Renault Captur. Segunda generación con importantes mejoras en habitabilidad.
El éxito te cambia
Líder consolidado en una de las categorías más competidas del mercado, el Captur de segunda generación presenta más novedades de las que puede –y quiere– aparentar. La fórmula de Renault resulta inequívoca: cámbialo todo, para que todo siga igual
Cuando algo funciona, cambiarlo resulta una labor especialmente compleja pero en el grupo Nissan-Renault, parecen haber encontrado la fórmula perfecta para ello: lograr que un determinado automóvil se perciba como tal al primer vistazo, pese a ser completamente distinto a su antecesor. Así pudimos apreciarlo en los últimos relevos de los Dacia Duster, Nissan Qashqai, Renault Clio o Zoe y nos ha vuelto a suceder lo mismo con esta segunda entrega del Captur. No es precisamente, una casualidad. “Conservar la estética general de un determinado vehículo te permite reforzar su personalidad pero sobre todo, te ahorras la importante suma económica que conlleva modificar por completo su estética y puedes invertirla en mejorar la calidad final del producto” nos confiesa Paula Fabregat, una valenciana que es la máxima responsable del diseño de los Renault más compactos y por extensión, de este Captur.
Madre in Spain
Fabricado en Valladolid para todo el mundo a excepción de algunos mercados asiáticos, los lazos de este pequeño SUV con nuestro país van mucho más allá de las ➥
➥ manos de su creadora que fue, eso sí, la primera en advertirnos sobre lo profundo de las modificaciones de este modelo. El segundo fue el metro. Estamos ante un automóvil 1,7 centímetros más de largo y 1,9 más de ancho que antes y sin embargo, su bastidor –la plataforma CMF-B preparada para mecánicas híbridas– gana hasta 33 milímetros más de modo que estamos ante un Captur con menos voladizos que antes, pero sobre todo con una parte trasera más habitable y lógicamente, con un maletero con mayor volumen total.
Resulta familiar
Los pasajeros de la parte posterior se benefician de un espacio considerable para las piernas así como de una plaza central cuatro centímetros más ancha pero lo mejor de esta banqueta es que podemos desplazarla longitudinalmente hasta 18 centímetros y aprovecharnos así de un maletero de entre 377 y 536 litros, siempre con los cinco asientos disponibles. Con todo y eso, donde mejor se viaja en el Captur y también donde más evidente se hace su salto generacional es en las plazas delanteras y más concretamente, al volante. Aquí nos beneficiamos de detalles como la consola central flotante –solo en versiones con cambio automático–, el cuadro de mandos digital –de hasta 10,2 pulgadas– y sobre todo la gran pantalla central vertical que puede ser de hasta 9,3 pulgadas e integra funcionalidades como la búsqueda rápida mediante Google Search, el sistema de conectividad Android Auto o Apple Car Play o hasta navegador con información del tráfico en tiempo real.
Contrastado el salto calidad y equipamiento experimentado por este Captur, llegaba el momento más esperado del día, el de poner a prueba su mecánica y para ello, nos encontrábamos en un lugar
más que propicio: las reviradas y bacheadas carreteras de los alrededores de Atenas, en Grecia. A nuestra disposición, dos de las versiones que aspiran a cosechar más ventas de este modelo, las 1.3 TCE de 130 y 155 caballos, la primera con cambio manual, la segunda con el automático.
Sabe comportarse
Con cualquiera de ellas el B-SUV de Renault responde enérgicamente al acelerador pero sobre todo, se aprecia más refinado que muchos de sus competidores, beneficiado por una arquitectura de cuatro cilindros en contra de la moda tricilíndrica actual. Entre sí, también existen diferencias y no siempre a favor del más costoso. Con 130 caballos este motor se reserva un buen par a medio y bajo régimen que encaja muy bien con un cambio de desarrollos largos pero bien escalonados en sus seis velocidades. Curiosamente, el TCE 155 resulta algo más brusco incluso con la transmisión de doble embrague y siete marchas, si bien hablamos de una contrapartida más que aceptable para a cambio de una respuesta rápida y estimulante. Así, este crossover se mueve con notable agilidad en zonas de curvas, bien apoyado en una suspensión con gran capacidad de filtrado pero que sujeta la carrocería con notable eficacia y también en una dirección que resulta tan suave en ciudad, como precisa lejos de ella. En definitiva, el Captur ha mejorado claramente en aspectos como el dinamismo, el confort en marcha, la calidad general o el equipamiento. Todo un acierto siempre que su precio –como se espera– no evolucione al alza con la misma claridad que lo ha hecho el resto del conjunto.
DISPONIBLE CON EFICIENTES MOTORES DIÉSEL Y GASOLINA, PRONTO LLEGARÁN SUS VERSIONES A GAS –GLP– E HÍBRIDA ENCHUFABLE