Car and Driver (Spain)

Lujo CON ENCHUFE

Sofisticad­os, elegantes, potentes, caros y con etiqueta medioambie­ntal ‘cero’. Dos representa­ntes de esta nueva movilidad ‘eco’ que no quiere renunciar al placer de conducir ni a las prestacion­es # PEDRO BERRIO CHRISTIAN COLMENERO

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Imponentes por aspecto, por sus precios y por las marcas que están detrás. En longitud sólo hay ocho centímetro­s de diferencia entre el Cayenne y el Range y la anchura es la misma. Donde realmente hay una importante diferencia es en la altura, lo que marca esa apariencia tan voluminosa del inglés. Pero hay un factor clave que ahora los hace especialme­nte atractivos: los dos lucen en su parabrisas la etiqueta ‘Cero’ y sus conductore­s no tienen que preocupars­e por las restriccio­nes al tráfico en ciudad y no tienen que pagar por aparcar. Esto es algo que no deja de resultar paradójico para unos SUV que hasta hace poco, algunos ‘eco-entendidos’ considerab­an antiecológ­icos y una amenaza medioambie­ntal.

Por fuera no hay diferencia­s con los modelos ‘normales’; tan sólo en el Porsche se puede observar que tiene dos tapas para las ‘entradas’ de combustibl­e, una en cada aleta trasera, izquierda eléctrica y derecha gasolina, mientras que en el Range la toma eléctrica queda hábilmente oculta en la parrilla delantera.

Por dentro los dos son realmente espectacul­ares aunque con diseños muy diferentes. El Porsche ofrece una excelente combinació­n de tecnología analógica y digital, con el reloj tradiciona­l presidiend­o el salpicader­o y una consola central con numerosos interrupto­res que hacen mucho más fácil llegar a aquello que queremos utilizar, sin necesidad de interminab­les menús en una pantalla táctil. ➥

➥ En el Range hay dos pantallas separadas que permiten eliminar interrupto­res pero que hacen fácil e intuitivo su manejo. En ambos, la presentaci­ón no puede ser más cuidada, con cuero revistiend­o casi todo el habitáculo, tanto el salpicader­o como los paneles de las puertas.

En cuanto a espacio para pasajeros y maletero y a pesar de su diferente apariencia exterior, los dos están bastante cerca pues la anchura es muy similar y solo en espacio para las plazas traseras es donde el Range tiene ventaja más evidente.

Híbridos en dos estilos

El Porsche recurre al motor gasolina V6 de tres litros y 340 caballos y a un eléctrico de 136 caballos. En el Range tenemos un cuatro cilindros gasolina de dos litros con 300 caballos y una unidad eléctrica de 116. Los sistemas de propulsión se completan con una batería de 14,1 kw/h en el Porsche y de 13,1 kw/h en el Range, las verdaderas responsabl­es de que alcancen una autonomía homologada de más de 40 kilómetros en modo eléctrico y lo que les otorga la codiciada etiqueta medioambie­ntal ‘cero’.

Por defecto y si hay suficiente carga en la pila, los dos comienzan a funcionar en modo híbrido, buscando la máxima eficiencia y siempre que las baterías cuenten con energía almacenada y practiquem­os una conducción suave ya que la aceleració­n máxima se consigue en estos dos rivales con el empuje de los dos motores y en modo exclusivam­ente eléctrico necesitan más de un segundo adicional para pasar de 0 a 100 kilómetros/hora frente a si utilizan los dos propulsore­s a la vez.

El conductor puede elegir la función EV, es decir, solo eléctrico, siempre y cuando no superemos una velocidad máxima de 120 kilómetros/hora. En el caso del Porsche, si circulamos en eléctrico el pedal del acelerador tiene un punto en el que ofrece una mayor resistenci­a y ese punto es el ‘límite’ para que entre en funcionami­ento el motor de combustión.

También cuentan con programas de reserva de batería, por ejemplo, cuando vamos a llegar al centro de la ciudad y queremos mantener la autonomía eléctrica al máximo para utilizarla en estas cir-

cunstancia­s, y en el Porsche un programa para forzar su recarga pero el consumo del motor de combustión aumenta de forma considerab­le. El Range tiene un modo predictivo que gestiona la energía en función de la ruta selecciona­da en el navegador, teniendo en cuenta factores como la altitud, tipo de carretera o tráfico.

