CIC Arquitectura y Construcción
Solidez y recuperación a dos velocidades
A pesar de que en el marco europeo la incertidumbre política se resiste aún a desaparecer, estamos asistiendo a una mejora de los fundamentos económicos que perfila un horizonte tranquilo para la economía europea, y ello no ha pasado desapercibido para el sector construcción, que encara 2017 con la expectativa de crecer un 2,9%, según el análisis recogido en el último informe Euroconstruct, presentado por el ITEC el pasado 20 de junio en Madrid.
En palabras del director general del ITEC, Francisco Diéguez, “estamos ante una situación razonablemente buena. De hecho, la cifra de crecimiento que barajamos es mayor de la que teníamos prevista en noviembre del año pasado”. Aunque a primera vista la previsión no pudiera parecer demasiado prometedora respecto a 2016 -cuando se registró un crecimiento del 2,5%-, “tras las cifras se percibe cómo el sector va ganando solidez”, como reflejo de dos factores fundamentalmente: la incertidumbre política se mantiene pero de una forma más relajada y, tras una recuperación económica frágil y desigual por países, parece que ahora entramos en una situación general más confortable y saludable, según los expertos.
En todo caso, como subrayó Josep Ramon Fontana, jefe del Departamento de Mercados del ITEC, “2017 es el primer año en el que ya no hay ningún país, sin excepción, en zona negativa”, a diferencia de 2016, en el que, “pese a que las medias también fueron positivas, existió una gran disparidad entre países, con algunos aún a la sombra del crecimiento”. Y en este contexto, la recuperación del caso español “se puede considerar robusta, por encima incluso de la media europea”, según Diéguez, si bien falla en el tema del crecimiento generalizado: “La ingeniería civil pincha y lo hace de una forma considerable”. Para el director general del ITEC, es importante destacar que la salida de la crisis en el sector de la construcción en España está produciéndose a dos velocidades, “resultando más traumática para el sector público que para el privado”.
En este sentido, mientras los mercados de la edificación crecían en 2016 un 6,5% gracias a la demanda privada, la ingeniería civil sufrió un desplome del -12%, provocando que el agregado de producción total no pasase de un testimonial 1,8%. La inversión pública de 2016 se resintió en España por el largo paréntesis del gobierno en funciones, “pero el auténtico problema de fondo fue el desequilibrio presupuestario”. Un problema que todavía persiste, pese al alivio proporcionado por el crecimiento económico, y que explica por qué el sector construcción avanzará en 2017 solo un 3%, propulsado únicamente por la promoción privada. Si, tal como se espera, la demanda pública se acaba reincorporando al mercado, los responsables del informe Euroconstruct apuntan que “es razonable esperar un crecimiento algo más sólido en 2018 (4,1%) y 2019 (3,6%), y prever un estatus de relativa tranquilidad”.
Afrontamos, por tanto, una etapa económica con un mar en relativa calma que, esperemos, ejerza un cierto efecto balsámico sobre el tan golpeado tejido empresarial del sector que nos ocupa, y que hasta el momento se ha percibido solo muy parcialmente. El esfuerzo realizado en estos años por las empresas para salir adelante sin perder el tren de la competitividad -con todo lo que ello representa- está fuera de toda duda, pero lo que es más discutible es si la onda expansiva de la bonanza económica se está trasladando de manera efectiva, hasta hacerles notar el inicio de una nueva etapa. Ojalá que así sea porque sería el mejor viento de cola para abordar con energía y fuerzas renovadas la conquista de los importantes desafíos que se tienen por delante.