LA NUEVA ERA DE LA RESISTENCIA
La marcha de un fabricante es siempre un varapalo importante para cualquier categoría del motor y los promotores de las 24 horas de Le Mans tuvieron que ver cómo en un corto periodo de tiempo pasaron de ser referente mundial a perder a tres de los cuatro fabricantes que ahí habían participado en los últimos años. El ACO se puso rápidamente a trabajar en un nuevo reglamento, dejando atrás el periodo LMP1 y creando los Hypercars. La base era bien sencilla: con unas modificaciones mínimas, un fabricante que tuviera un superdeportivo, podría competir. Se trataba de aprovechar el boom de este tipo de vehículos, como el McLaren Senna, el Aston Martin Valkyrie o el Mercedes AMG ONE, por nombrar algunos, y ya igualarlos a través de la siempre polémica ‘balance of performance’. Pero este intento acabó siendo un fiasco y únicamente Toyota, que ya tenía desarrollado un LMP1, se interesó en la reglamentación Hypercar. Cuando ya se especulaba con la desaparición de la categoría, una nueva vuelta de tuerca al reglamento ha sido la que ha permitido despegar hacia una era que promete ser recordada por décadas. A los Hypercar se les unían los LMDh, los vehículos usados en IMSA, en Norteamérica, con chasis casi estándar y una hibridación común. Esto permite entrar de lleno en resistencia con un coste muy comedido y garantizando un rendimiento. Y como un efecto dominó, lo que parecía un absoluto fracaso, se acabó convirtiendo en un total éxito. Porsche anunció su regreso, también Cadillac y BMW, pero es que Alpine y Lamborghini también están trabajando en ello, y cuando nadie lo esperaba, Ferrari y Peugeot anunciaron el esperado regreso a la cita francesa, y además, con un Hypercar. De hecho, Peugeot lo hace con un innovador diseño que incluso prescinde del alerón trasero, convirtiéndolo en el más llamativo de todos los actuales. El éxito ha sido tal que Le Mans ya ha puesto fecha para el final de los exitosos LMP2. Una nueva era de la resistencia ha comenzado…