MEGA SUV.
Dos SUV de siete plazas que marcan récords en nuestro mercado ya que uno es el Diesel más potente y el otro el modelo más grande de este tipo. Cifras mareantes para demostrar que también se puede disfrutar de la conducción a bastante distancia del suelo
¿Los todocaminos premiun pueden ser rápidos? Audi SQ7 y Mercedes GLS nos dan la respuesta.
Quince centímetros a favor del Mercedes y 105 caballos de ventaja para el Audi separan a estos dos SUV de siete plazas que nacieron con un marcado carácter familiar, pero que en cada una de sus versiones ofrecen una personalidad muy distinta... pero siempre enfocada al máximo placer de conducción. Los dos superan los cinco metros de largo aunque sus proporciones varían y quedan marcadas por los ocho centímetros más de altura y 14 de batalla del Mercedes que lo hacen parecer todavía más grande.
¿Hay algo que no quepa?
Los dos habitáculos son inmensos pero la mayor batalla del Mercedes marca la diferencia ya que, además, monta las siete plazas de serie con unos asientos de la tercera fila que merecen ese nombre y en los que la marca asegura que pueden instalarse adultos de hasta 1,94 de estatura, algo que no hemos podido comprobar, pero cuentan con calefacción y ventilación. En el Audi las dos plazas suplementarias tienen un sobreprecio de 2.075 euros y en los dos casos todas las operaciones para mover la segunda fila para acceder a las plazas más retrasadas y el plegado de esos dos últimos asientos en el piso del maletero se realizan con total comodidad mediante interruptores eléctricos, aunque exigen algo
de paciencia porque su accionamiento es lento. Con los siete asientos instalados el Audi mantiene 295 litros de maletero mientras que el Mercedes con todas sus plazas operativas llega a los 355 litros.
En cuanto a presentación y calidad de interiores poco hay que decir porque todo está a un nivel altísimo, con unos asientos excelentes en los dos casos, de aire más deportivo y con regulación eléctrica de anchura del respaldo en el SQ7 y de corte más tradicional en el GLS. El acceso a los puestos de conducción también marca la diferencia y al GLS hay que ‘subirse’ literalmente, porque su asiento está situado 11 centímetros más alto que el del Audi.
Los excelentes sistemas multimedia, con pantallas de 12,3 pulgadas en los dos casos, funcionan a la perfección y especialmente sus sistemas de reconocimiento vocal obedecen a la primera orden, sin confusiones y con rapidez, aunque el MBUX del Mercedes nos sigue pareciendo magnífico.
Motores, cuestión de cilindros
El motor Diesel sigue siendo la opción más elegida en este tipo de vehículos, al menos en Europa, y por eso las dos marcas ofrecen poderosas mecánicas de este tipo. El Audi monta un espectacular V8 de casi cuatro litros con dos turbos y un compresor volumétrico accionado por un sistema eléctrico de 48 voltios y una respuesta casi inmediata. El compresor se encarga de mejorar el rendimiento del motor a pocas vueltas, cuando los turbos todavía no tienen la suficiente presión. El Mercedes monta un seis cilindros en línea de tres litros y la diferencia de cilindrada también se deja notar en la potencia final, 105 caballos menor que la del Audi. Los dos bloques van acoplados a cajas automáticas de convertidor de par, con ocho relaciones en el SQ7 y nueve en el GLS.
Si no miramos la zona roja del cuentavueltas, es casi imposible apreciar que se trata de bloques de gasóleo por su extraordinario silencio y suavidad. Incluso el SQ7 permite variar el sonido que emite el escape mediante los programas de conducción del Audi Drive para conseguir que suene más ‘bronco’, como un motor gasolina de alta potencia. En capacidad de aceleración los 1,5 segundos de diferencia a favor del Audi pueden no parecer mucho pero lo realmente apreciable es la forma tan contundente y casi ‘brutal’ con que acelera desde parado, aunque la respuesta del GLS también es excelente.
Suspensión neumática, por supuesto
Hoy por hoy los muelles neumáticos no tienen comparación con ningún otro sistema de suspensión en vehículos del tamaño y peso de estos grandes SUV y es un equipamiento obligado en vehículos de este nivel pero entre nuestros dos rivales hay algunas diferencias. El Audi en esta versión deportiva cuenta ➥
➥ con cinco alturas asociadas a cada uno de los modos de conducción, incluidas dos para campo allroad y offroad, esta última con una considerable altura libre al suelo. El Mercedes solo ofrece dos posibles alturas, aunque con el paquete Offroad –2.733 euros– tiene más reglajes de altura.
A pesar de su extraordinaria eficacia presentan algunos detalles mejorables ya que son capaces de filtrar a la perfeccción ondulaciones y baches de gran tamaño pero las pequeñas irregularidades del firme, como juntas de dilatación, rajas o pequeños ‘agujeros’ en el asfalto, se transmiten de una forma algo seca que se hace más evidente dada la comodidad que ofrecen. El enorme calzado opcional que montaban estos dos rivales, con llantas de 22 pulgadas y neumáticos de perfil 35 en el Audi y del mismo diámetro con perfil 45 delante y 40 detrás en el Mercedes, son en buena parte responsables de esa falta de capacidad de filtrado ante las imperfecciones mínimas.
Con motores potentes pero sobre todo con una entrega de par inmediata, chasis cómodos y confortables y una inmensa cantidad de ayudas a la conducción, hacerse con las medidas de estos dos grandes rivales no resulta complicado. De hecho coger confianza es fácil y pronto parece que condujeramos coches más pequeños porque llegamos a movernos con una increíble soltura, incluso en carreteras secundarias. El Audi gana en agilidad a pesar de sus medidas, pero su relación peso/potencia es mucho más favorable, al igual que su rápida dirección con solo 2,2 vueltas frente a las 2,7 del Mercedes. Apo
HACERSE CON SUS MEDIDAS ES MENOS
COMPLICADO DE LO QUE PARECE PORQUE
ESTOS DOS SUV LO HACEN TODO FÁCIL
yan y giran en cada viraje con una extraordinaria confianza y aunque el Mercedes tiene movimientos de la carrocería algo más acusados, las inercias de más de 2,5 toneladas quedan perfectamente controladas. Pero lo realmente sorprendente son sus consumos pues manteniendo una conducción normal, con el Audi hemos conseguido una media de 10,1 litros y con el Mercedes 9,2, algo espectacular dado sus respectivos tamaños y pesos.
Precios, también a lo grande
El SQ7 es el más caro de su gama pero aún así nuestra unidad llevaba unos 24.000 euros de extras a los que se pueden añadir los frenos de carbono por 11.610 euros o un acabado interior Audi Exclusive en negro y rojo por 12.320 euros. El Mercedes añadía otros 22.000 euros en opciones de los que el acabado AMG Line se lleva casi 4.600 y aún se le puede montar el E-Active Body Control –9.349 euros– para eliminar por completo sus escasos balanceos.