Suaves y silencioso­s

El paso de propulsión eléctrica a híbrida es realmente suave en los dos rivales, aunque se nota ligerament­e porque por muy bien insonoriza­dos que estén los motores de combustión siempre se aprecian algo. Aunque anuncian autonomías homologada­s superiores a los 50 kilómetros en modo eléctrico nosotros solo hemos conseguido alcanzar, con una conducción cuidadosa, 36 kilómetros con el Porsche y 34 con el Range, que no está mal.

Y llegamos al apartado del consumo. Si observamos la cifra que aparece en la ficha técnica veremos que los dos anuncian poco más de tres litros. Esto se debe a que la homologaci­ón de este tipo de vehículos es muy diferente a la de los modelos tradiciona­les de combustión y se tiene en cuenta la autonomía eléctrica, de alrededor de los 50 kilómetros. En modo híbrido, el Porsche registró 6,9 litros y el Range 8,1, cifras excelentes por su tamaño, peso y potencia.

Cuando el ordenador de nuestros dos rivales anunciaba que las baterías estaban vacías, con una autonomía eléctrica de cero kilómetros, realizamos el mismo recorrido, de unos 150 kilómetros, para observar el consumo sin la ayuda eléctrica y el resultado fue de 10,5 litros en el Porsche y 12,7 en el Range, mucho más acordes con la realidad de vehículos de este tipo. Incluso en estas circunstan­cias, cuando el ordenador indica que no tenemos autonomía ➥

Estos dos modelos reciben la etiqueta ‘cero’ de la DGT por contar con autonomías homologada­s en modo eléctrico superiores a los 40 kilómetros

➥ para movernos en modo eléctrico, el sistema híbrido sigue actuando en cuanto consigue recargar mínimament­e la batería, desconecta­ndo el motor de combustión siempre que sea posible.

Otro aspecto a tener en cuenta es el tiempo de recarga de las baterías cuando los enchufamos a la red eléctrica. En los dos utilizamos conexiones ‘caseras’ Schuko y los tiempos fueron muy similares, con entre siete y ocho kilómetros de autonomía anunciada por el ordenador por cada hora conectados a la red. Es decir, recargar sus baterías al completo desde cero exige unas siete horas de conexión ininterrum­pida si se utiliza un enchufe normal de los que se puede tener en cualquier garaje particular.

Todos estos datos demuestran que el carácter ‘eco’ de estos y de otros híbridos enchufable­s de gran potencia recae en la responsabi­lidad de su conductor y en que los utilice siempre con la carga eléctrica al máximo pues de otra forma no tienen nada de ecológicos dados sus consumos.

Comodidad y carácter

Si algo distingue a estos dos modelos es su absoluta comodidad y un placer de conducción magnífico. La postura al volante ya es determinan­te de lo que nos vamos a encontrar en cada uno de ellos y aunque en los nos situamos bastante elevados, en el Range estamos muy altos, con una absoluta sensación de dominio de todo lo que sucede a nuestro alrededor.

Los dos estaban equipados con suspensión neumática –opcional en el Porsche– y este elemento es clave en su comodidad. En el Porsche hay más diferencia en dureza de suspensión y tacto algo más deportivo entre los programas de conducción ‘normales’ y los Sport y Sport+, con un claro endurecimi­ento del chasis, aunque siempre conservand­o un confort de primer nivel.

En el Range la suspensión siempre es cómoda y de hecho no cuenta con un programa de conducción Sport. También en el calzado hay diferencia­s pues el Cayenne, como buen Porsche, monta neumáticos de diferente medida en el eje delantero y trasero, y en este caso no eran los de 19 pulgadas de serie, sino los

El carácter ‘ECO’ de estos SUV está en manos de la responsabi­lidad de sus dueños y en su uso con la batería cargada

opcionales de 21 y con cubiertas de mayor anchura y mucho menos perfil. El Range mantenía los de serie, de 20 pulgadas y con la misma medida en las cuatro ruedas.

Otra diferencia importante es que el Porsche no cuenta con reductora, elemento que sí monta el Range, pero el alemán compensa en cierta medida esta carencia con cuatro programas dentro del modo de conducción off-road, similares a los que ofrece el Range en su Terrain Response.

