Decálogo. Combate el frío del invierno.
Que seas un entusiasta del invierno no implica que tu vehículo lo disfrute. Durante esos meses, todos sus componentes se resienten, sobre todo si lo dejamos 'durmiendo' a la intemperie # KARAM EL SHENAWY
Suena extraño, sí, pero a medida que nos acercamos al final del invierno, éste suele ser mucho más crudo. Cambio climático o no, lo cierto es que los meses de enero y febrero suelen ser los más hostiles a la hora de que las temperaturas bajen. Condiciones que pasan factura a todos, incluidos nuestros vehículos, los cuales, 'abandonados' a la intemperie hasta que los cojamos al día siguiente, sufren cuales tortugas panza arriba todas las inclemencias de la estación más gélida. No obstante, no solo hablamos del frío, sino también de la lluvia, el hielo o el viento. Todos estos factores afectan a las distintas partes de tu vehículo. Aquí te contamos en qué manera. LAS MEJOR CUIDADAS. Hay que prestar especial atención a los neumáticos, sobre todo si no son de invierno. Vigilar presiones y rodar con calma, son aspectos primordiales.
1 LOS NEUMÁTICOS
En innumerables ocasiones hemos hablado de la importancia de tener en buen estado las ruedas. Son el único elemento en contacto real con la carretera y por eso su mantenimiento es indispensable. En invierno, uno de los aspectos esenciales es comprobar la presión de los mismos de manera más asidua. Por cada cinco grados que baje la temperatura ambiente, la rueda puede llegar a perder unos 0,07 bares (1 psi). Optar por unos neumáticos de invierno facilita las cosas, pero no evita que sigamos igual de pendientes a su mantenimiento, sobre todo si vivimos en zonas más complicadas.
2 COMPONENTES DE GOMA
Igualmente, al ser un compuesto mayoritariamente de goma, el frío provoca que pierdan elasticidad, sobre todo cuando hay menos de diez grados centígrados en el exterior. Este hecho es extrapolable al resto de partes del vehículo tales como sellos, burletes y molduras, pero también las correas y los manguitos del motor.
3 LOS LÍQUIDOS
El más importante en esta estación será el anticongelante. Su función es la de conseguir siempre la temperatura óptima de funcionamiento de nuestro motor. Hay que tener especial cuidado con él durante estos meses, revisando su nivel periódicamente y cambiarlo una vez alcanzado los kilómetros mar- cados por el fabricante. Con el resto de líquidos, hay que tener también especial atención. Por ejemplo, el contenido del limpiaparabrisas se congela a cero grados si es agua o a menos cinco si es específico –nunca con alcohol–.
4 EL ACEITE
Aunque también es un líquido, lo mencionamos aparte. En condiciones gélidas, la 'sangre' del motor se vuelve más viscosa. El de tipo 20W-xx lo hace a partir de los -10 o -15ºC, perdiendo sus propiedades como lubricante. Los aceites clasificados 10W o menos pueden mantener su viscosidad inalterada a temperaturas incluso inferiores, tanto como -40ºC, en el caso de un aceite 0W-xx. Por contra y por suerte, otros líquidos que no se congelan son el combustible –habría que alcanzar cifras de -80 o -90ºC–, ni el de frenos.
5 LA BATERÍA
Un aspecto a tener en cuenta es la batería, que cede capacidad para suministrar corriente alrededor de cero gra-
dos. Es más, a -10ºC pierde la mitad de su potencia y dificulta el arranque. Si el circuito de refrigeración contiene agua o mucha proporción de ésta comenzará a congelar desde cero grados, pero se mantendrá líquido hasta -40ºC si, como mucho, contiene la mitad de agua.
6 LOS CRISTALES
Hay que tener especial cuidado con los cambios bruscos de temperatura, pues podrían rajar el parabrisas. Existen varios métodos para eliminar la capa de hielo: rascadores, alcohol, una mezcla de agua o vinagre... Pero nunca hemos de echar agua hirviendo. Tampoco es aconsejable echar sal ni accionar el 'limpia' al primer instante.
7 LAS CERRADURAS
Ojo porque con frío extremo puede bloquear tus cerraduras. Éstas se pueden congelar, al igual que las puertas sellar a causa de la mayor rigidez de las gomas.
8 LAS LUCES
Al haber menos horas de luz, su uso es más intensivo. Por eso, hay que cuidarlas mucho más. Y es que en invierno es más fácil que se empañen o ensuciarse. Regúlalos correctamente para que la visibilidad no se vea reducida, evitar deslumbramientos y que los otros conductores puedan vernos.
9 EL GASTO AUMENTA
Otra de las consecuencias del invierno es el aumento del gasto de combustible. Conectar a tope la calefacción, activar la resistencia o no dejar que todos los líquidos cojan temperatura, aumentara el gasto. ¡Ah! Y aumenta la distancia de seguridad y no apures, pues los frenos pierden también un poco de eficacia.
10 ¿Y LOS COCHES ELÉCTRICOS?
El frío también pasa factura a los eléctricos –los híbridos aguantan más–. La carga de la batería es menor reduciendo la rapidez con la que fluye la energía. Igualmente, se limita la frenada regenerativa, mientras que el aceite de la transmisión se espesa, provocando un descenso en la autonomía de sus baterías. En referencia a esta última, conectar la calefacción también provoca una reducción del recorrido. Una solución es precalentar el habitáculo mientras lo cargamos.