Cara a cara: Audi Q3 y BMW X1. ¿Qué SUV de gasolina se impone?
A la espera del nuevo Evoque, la segunda generación del Q3 trata de imponer su ley frente al admirado BMW X1
La aparición del nuevo Audi Q3 trae a la palestra el segmento de los crossover compactos de lujo, un tipo de vehículos que resume la quintaesencia de los SUV, y entre los cuales, BMW brilla con luz propia tanto con el inmenso X 3 como con los X 1 y X 2, vehículos pioneros de un segmento que está de máxima actualidad con la in minente aparición de la segunda generación del Range Rover Evoque. Lanzado en 2011 y actualizado en profundidad en 2014, el Q3 pega un estirón en esta su
segunda generación creciendo 9,7 centímetros de longitud para alcanzar los 4,48 metros, una cifra que acompañada de un ligero incremento de la anchura –1,8 centímetros– le permiten ofrecer un habitáculo realmente amplio y aprovechable para cuatro ocupantes, pues como es habitual en este tipo de vehículos, la quinta plaza es de uso meramente ocasional. El maletero alcanza también unos sobresalientes 530 litros de capacidad, una cifra respetable que podemos incrementar hasta los 675 si deslizamos longitudinalmente el banco posterior –hasta 15 centímetros– a costa de espacio para las piernas. Desarrollado a partir de la plataforma MQB, la misma de los Audi A3 o Volkswagen Golf, cuenta con una generosa distancia entre ejes que favorece la habitabilidad, uno de sus grandes secretos.
Calidad integral
Enfrente, el BMW X1, con un interior que paga el canon de contar con una carrocería cinco centímetros más corta que el Audi, aunque aun así ofrece una plazas traseras más que correctas con una banqueta deslizante en 13 centímetros que permite ganar maletero o espacio de piernas y un portaequipajes que se queda a sólo 25 litros de su rival. Diferencias que en ningún caso llegan a ser de importancia como para decantar la balanza a favor de uno o de otro.
Fieles a su esencia, el X1 exprime más su vocación deportiva, con una posición de conducción más baja y tendida que la del Audi; de hecho a veces nos ➥
➥cuestionamos si vi a jamo sabordo de un SUV, pues vamos realmente bajos. Desde el puesto de conducción detectamos un entorno muy previsible en la marca, y es que el salpicadero aún no luce la nueva línea de diseño de interiores de la firma, aunque la calidad de fabricación y los ajustes son muy buenos pese a que algunos materiales plásticos son mejorables en un vehículo de este precio y categoría. En paralelo se echan de menos elementos como el cuadro de relojes 100% digital y algo más de simplificación en la abundante botonería existente.
La juventud del Q3 le permite entrar de lleno en la era digital, contando con Virtual Cockpit –cuadro de relojes 100% digital– de serie en su variante de 10,25 pulgadas, si bien podemos optar por una pantalla de 12,3 de forma opcional. Se trata de un entorno más tecnológico y que permite una amplias posibilidades de personalización, con detalles de acabado en aluminio, Alcantara, black piano y una lista realmente amplia de acabados, elementos que configuran un interior a la carta. En la carrocería ocurre algo similar, pues en este caso a los 11 colores ofrecidos en el configurador se ofrecen opciones como la de pintar en negro la parte baja de los laterales de la carrocería o incluir molduras metálicas.
Partiendo de un equipamiento de serie algo más amplio en el Audi, ambos ofrecen un listado de opcionales y de packs de acabado que puede llegar a abrumar e incluso doblar el precio del vehículo. En materia de seguridad recomendamos contar siempre con los programadores activos de velocidad –disponibles en ambos–, así como con luces led –de serie en el Q3– y el sistema de alerta por cambio de carril involuntario o tráfico cruzado, elementos que hacen que nues
tro automóvil sea mucho más seguro. Denominado S Line en el Audi o pack M en el BMW ambos cuentan con unos interesantes paquetes sport cerrados que incluyen elementos como los asientos deportivos o los pedales en aluminio, sin duda altamente recomendables, tanto desde un punto de vista funcional como estético, pues realzan el conjunto haciéndolo mucho más atractivo.
Esquemas delanteros
Mecánicamente y pese a que ambos cuenta con variantes de tracción integral, la opción más lógica si tenemos en ➥
Las opciones de equipamiento y personalización son interminables en estos SUV, que aúnan simplicidad mecánica, al carecer de tracción integral, con unas innegables cualidades como rodadores de fondo
➥ cuenta el tipo de coches ante los que nos encontramos, nos hemos decidido por la variante más accesible, económica y solicitada en estos tiempos en los que se demoniza todo lo que huela a Diesel. Eso sí, en ambos casos acompañados por sendos cambios automáticos de doble embrague en su variante de siete velocidades.
Sino reparamos en la ficha técnica del X1, es difícil detectar que nos encontramos ante un bloque de sólo tres cilindros. Suave y equilibrado, ofrece un funcionamiento muy discreto en materia de sonoridad, y su único inconveniente es que 140 caballos son lo que son, aunque también es cierto que solventan la papeleta a la perfección apoyados por el excelente cambio de marchas automático,
El Q3 es algo más rutero y cómodo, mientras que el X1 ofrece un punto superior de deportividad, sin renunciar en ningún caso a una fuerte vocación familiar
que entra en acción con suma agilidad y con unas transiciones que parecen leernos el pensamiento. En paralelo disponemos de levas en el volante para su accionamiento manual o de una posición Sport que estira las marchas hasta sus últimas consecuencias.
Diferencia de potencia
Con 10 caballos más de potencia en el bloque del Audi encontramos algo más de ‘chicha’ bajo el pedal del acelerador, aunque también es cierto que en este caso el cambio automático juega un papel esencial en el funcionamiento del conjunto, aunque echamos en falta algo más de rapidez en las reducciones, algo que solventamos haciendo uso de las levas. El funcionamiento del bloque es igualmente suave y agradable, aunque en este caso su configuración de cuatro cilindros nos permite estirarlo hasta un régimen de giro más alto sin el menor problema.
Con unas aspiraciones deportivas superiores al Audi, el X1 es capaz de simular ese tacto de conducción tan tradicional en BMW pese tratarse de un tracción delantera. Una suspensión firme pero no dura, y una dirección endiabladamente rápida a la que cuesta acostumbrarse forman un conjunto muy eficaz que podemos hacer aún más deportivo activando el modo Sport del selector de modos de conducción, sobre todo, si disponemos de la opción de amortiguadores regulables o de la suspensión deportiva, también opcional.
El Audi ofrece un comportamiento más equilibrado, con un puesto de conducción más elevado y una puesta a punto más confortable que incide en su comportamiento más rutera, sobre todo con la suspensión de serie, aunque opcionalmente también contamos con la deportiva y la regulable. En carreteras sinuosas echamos de menos algo más de empuje, aunque como es habitual en la firma es capaz de trasmitir al conductor un grado de confianza muy elevado, con unas reacciones muy predecibles y fácilmente controlables. Ninguno de los dos está pensado para rodar fuera del asfalto, salvo pistas en buen estado, territorio donde el BMW hace valer la superior altura libre de su carrocería.