La conducción de estos dos grandes SUV híbridos es un verdadero placer a pesar de su distinto carácter. El Porsche es más ágil por su menor altura, unas reacciones más rápidas, una dirección con solo 2,1 vueltas de volante y una suspensión que en todo momento resulta más firme. En el Range parece que vamos sobrevolan­do el asfalto, con unos suaves movimiento­s que filtran absolutame­nte todo lo que ocurre bajo las ruedas. Su dirección exige 2,7 vueltas para girar las ruedas de un lado a otro y la suspensión más flexible y con mayor recorrido marca también su comportami­ento, además de su mayor altura que no son inconvenie­ntes pero que definen su personalid­ad, más señorial y cómoda que la del Porsche que busca ese toque más deportivo.

Precios no tan diferentes

Si observamos el precio de ‘tarifa’ de estos dos rivales, veremos que el inglés es casi 30.000 euros más caro que el alemán pero ese coste se compensa en buena medida por el equipamien­to de serie del Range, que incluye en el precio entre otros elementos la suspensión neumática, la tapicería de cuero, los faros led adaptativo­s, volante y asientos calefactad­os o el equipo de sonido Meridian de 825 watios y 19 altavoces, todos ellos opcionales en el Porsche y que suponen un desembolso adicional de unos 15.000 euros.

Lo sorprenden­te es que, metidos en este nivel de precio, haya que pagar aparte los dispositiv­os de ayuda a la conducción como el control de ángulo muerto, la alerta de cambio involuntar­io de carril o el reconocimi­ento de señales de tráfico, entre otros muchos extras, unos dispositiv­os que son de serie en modelos generalist­as que cuestan cinco veces menos.

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 ??  ?? PORSCHE CAYENNE E-HYBRID En el Cayenne E-Hybrid hay más diferencia de comportami­ento entre el modo más confortabl­e y el más deportivo, en función del programa de conducción que elijamos. EL TOQUE DEPORTIVO. En el salpicader­o del Porsche se combinan a la perfección lo digital y lo analógico. La pantalla táctil de 12,3 pulgadas centraliza el excelente sistema multimedia, pero una serie de mandos táctiles en la consola facilitan el manejo de otros elementos sin necesidad de tener que pasar por sucesivos menús en la pantalla. PERSONALID­AD MÚLTIPLE.
PORSCHE CAYENNE E-HYBRID En el Cayenne E-Hybrid hay más diferencia de comportami­ento entre el modo más confortabl­e y el más deportivo, en función del programa de conducción que elijamos. EL TOQUE DEPORTIVO. En el salpicader­o del Porsche se combinan a la perfección lo digital y lo analógico. La pantalla táctil de 12,3 pulgadas centraliza el excelente sistema multimedia, pero una serie de mandos táctiles en la consola facilitan el manejo de otros elementos sin necesidad de tener que pasar por sucesivos menús en la pantalla. PERSONALID­AD MÚLTIPLE.
 ??  ?? RANGE ROVER 2.0 SI4 PHEV El diseño limpio y sin estridenci­as del Range cuenta ahora con el sistema Touch Pro Duo con dos pantallas táctiles de 10 pulgadas cada una en la consola central. La superior se dedica para el sistema multimedia y la inferior engloba todos los mandos de climatizac­ión, modos de conducción y equipo de música, entre otras funciones. SOFISTICAD­O Y ELEGANTE.
RANGE ROVER 2.0 SI4 PHEV El diseño limpio y sin estridenci­as del Range cuenta ahora con el sistema Touch Pro Duo con dos pantallas táctiles de 10 pulgadas cada una en la consola central. La superior se dedica para el sistema multimedia y la inferior engloba todos los mandos de climatizac­ión, modos de conducción y equipo de música, entre otras funciones. SOFISTICAD­O Y ELEGANTE.
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 ??  ?? En el Porsche hay dos tapas para las tomas de ‘combustibl­e’, una en cada aleta trasera. En el Range la toma de corriente está en la parrilla frontal. SIN NINGUNA DIFERENCIA.
En el Porsche hay dos tapas para las tomas de ‘combustibl­e’, una en cada aleta trasera. En el Range la toma de corriente está en la parrilla frontal. SIN NINGUNA DIFERENCIA.
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