HONDA JAZZ CROSSTAR
El atractivo de la inteligencia
Además de ser uno de los últimos bastiones del segmento monovolumen, la cuarta entrega del Jazz es una interesantísima alternativa a los SUV urbanos, sobre todo si hablamos de la nueva variante Crosstar, de corte crossover y con la etiqueta ECO de la DGT gracias a su mecánica híbrida
No nos engañemos, si lo que buscas es espacio, modularidad y la mayor practicidad posible, hay un tipo de coche todavía más atractivo que los todocaminos: el monovolumen. Vivieron su época dorada a finales de los años 90 y en la primera década de los 2000, antes de ser desplazados a un segundísimo plano por los SUV, pero todavía quedan algunas alternativas de este tipo a la venta. De acuerdo, son tan pocas que se pueden contar con los dedos de una mano, sobre todo si hablamos del segmento B en el que milita nuestro protagonista, el Honda Jazz, hoy por hoy, el último monovolumen utilitario de nuestro mercado, tras la desaparición de los Kia Venga, Hyundai ix20, Ford B-Max y Nissan Note. De todo ese grupo, es el único que ha sobrevivido gracias a sus ➥
excelentes resultados en algunos mercados, de hecho, se renovó por completo hace tan solo unos meses. Con su cuarta generación, el japonés mantiene la misma filosofía de siempre, pero llega con dos importantes novedades que multiplican su atractivo: ahora es híbrido y estrena variante de apariencia crossover.
Muchas virtudes
Posicionado dentro de la gama Jazz como el tope de gama, por precio y equipamiento, el nuevo Crosstar tiene los atributos del resto de versiones y cuenta con el valor añadido de la estética campera. Más allá de lo visual, el Crosstar es idéntico a cualquier Jazz. ¿Y eso que significa? Que estamos ante uno de los utilitarios más amplios, eficientes y mejor equipados del momento. La carrocería de un sólo volumen permite aprovechar cada rincón de un habitáculo en el que pueden viajar cómodamente cuatro adultos, ya que hay mucho espacio para la cabeza y las piernas en todas las plazas, salvo en la central trasera, que tiene menos anchura y está más indicada para niños.
Por otro lado, aunque el maletero no es el más grande de su clase debido al tamaño que ocupa el esquema mecánico híbrido, el Jazz lo compensa con soluciones ingeniosas que vienen de perlas en el día a día. Es el caso de la doble guantera en el lado del copiloto, de los múltiples huecos portaobjetos del interior y, especialmente, de los asientos con el denominado sistema Magic Seat que utilizan desde hace años algunos coches de la marca nipona. Basta con tirar de la banqueta posterior hacia arriba para plegarla y colocarla en posición vertical –como en
el cine–, dejando un práctico espacio desde el suelo hasta el techo que permite cargar objetos de gran volumen, como una televisión grande, la típica estantería de Ikea o la bici de un niño. Los asientos posteriores también se pueden abatir para ampliar el espacio de carga hasta unos nada desdeñables 1.199 litros.
Coser y cantar
Una vez en marcha, la posición de conducción es muy cómoda porque es elevada y la visibilidad es buena en todas las direcciones, en parte por el cristal que desdobla el pilar A y reduce ese punto ciego tan habitual en otros coches. También sorprende lo sencillo que es conducirlo. La instrumentación digital es sobria y no aporta más información que la necesaria, no hay distracciones, simplemente hay que engranar la posición D de la caja de cambios automática eCVT y conducir.
Tratándose de un coche electrificado con un complejo –pero eficaz– conjunto híbrido, tiene mérito porque Honda ha conseguido simplificar al máximo las cosas al volante. Hay tres modos de conducción: EV Mode, Hybrid Mode y Engine Mode. En el primero, el motor eléctrico principal impulsa el coche, en el segundo, el eléctrico trabaja de manera conjunta con el de gasolina para mover las ruedas delanteras y en el tercero, sólo la mecánica de combustión mueve el vehículo. Hay un segundo motor eléctrico que actúa como generador para cargar la batería de iones de litio y, siempre que sea necesario,
recibe energía del motor térmico. Parece complicado, pero, al contrario que en otros híbridos, el coche se encarga de gestionar automáticamente los tres programas de conducción en todo momento, siempre con el objetivo de lograr la máxima eficiencia.
¿El resultado? Un consumo real de 5,2 litros/100 kilómetros, cero complicaciones a sus mandos, todas las ventajas de la etiqueta ECO de la DGT y la capacidad de mover con soltura los 1.250 kilos del conjunto en prácticamente cualquier situación. Otro de los puntos fuertes de este sistema e:HEV es que, dentro de la ciudad, funciona la mayor parte del tiempo en modo eléctrico, es decir, en silencio. Gracias a ello, el confort de marcha es elevado, aunque en esto último también tiene mucho que ver el tarado blando de la suspensión y la dirección, que tiene muy poco peso.
EL JAZZ ES UN COCHE ‘INTELIGENTE’ DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA PRACTICIDAD Y DE LA EFICIENCIA