VOLKSWAGEN GOLF GTI TCR
La firma germana también se suma a la moda de las series limitadas de la mano de su Golf GTI. Decimos esto porque a España llegan únicamente 290 unidades de esta edición, una cifra que supone un guiño a la potencia que entrega el motor turbo. Muchos pensarán que este GTI no tiene lógica teniendo tan cerca el Golf R con 300 caballos y tracción integral, pero se equivocan. Es la primera vez en la historia que el creador de esta categoría alcanza esa potencia y, encima, la transfiere sólo a las ruedas delanteras, frente al 4x4 del R.
Con el GTI TCR, Volkswagen conmemora los éxitos que su coche de carreras ha conseguido en el campeonato de turismos TCR. Al tomar la base del GTI, las modificaciones tampoco son muy profundas. En el exterior son nuevos el difusor trasero con unos aletines en los bordes exteriores, las llantas de 18 pulgadas o las opcionales de 19 y el color Gris Puro que luce el coche de la prueba. Dentro, las mejoras también son puntuales y se centran principalmente en los ribetes rojos en el volante así como unos asientos especiales con una preciosa tapicería que recuerda a la que puede lucir cualquier prototipo de salón. Lo verdaderamente inédito del GTI TCR, eso que le hace especial, se encuentra bajo su silueta. En Volkswagen han decidido que el propulsor gasolina dos litros turbo que conocemos entregue 290 caballos frente a los 245 del GTI Performance, la opción más potente hasta la fecha. Pero de motor no vive únicamente el TCR, pues monta bloqueo de diferencial electrónico, frenos perforados y suspensión de dureza variable. Si el cliente lo desea, puede exprimir un poquito más el lado deportivo del coche gracias a dos paquetes: el más básico que, por 1.305 euros, aumenta la velocidad punta hasta los 260 kilómetros/hora y añade tanto una versión mejorada de la suspensión posterior como la dirección progresiva, entre otros elementos. El segundo kit, que vale 2.170 euros, suma los neumáticos semislicks Michelin Pilot Sport Cup 2 en medida 235/35 y en llanta Reifnitz de 19 pulgadas a lo anteriormente descrito. Lástima que en nuestro mercado no esté disponible el escape Akrapovic con salidas dobles, pues daría un plus de sonoridad y un toque adicional de exclusividad.
En nuestro tramo de montaña, el VW nos demuestra que es muy fácil conducirlo y mucho más hacerlo de forma rápida. En el día a día, las reacciones de la zaga son bastante previsibles, muy neutras en términos generales salvo cuando rozamos el límite de la física. Los frenos cumplen su cometido a la perfección, pero es cierto que se resienten más de lo esperado tras un uso intenso si se comparan con los de su voraz competencia. Decimos esto porque es en el que más se hace patente el sobrecalentamiento. En los cambios de apoyo se agradece la amortiguación de dureza variable DCC, con una posición Sport que reduce sensiblemente las ya de por sí limitadas oscilaciones. ¿Estás preparado? Cuando decidimos circular tranquilo, es preferible activar los programas más racionales, puesto que todo se dulcifica: respuesta al gas, amortiguación, tacto de dirección… A todo eso se suma que el Volkswagen es el que permite mayor autonomía por depósito, con medias que rondan los 6,5 litros a los 100, una cifra escandalosamente buena. Al final, las sensaciones de conducción que transmite el Golf son muy parecidas a las del León Cupra R… algo lógico teniendo en cuenta que, mecánicamente, son iguales. Para suplir las pérdidas de motricidad que ocasionalmente se dan en el eje delantero, este GTI cuenta con la ayuda de un diferencial con control electrónico cuyo funcionamiento es mucho más suave que el del Mégane RS Trophy. Es más, la forma en la que interviene recuerda a la del Civic Type R, sutil y fina. Eso y la opción de montar unas ruedas ‘pata negra’ permiten al Golf ser uno de los compactos más eficaces del momento.
RÁPIDO, EQUILIBRADO, FÁCIL DE CONDUCIR, RELATIVAMENTE EFICIENTE… LA ÚNICA PEGA DEL GOLF ES EL ELEVADO PRECIO