Las marcas se reinventan.
Así evolucionan la mayor parte de los fabricantes de automóviles de cara a los próximos retos de electromovilidad o el coche compartido, que ya son una realidad entre nosotros.
Que estamos en tiempos convulsos en todos los ámbitos de nuestra vida nadie lo duda y el automóvil está sufriendo una revolución. La pandemia mundial que estamos sufriendo no ha hecho más que acelerar un cambio hace tiempo anunciado y los fabricantes no paran de repensar sus estrategias empresariales para afrontar este futuro electrificado y compartido PEDRO BERRIO
Compras, fusiones, absorciones, nuevas marcas... En los últimos años pocos son los grupos automovilísticos que no han realizado alguno de estos movimientos en busca de una mayor rentabilidad y de asegurarse una parte del mercado mundial. Hace algo más de una década parecía que todas las marcas generalistas querían ser premium y buscaban la rentabilidad a base de dar una imagen de lujo.
Ahora el reto es la sostenibilidad y la electrificación y cada marca elige estrategias diferentes. Toyota, líder en hibridación, ahora tiene sus miras futuras en el hidrógeno y el nuevo Mirai, mientras que Audi está en plena ofensiva de electrificación, tras desarrollar una amplia gama de modelos electrificados e híbridos enchufables. Pero esto ya no es suficiente para atraer a unos clientes que, en los grandes mercados como el europeo y norteamericano, cada vez compran menos coches, y hay que ofrecer servicios que hagan atractiva la idea de tener vehículo aunque no sea en propiedad. Es una revolución parecida a la que ha sufrido la forma de ver televisión. Ya no nos sentamos delante de la pantalla a ver ‘que echan por la tele’. Ahora nuestra suscripción nos permite elegir lo que queremos ver y cuándo lo queremos ver. Así es ya tener coche…