Rolls-Royce Cullinan.
¿De quién ha sido la idea de crear un Rolls todocamino? Bajo ese diseño un tanto peculiar se encuentra uno de los coches más exclusivos del mundo. Se llama Cullinan y soñarás con él…# JARED GALL / K.EL SHENAWY
El lujo británico se pasa al off road. ¿Mantendrá su exclusividad aun habiéndose manchado de barro?
Suena un poco pretencioso la primera vez que escuchas a un representante de Rolls-Royce referirse a los patrocinadores de la marca. Por supuesto, se refieren a todos aquéllos que adquieren Rolls-Royce como vehículo principal. La mayoría de las marcas los llamarían compradores, y sólo aquéllas que tengan un espíritu más humilde se referirán a ellos como clientes… Pero, ¿patrocinadores? El mundo del arte tienen mecenas, por lo que definirlos con la primera palabra quizá resulte más humilde de lo que parece en un primer instante.
Desde que aparecieron los primeros Audi Q7, Porsche Cayenne y BMW X5 –atentos al X7, primo hermano del Cullinan–, todas los fabricantes de prestigio han visto cómo la fórmula SUV ha resultado ser un buen gancho para atraer nuevos compradores, e incluso, para aumentar su gama con modelos de corte más pequeño: Porsche Macan, Jaguar F-Pace y EPace, Alfa Romeo Stelvio, Range Rover Sport y Evoque… Pero, últimamente, nos preguntamos si no hay un cierto nivel, por encima del cual, el estatus de una marca sea tan grande, tan sagrado, ➥
A diferencia de otras marcas de lujo, en Rolls-Royce fueron los propios clientes quienes pidieron que se fabricara un todocamino, y esos mismos clientes dieron el visto bueno al diseño
➥ que sus compradores, perdón, sus clientes, simplemente no quieran portar la insignia en un SUV. El Maserati Levante lucha contra el Ghibli, y el Bentley Bentayga está a la par con los Continental y Flying Spur. En cambio, en Rolls fueron los propios clientes quienes pidieron que fabricaran un todocamino, y a ellos fue a los que se consultó sobre su diseño. Las respuestas: tiene que ser un vehículo, de magnitud, con un habitáculo amplio propio de los modelos del fabricante inglés y sin obviar las alfombrillas de lana de cordero que parecen decirnos "descálzate y deléitate".
Por una suma de dinero que únicamente puede verse en el talonario de un jeque, Rolls personalizará el Cullinan a los gustos de su comprador. Si no, la lista estándar contempla 21 colores de piel, ocho opciones de madera, 32 tonos para la carrocería y siete tipos de llantas. Del mismo modo, sorprende que una marca tan tradicional como esta haya optado por ofrecer un cuadro de instrumentos digital en lugar de seguir empleando las agujas analógicas y, en cambio, sí haya optado por diales físicos para emplear el climatizador.
Por mucho Rolls que sea, el Cullinan es un SUV. Por eso, la marca nos brindó el mismo tiempo de conducción dentro que fuera del asfalto. Un recorrido 4x4 que nos llevó a circular por una de las pistas de esquí más empinadas de EEUU, el Snow King Mountain de Jackson, en el estado de Wyoming. Suena amenazador y una vez ascendemos unos 350 metros del centro de Jackson, sí resulta inquietante.
Sin miedo a mancharse
No obstante, la organización fue cauta y nos llevó por las pistas de mantenimiento, que ensucia la preciosa carrocería más que tratarse de una zona complicada. Pero, incluso con la suspensión en modo
Este SUV lleva el nombre de la joya más grande de la historia aunque, en este caso, lleva ruedas y carece del brillo de un diamante…
Off Road, que eleva el vehículo cuatro centímetros sobre los 19,3 centímetros de origen, uno debe tener cuidado. Hay que tener en cuenta que tanto el eje de la transmisión como el sistema de escape 'cuelgan' bajo el piso, dejando ambas zonas críticas muy cerca de tierra firme.
Un escalofrío que surge al atravesar caminos bacheados, más aún si nos colocamos en la parte posterior, donde teóricamente viajarán cualquiera de sus 'patrocinadores'. Por tanto, pese a sus notables cualidades, el Cullinan se mostrará más confortable por autovía, donde parece flotar gracias al excelso aislamiento acústico. Comparte es- quema de suspensiones con el Phantom, muelles neumáticos que conforman una de las partes de la denominada 'Arquitectura del Lujo' que suena tan pretencioso como 'patrocinadores' pero que se justifica en los casi 300.000 euros de los que parte.
En lo que respecta al tren motriz, el protagonismo se lo lleva un V12 biturbo de 6,75 litros con 571 caballos y 88,7 kilográmetros de par. Ahora bien, para pagar por uno de ellos, hay que saber cómo generar dinero, porque el trabajo duro por sí solo no engendra tanta fortuna como para ser propietario de un Rolls. Este Cullinan existe porque Rolls-Royce lo ha hecho.