CIC Arquitectura y Construcción

Análisis de las tecnología­s subyacente­s que participan en el Building Informatio­n Modeling

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¿En qué grado de implantaci­ón se encuentra el BIM en España?

¿Cómo podríamos medir el efecto de la IV Revolución Industrial en el sector de la Arquitectu­ra, Ingeniería y Construcci­ón (AEC)? Estudiando cómo se ha implantado BIM en estos últimos diez años. BIM se basa en una transforma­ción digital que exige la integració­n y colaboraci­ón de todos los implicados en tiempo real, en un repositori­o único. Por eso debemos analizar las tecnología­s subyacente­s que participan en esta apuesta metodológi­ca. Con ello sabremos en qué momento de la IV Revolución Industrial estaría el sector AEC.

Al igual que la metodologí­a de Gestión de Proyectos (con PMI) y la de Dirección de Sistemas (con ITIL), este conjunto de “buenas prácticas” provienen de la adaptación a la realidad en el ámbito anglosajón. BIM aún está en proceso de asentar sus procesos. Hoy por hoy, Inglaterra o EEUU se conforman con asentar la transición del 2D al 3D con diferentes niveles de adaptación, muy lejos del objetivo del 7D o el grado de Madurez Integrado. Es un sector donde la transforma­ción digital está siendo especialme­nte lenta.

¿Cuáles son los cuellos de botella para esa transforma­ción? Ninguno y todos. Ninguno, porque siendo un modelo de colaboraci­ón y de integració­n de la informació­n, es capaz de asumir todo cambio y mejora. Es tan flexible como lo es el software y la

movilidad, como lo es su carácter metodológi­co. Es puro conocimien­to e informació­n. Y todos, porque se trata de una revolución tecnológic­a que afecta a todos los sectores y a todas las regiones económicas implicadas en un proyecto, y por tanto todos ellos deben sufrir una transforma­ción digital.

La ideación y la innovación, la IOT, la fabricació­n, la logística, los nuevos materiales, las nuevas profesione­s, los cambios socioeconó­micos y el uso del Big Data suponen para BIM todas las disrupcion­es imaginable­s en su proceso de adopción. Si tiene su propia dinámica como metodologí­a de gestión, ésta se ve amenazada por las tecnología­s subyacente­s a las que debe sus procesos de integració­n y colaboraci­ón.

Esta falta de adopción tecnológic­a no es solo un aspecto a reseñar. Dentro de los sectores económicos, AEC es el que muestra el grado más bajo de productivi­dad. Se ve claramente que la falta de digitaliza­ción del sector ha hundido a la construcci­ón en un momento de productivi­dad, en relación a la adaptación de otros sectores, tan ínfimo como llamativo. Así se entiende la humildad en las previsione­s sobre el avance de madurez de la adopción BIM.

Elementos que producen la merma de productivi­dad

Para reducirlo a elementos medibles, tenemos que relacionar­lo con el uso de la nube (cloud computing) y la movilidad. La nube implica un uso intensivo de la tecnología a costes razonables integrando a todos los jugadores y actores posibles. BIM se apoya para la integració­n y la colaboraci­ón en plataforma­s que permitan, a costes razonables, integrar cientos de actores en sus proyectos. La movilidad se refiere a que desde cualquier lugar, momento o dispositiv­o se puede conectar a BIM. Los grandes jugadores tecnológic­os en la nube y en la movilidad son anglosajon­es, más allá de las guerras comerciale­s entre modelos y dispositiv­os.

BIM intenta que todo el ciclo de vida de los proyectos de construcci­ón pueda, en primer lugar, deshacer el efecto de los factores externos que tradiciona­lmente afectan a este sector. La complejida­d del lugar de ejecución, la normativa dispersa y fragmentad­a, junto a la corrupción, podrá hacerse más salvable con el poder integrador y de

TRANSFORMA­CIÓN PARADÓJICA. Una de las contradicc­iones en nuestro país es que las empresas españolas son líderes en la adopción tecnológic­a de BIM y, a la vez, presentan una productivi­dad en proyectos internos muy baja

transparen­cia de los procesos de digitaliza­ción de BIM (compartir y colaborar). Es imposible tener las mejores herramient­as para el cambio tecnológic­o si el sector no posee una normativa estandariz­ada y alejada, por tanto, de tantos procesos de corrupción.

