Volkswagen T-Roc R. 300 caballos, tracción integral y unas prestaciones de GTi.
Combinación explosiva
Los todocaminos deportivos están a la orden del día y Volkswagen no ha querido esperar más para hacer su incursión en el segmento. La marca alemana ha mezclado el ADN del Golf R con el del T-Roc para entrar por la puerta grande
Cualquiera que esté al tanto de las novedades del mundo del motor, sabrá que en los últimos meses han aterrizado en el mercado varios SUV de alto rendimiento que, además de tener un diseño mucho más agresivo que el de cualquier todocamino, son capaces de sonrojar a los mejores compactos deportivos del momento. Hablamos de los Audi SQ2, Cupra Ateca o Mini Countryman JCW y, a partir de ahora, esta liga se amplía con el Volkswagen T-Roc R.
No es la primera vez que la compañía de Wolfsburg fabrica un SUV de enfoque deportivo, ya que en 2008 lanzó el Touareg R50 para ampliar su entonces recién estrenada gama R. Nuestro protagonista, sin embargo, no tiene nada que ver con aquel gigante –pesaba más de 2.600 kilogramos– con motor Diesel V10 y un precio superior a los 100.000 euros. Bien es cierto que sigue una fórmula ➥
➥ parecida, distinguiéndose del resto de versiones del catálogo por su diseño específico, el equipamiento exclusivo y su chasis mejorado, pero esta vez, lo que se esconde bajo el capó es un ligero motor de gasolina 2.0 TSI de cuatro cilindros y 300 caballos.
Se trata del mismo bloque que utilizan otros modelos del Grupo Volkswagen, como el citado Cupra Ateca, el Audi S3 Sportback o el Volkswagen Golf R. Como en todos ellos, el propulsor turboalimentado se asocia a un cambio automático de doble embrague con siete velocidades y a un sistema de tracción total que se encarga de transmitir un máximo de 40,8 kilográmetros de par a las cuatro ruedas
Para digerir el par y optimizar el comportamiento dinámico, el chasis se ha puesto a punto con mejoras que afectan a la dirección y la suspensión. El tarado de los amortiguadores es mucho más firme que el del resto de versiones y, por 875 euros, Volkswagen ofrece una suspensión adaptativa DCC que cambia su dureza en función del modo de conducción escogido.
Programa muy especial
El programa estándar se denomina Sport, pero el conductor puede seleccionar las opciones ECO o Comfort para incrementar el confort de marcha y transformar al T-Roc R en un coche perfectamente válido para afrontar el uso cotidiano. En el modo Sport, el SUV germano gana suficiente carácter, aunque la opción Race es la que saca a relucir todas sus aptitudes deportivas. Con este interfaz de conducción, la suspensión 20 milímetros más baja incrementa su dureza, el acelerador responde de forma más inmediata a las órdenes del pie derecho y la dirección progresiva resulta más precisa.
Todo esto permite que el T-Roc R se sienta verdaderamente ágil, especialmente en una carretera de curvas, tanto que incluso está un punto por encima del efectivo Golf R. De la misma manera, resulta un poco más divertido que el compacto con el que
A LO LARGO DE LOS PRÓXIMOS MESES. LA GAMA R DE VOLKSWAGEN SE AMPLIARÁ CON DOS NUEVOS INTEGRANTES; SIGUIENDO EL CAMINO DEL T-ROC R, UNO DE ELLOS SERÁ UN SUV
comparte genética, sobre todo, al seleccionar la posición Sport del ESC, que deja más latentes los controles y hace posible deslizar la zaga para ayudar a trazar las curvas más cerradas, como las horquillas de la Ruta de Napoleón –Francia–, escogidas por Volkswagen para llevar a cabo la toma de contacto.
De frenos también va bien servido, no en vano incorpora de serie el mismo equipo que monta el Golf R con el paquete opcional Performance. Los discos de 17 pulgadas garantizan una buena respuesta en cualquier situación y aguantan bien la fatiga cuando se les exige el máximo en un tramo revirado.
Si hablamos de prestaciones, lo mejor es compararlo con el Golf R para dejar constancia de lo que es capaz. Y es que el T-Roc R es más rápido en línea recta, puesto que el compacto acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en 4,9 segundos y el SUV necesita una décima menos para completar el mismo registro –4,8 segundos–. Sobre el papel, la diferencia es mínima, pero tiene mérito que este crossover, con sus 24 kilogramos extra de peso, sea capaz de plantar cara a uno de los reyes del segmento C. En la práctica, da la sensación de que ambos juegan en la misma liga, al menos en términos de rendimiento, porque el T-Roc R consigue una ligerísima ventaja cuando se trata de pasarlo bien al volante, además de sobresalir en el apartado práctico, puesto que su maletero es 49 litros superior y disfruta de una mayor habitabilidad.
EL T-ROC R APORTA UN EXTRA DE AGILIDAD Y POLIVALENCIA A LA CONOCIDA RECETA DEL VOLKSWAGEN GOLF R