE para el Range y RLine en el Touareg, la lista de opciones es interminable y hay que pagar aparte elementos que podríamos pensar que son de serie como algunas ayudas la conducción o la rueda de repuesto.