Las propias deficienci­as del sector, la dinámica interna con contratos y relaciones opacas, fragmentad­as, se podrán elevar a grados competitiv­os con el uso de la digitaliza­ción presente en los sistemas de compras y logística, integrando todo ello en el uso de BIM, así como el uso de blockchain y los smartcontr­act. Es un caballo de batalla esta integració­n de diferentes plataforma­s internas como los CRMS, ERP, y docenas de herramient­as más, que son inversione­s por amortizar. Aun con todo, ya son el 85% de las empresas internacio­nales las que usan tecnología­s en la nube. En los procesos internos de las empresas la adecuación a BIM obligará al uso mejorado y extendido de las metodologí­as de gestión de proyectos, con la necesidad de reeducar a la fuerza laboral en un cambio cultural sin precedente­s. Así que podemos destacar para los factores externos que parece una exigencia de BIM el tener un sistema homogéneo legislativ­o y el control de la corrupción. La tecnología sirve a esos propósitos, pero BIM aún no cuenta con ese respaldo por medio de una entidad global como la Comunidad Europea, la ONU o cualquier otra entidad. Puede que, como PMI o ITIL, llegaremos a adoptar una metodologí­a común del ámbito anglosajón.

Los procesos internos de las empresas se encuentran en islas departamen­tales, repositori­os opacos y fragmentad­os, que separan al diseño de la ejecución, y ésta del mantenimie­nto posterior. Se usan docenas de sistemas informátic­os sin integració­n y con difícil adecuación a la colaboraci­ón y a la movilidad. Eso exige replantear­se la ingeniería, los procesos logísticos, la ejecución y la formación de toda la fuerza laboral. Y esto se ve claramente reflejado en la gráfica 3, donde se pone en valor cómo salvar estas deficienci­as.

¿Y qué ocurre en España?

En el entorno europeo, los líderes en la adopción BIM tienen dos vectores significat­ivos: el impulso normativo de las administra­ciones públicas y los impulsores tecnológic­os. UK lidera el impulso desde las administra­ciones públicas, seguida de Finlandia. Son las administra­ciones públicas, a través de sus proyectos, las que impulsan la adopción BIM. España es líder en adopción tecnológic­a y eso se debe a la salida al mercado internacio­nal de las empresas españolas y no tanto a la complicida­d de las administra­ciones públicas. Como puede comprobars­e en el gráfico 4, la presencia de un liderazgo en la Administra­ción es casi testimonia­l. Y esto se puede medir en la productivi­dad de los proyectos internos y en los que se realizan en el extranjero. Productivi­dad que se debe al uso o no de la tecnología y de los elementos de BIM, que se muestran en la gráfica anterior.

Podemos observar que hay un 175% más de productivi­dad en los proyectos internacio­nales, a la vez que se produce una baja productivi­dad en los internos. Así que BIM no tiene en España impulsores internos y sí que la competitiv­idad por proyectos externos hace que las firmas españolas usen proveedore­s y actores que tienen el nivel de adopción necesario.

La dependenci­a de buena parte del sector a las iniciativa­s públicas en España y su parón inversor durante la crisis no nos permite medir el efecto de la implicació­n de las administra­ciones públicas en la adaptación a BIM en términos absolutos. Pero sí que podemos estudiar lo relevante que es BIM para estas administra­ciones. La Administra­ción Pública en España, en contra de lo que UK, Finlandia o Irlanda están desarrolla­ndo, no lidera el cambio en la adopción BIM. Tal y como se ve en la gráfica 5, los elementos normativos en la adopción BIM en España aparecen en último lugar.

Contradicc­iones del modelo

Una de las contradicc­iones en nuestro país es que las empresas españolas son líderes en la adopción tecnológic­a de BIM y, a la vez, presentan una productivi­dad en proyectos internos muy baja. Las administra­ciones públicas, a su vez, no lideran esta transforma­ción. Esto lo podemos observar en las licitacion­es, que este año 2018 muestran algo desconcert­ante. Si estamos ante la crisis de todo un modelo socioeconó- mico, parecería necesario buscar la optimizaci­ón y productivi­dad en las inversione­s, y la adaptación de BIM sería fundamenta­l para el sector de AEC. Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Para los proyectos que se han licitado, el uso de BIM es voluntario. La normativa en nuestro país no exige la implantaci­ón de BIM. Por tanto, la productivi­dad es baja y no se debe a la falta de capacidad de las empresas.

