Skoda Karoq Scout. Probamos la variante Diesel 4x4 de esta preparación offroad.
El Karoq acentúa su vertiente más divertida en esta versión que cuenta con un atractivo kit estético y modificaciones mecánicas que nos permiten dejar el asfalto con mayor confianza
Ala espera del nuevo Kamiq, el SUV urbano que completará la oferta de la marca en el segmento más 'de moda' en este momento y que verá la luz en septiembre, la marca va ampliando la oferta del Karoq con el lanzamiento de diversas variantes, caso éste del acabado que protagoniza esta prueba; el Scout. Como su propio nombre indica se trata de una preparación 'campera' del Karoq, más allá de lo meramente estético que salta a la vista, incluye algunas modificaciones mecánicas como son la tracción integral de serie con casi todos los moto- res y un incremento de la altura libre de la carrocería, que pasa de 170 milímetros a 183. En materia estética el conjunto incluye protecciones cromadas frontales, traseras y laterales, con una función más estética que funcional, así como llantas exclusivas de 18 ó 19 pulgadas.
Protección adicional
Opcionalmente existe el paquete Rough Road, que añade protección de bajos para circular sobre piedras con total seguridad. En el interior estrena tapicerías textiles muy resistentes y de tacto muy
La diferencia de precio respecto a la variante convencional del Karoq ronda los 4.000 euros, que están más que justificados
agradable, que incluye la inscripción Scout en los asientos, así como volante multifunción, pedalier en aluminio y goma e iluminación ambiental propia. Al igual que ocurre en la variante convencional del Karoq, la sensación de calidad es la nota predominante, aunque algún plástico de la zona de la guantera no está a la altura. Opcionalmente disponemos de cuadro de relojes TFT mediante pantalla de 12,3 pulgadas así como pantalla central de 9,2. La habitabilidad es excepcional, tanto delante como detrás, siempre que hablemos de cuatro ocupantes, y especialmente si contamos con el sistema Vario- flex, que cuesta 320 euros y se compone por tres butacas posteriores individuales que se deslizan longitudinalmente para ganar espacio de carga o de piernas. Las butacas pueden llegar a quitarse por completo, lo que nos permite disponer de un espacio total de 1.810 litros, cifra que en condiciones normales oscila entre los 479 y 588 litros de maletero en función de cómo coloquemos las butacas traseras.
Marca de la casa
Desarollado a partir de la plataforma MQB del grupo, este modelo encuentra su compañero de viajes perfecto
El motor 2.0 TDI le permite ofrecer unos consumos realmente contenidos si tenemos en cuenta el peso del conjunto y el 'lastre' de la tracción integral
en el motor TDI 150, tanto por refinamiento mecánico como por funcionamiento y consumos, absolutamente comedidos si los comparamos con los del TSI de 150, que se muestra menos enérgico a la hora de lidiar con el peso y la aerodinámica del coche.
Al volante la suavidad tanto de suspensión como de funcionamiento mecánico es la nota predominante. A la espera de la inminente aparición de la variante con cambio DSG hemos podido conducir la que incluye la caja manual de seis marchas, un conjunto excelente gracias al generoso par motor que nos permite 'rutear' con total comodidad sin hacer uso constante de la palanca de cambio, con aceleraciones brillantes y adelantamientos rápidos y precisos.
El tacto de conducción resulta ligeramente filtrado, especialmente en montaña, pero no detectamos inclinaciones de carrocería ni rebotes importantes en apoyo. En condiciones normales rodamos en tracción delantera, y como es habitual en la quinta generación del sistema 4x4 los reenvíos de par son instantáneos y apenas los percibimos, salvo porque recuperamos la capacidad de tracción y con ello nuestra trayectoria.