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La evolución de Cupra en sus 23 años de vida.
HAY QUE REMONTARSE HASTA 1996 para ver por primera vez la palabra Cupra en el catálogo de Seat. Este apellido, surgido de la unión de las palabras inglesas Cup –copa– y Racing –competición–, nació para identificar a los modelos más deportivos de la marca española; el primero fue el Seat Ibiza Cupra 2.0 16 válvulas 150 caballos de 1996, que aprovechó la experiencia adquirida con el Seat Ibiza Kit Car de la Copa del Mundo de Rally para convertirse en uno de los utilitarios más rápidos del momento. Después llegaron otras creaciones que calaron hondo en los aficionados al mundo del motor, como el Seat León Cupra R de 2003, referencia absoluta entre los compactos GTI de la época gracias a su eficaz puesta a punto y al motor 1.8 Turbo 20VT de 225 caballos, o el Seat Ibiza Cupra TDI de 2004, dotado de un bloque 1.9 TDI de 160 caballos que le llevó a ser el Diesel más potente de su categoría. Ahora, Cupra es un fabricante independiente que mira hacia delante sin perder de vista su futuro, como demuestran los nuevos Cupra Leon y Formentor, que llegarán a las calles muy pronto con una amplia oferta mecánica en la que están incluidas alternativas híbridas enchufables tan eficientes como divertidas de conducir. Más tarde será el turno del Cupra el-Born, un compacto deportivo de cero emisiones que se convertirá en el primer modelo 100% eléctrico de la firma.