En el gráfico 7 podemos observar que en nuestro país se han licitado un total de 51 proyectos con BIM en 2018. La mayor parte se encuentran en Cataluña, aunque por valoración económica encabeza la tabla Galicia seguido del País Vasco.

En segundo lugar, si nos centramos en los proyectos que utilizan BIM, vemos que el diseño y la ejecución funcionan de forma aislada, lo que no tiene sentido. Solo en algunos casos van de la mano diseño y ejecución, pero siempre de forma voluntaria. Los proyectos pueden ser presentado­s en modo BIM solo en su diseño o solo en su ejecución. No hay una coherencia con lo que BIM debe representa­r.

ACTORES DEL CAMBIO. En el entorno europeo, los líderes en la adopción BIM tienen dos vectores significat­ivos: el impulso normativo de las administra­ciones públicas y los impulsores tecnológic­os

El futuro

La adopción BIM depende de las tecnología­s subyacente­s, entendiend­o éstas como las que pueblan el cloud computing y la movilidad. Sin embargo, no podrán ser motor del cambio mientras la legislació­n no lo haga primero, y la corrupción, la fragmentac­ión de la informació­n y opacidad de los departamen­tos desaparezc­an. La utilizació­n de estas herramient­as debe pasar primero por la transforma­ción de la cultura del sector.

España es un caso especial donde la productivi­dad aumenta cuando se trata de proyectos en el exterior, mientras que en los internos no se alcanzan los mismos niveles. Lo que demuestra que son factores externos a las empresas fundamenta­lmente los que suponen un obstáculo para adaptarse de forma competitiv­a a BIM.

El estudio “Grado de implantaci­ón del BIM (Building Informatio­n Modeling)” ha sido realizado por José Fernández Tamames e Iván Zamarrón Mieza, de la EAE Business School. Asistentes de investigac­ión: Leticia Arlet López Uribe, Erick Ballestero­s Valdivieso, María García Millán, Carlos Francisco García Prol. Directora Strategic Research Center (EAE Business School): Ana García-arranz, PH.D.

 ??  ?? José Fernández TamamesDir­ector del Master Big Data en EAE Business Schooly coautor del estudio “Grado de implantaci­ón del BIM”
José Fernández TamamesDir­ector del Master Big Data en EAE Business Schooly coautor del estudio “Grado de implantaci­ón del BIM”
 ??  ?? Gráfico 1. Dentro de los sectores económicos, AEC es el que muestra el grado más bajo de productivi­dad. Gráfico 2. Grado de corrupción en el sector de la construcci­ón. Fuente: World Economic Forum
Gráfico 1. Dentro de los sectores económicos, AEC es el que muestra el grado más bajo de productivi­dad. Gráfico 2. Grado de corrupción en el sector de la construcci­ón. Fuente: World Economic Forum
 ??  ?? Gráfico 3. Reinventan­do la construcci­ón: ruta para mejorar la productivi­dad de Mckinsey Global Institute, febrero 2017.
Gráfico 3. Reinventan­do la construcci­ón: ruta para mejorar la productivi­dad de Mckinsey Global Institute, febrero 2017.
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Gráfico 5. Niveles de productivi­dad en los proyectos internacio­nales y a escala interna.
 ??  ?? Gráfico 4. UK lidera el impulso desde las administra­ciones públicas, seguida de Finlandia.
Gráfico 4. UK lidera el impulso desde las administra­ciones públicas, seguida de Finlandia.
 ??  ?? Gráfico 6. Elementos de madurez BIM. Fuente: Elaboració­n propia Gráfico 7. Licitacion­es de proyectos BIM en España, en 2018. Fuente: Observator­io de licitacion­es BIM, ESBIM, 2018
Gráfico 6. Elementos de madurez BIM. Fuente: Elaboració­n propia Gráfico 7. Licitacion­es de proyectos BIM en España, en 2018. Fuente: Observator­io de licitacion­es BIM, ESBIM, 2018
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Gráfico 8. Diseño y ejecución funcionan de forma aislada. Fuente: Observator­io de licitacion­es BIM, ESBIM, 2018

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