Peugeot 208. Diseño rompedor para este urbano que ya cuenta con una versión eléctrica.
Miradas que lo dicen todo…
El benjamín de Peugeot, el 208, es el último modelo de la casa francesa en renovarse tras 3008, 5008 y 508. Adapta el lenguaje de diseño de sus hermanos, con faros pequeños y calandra tamaño XXL, así como unas líneas más deportivas que le sientan francamente bien. Ya está a la venta con motorizaciones gasolina, Diesel y eléctrica, todas ellas muy eficientes
Decía Walter de’Silva, exdiseñador jefe del Grupo Volkswagen, que un coche bonito te asegura el 50% de las ventas y la otra mitad está cubierta con aspectos relacionados con la tecnología. Las palabras del italiano parece que han sido estudiadas a fondo por los responsables de Peugeot, pues el renovado 208 cumple con cada uno de esos puntos. Primero porque es uno de los utilitarios más bellos de los últimos tiempos, con un lado deportivo potenciado a través de la terminación GT Line, la tope de gama y que trae consigo guiños a todas las series GTI de la familia 200.
Equipado a la última
Segundo, porque el 208 incluye novedades técnicas como el cuadro de mandos i-Cockpit 3D. Se trata de una evolución del anterior i-Cockpit de volante más pequeño e instrumentación visible por encima del aro y que ahora añade un cuadro de mandos totalmente digital, con la información proyectada en varias capas dando la sensación visual de tres dimensiones. Además, el nivel de ayudas a la conducción también es elevado, “casi a la altura de un 508”, como dicen desde la marca pues incluye, entre otros, avisador de ángulo muerto, control de velocidad de crucero, alerta de cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales… También dispone de carga inalámbrica para teléfonos móviles –100 euros–, conector USB tipo C, faros de led, cámara de marcha atrás –200 euros–, asientos calefactados y tapizados en cuero –2.100 euros–, techo panorámico –1.000 euros–… todo lo indispensable para que este 208 sea uno de los utilitarios más top del momento. El sistema multimedia es diferente en función del tipo de pantalla que se monte, pues ésta puede ser de cinco, siete o 10 pulgadas. Independientemente del tamaño, siempre está girada hacia el conductor, lo que dificulta el manejo al copiloto. La más lujosa de todas cuenta con toggle switches, botones táctiles ubicados en la parte inferior de los aireadores centrales, con los que se accede a los diferentes menús de la radio, la navegación y el climatizador.
Por lo demás, la habitabilidad es muy parecida entre el anterior 208 y el nuevo ➥
➥ ya que las dimensiones de ambos son prácticamente idénticas. Delante, conductor y copiloto se encuentran con cierta amplitud, aunque no tienen a su disposición grandes huecos portaobjetos; detrás, las plazas son más justas de lo esperado y el acceso es solo correcto. El maletero tampoco se sitúa dentro de los mejores del segmento, con 265 litros si se incluye la rueda de repuesto.
Han hecho los deberes
En lo que respecta a las motorizaciones, en la fase inicial de lanzamiento, el 208 se comercializa con tres propulsores tricilíndricos gasolina de 75, 100 y 130 caballos, así como un Diesel BlueHDI de 100 caballos. Hemos tenido ocasión de probarlos todos. El motor de acceso es una opción muy interesante para los que prefieran bajo consumo, pocos gadgets y precio de venta bajo. Los intermedios de 100 caballos, tanto en gasolina como en Diesel, nos parecen los más equilibrados en términos de prestaciones y rendimiento, pues mueven con cierta soltura al 208 y consiguen autonomías que rondan los 1.000 kilómetros por depósito. El gasolina de 130 caballos, que viene de serie con el eficaz cambio automático EAT8, es el más potente y el que mejores prestaciones consigue a costa de una mayor rumorosidad en el habitáculo y un gasto de carburante sensiblemente superior al homologado.
Con unos u otros, el 208 actúa como un coche grande, incluso con la mecánica de 75 caballos y cambio manual de cinco velocidades. Lo hace porque, en general, tiene una pisada más firme y digiere mucho mejor los cambios de apoyo. La percepción de velocidad siempre es menor de la que marca el velocímetro debido al aplomo y al aislamiento del habitáculo. En curva rápida se comporta muchísimo mejor que su antecesor, con menores balan
ceos de la carrocería, mientras que en lenta no puede esconder una clara tendencia subviradora y eso que es 30 kilos más ligero.
Durante la presentación del modelo también tuvimos la oportunidad de conducir la versión eléctrica e-208. En un recorrido de unos 16 kilómetros por carretera secundaria, éste demostró un comportamiento fantástico, con una respuesta muy gratificante al gas en el modo Sport a costa de un consumo energético más elevado del esperado –las medias se movían en torno a 20 kWh–. Utiliza un motor de 136 caballos que le permite acelerar de 0 a 100 en 8,1 segundos convirtiéndose en el 208 más rápido. Además, tiene la misma capacidad interior e idéntico volumen de maletero que sus hermanos gasolina y Diesel, hecho del que sacan pecho desde Peugeot porque las baterías de 50 kW de capacidad van colocadas en el piso del coche y la toma de carga está ubicada en la parte trasera, en el lado izquierdo. Respecto a la recarga, se tardan unas 16 horas para una completa en un enchufe doméstico, 5:15 horas en un wallbox trifásico u ocho horas en uno monofásico. El precio de tarifa del e-208 supera los 34.000 euros, pero con las campañas de la marca y la subvención del gobierno, se queda en poco más de 22.000 euros.
EL NUEVO 208 SE CONVIERTE EN EL UTILITARIO MÁS CHIC Y EQUIPADO DE CUANTOS SE COMERCIALIZAN EN LA ACTUALIDAD