Car and Driver (Spain)

Honda Jazz Crosstar.

Versión off road del espacioso monvolumen japonés.

- CARLOS GARCÍA-ALCAÑIZ

No hay utilitario en el mercado que gane al Crosstar en modularida­d y practicida­d. Parece que cada diseñador que ha currado en el desarrollo de este modelo ha interioriz­ado los principios de ordenación de la japonesa Marie Kondo, la experta cuyo método ha revolucion­ado la forma en la que se organizan muchas familias. El acceso al vehículo es fantástico gracias a la apertura de las puertas a 90 grados y la boca de carga del maletero está a poco más de tres palmos del suelo. Existen un total de nueve guanteras repartidas por el habitáculo –tres de ellas con tapa– y la segunda fila es espaciosa para dos adultos de talla grande, pudiendo éstos meter los pies bajo las butacas delanteras por si desearan estirar más las piernas. Cuenta con otras soluciones ingeniosas e inéditas en su segmento, como los Magic Seats, que hacen desaparece­r las plazas traseras en segundos para tener un segundo maletero en el que dejar objetos de grandes dimensione­s, como un mueble, una planta o una pequeña escalera. Si eres de los que frecuentan Ikea, este coche te será de gran utilidad. La operación de quitar y poner los asientos se realiza ¡con una sola mano! Sólo hay que levantar la banqueta y fijarla con su propio brazo.

No necesitas más

El Crosstar está disponible únicamente con una motorizaci­ón híbrida y un acabado homónimo, que incluye proteccion­es específica­s en la carrocería, baca en el techo, llantas de 16 pulgadas y audio de 376 watios de potencia, entre otros.

La mecánica está compuesta por un propulsor

gasolina atmosféric­o y dos eléctricos que trabajan junto a un cambio CVT. Las respuestas son correctas para un coche que busca, ante todo, el confort de sus pasajeros. Y como era de esperar, el consumo de combustibl­e ronda los cinco litros, aunque esa cifra baja en el caso de movernos más por ciudad, donde mejor se aprovecha la parte eléctrica que, por cierto, carga las pilas muy rápidament­e en las frenadas.

Por lo demás, el Crosstar es un utilitario agradable de conducir. La dirección eléctrica es muy suave y, en general, la insonoriza­ción es alta. La suspensión también cumple con su cometido y filtra muy bien las irregulari­dades del asfalto. La visibilida­d hacia delante ha mejorado gracias al rediseño de los pilares A ya que son casi la mitad de finos que los del anterior Jazz. Pero los espejos retrovisor­es nos parecen pequeños para controlar lo que sucede detrás; una lástima que el avisador de ángulo muerto no esté disponible en el Crosstar y sí en el Jazz…

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El Crosstar es 4.000 euros más caro que el Jazz con acabado Comfort, el básico. El techo puede ir pintado en negro.
BONITO CONTRASTE. El Crosstar es 4.000 euros más caro que el Jazz con acabado Comfort, el básico. El techo puede ir pintado en negro.
 ??  ?? Ahí están. El maletero del Crosstar tiene 298 litros y bajo el piso se encuentra la batería de iones de litio.
Ahí están. El maletero del Crosstar tiene 298 litros y bajo el piso se encuentra la batería de iones de litio.
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La pantalla del cuadro de instrument­os es de siete pulgadas y a veces no se ve bien en días soleados. La del equipo multimedia es de nueve y los menús son más modernos, no tan ‘japos’.
MEJORADO. La pantalla del cuadro de instrument­os es de siete pulgadas y a veces no se ve bien en días soleados. La del equipo multimedia es de nueve y los menús son más modernos, no tan ‘japos’.

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