LOS AMIGOS DE CARTAGENA
Gana la primera etapa y le preguntan de dónde saca la motivación tras una larguísima temporada para venir a China y encima a ganar. "Pues de que después de esta carrera me voy a casa", responde con sencillez Fernando Gaviria (1994, La Ceja) haciéndose eco de un sentimiento muy extendido en el pelotón. El comentario más repetido era que esta carrera sería una delicia en enero o febrero, cuando las fuerzas y las ganas están intactas; pero, a estas alturas de año, las únicas ganas que quedan son las de terminar. Ya es un hecho que la campaña ciclista de primera división se extiende desde el enero australiano hasta el octubre asiático. El reto ahora para equipos y corredores es encontrar la forma de mantenerse competitivos y motivados a lo largo de estos diez meses. Más allá de su ostensible displicencia, el colombiano hizo gala de su inconmensurable calidad en los cinco sprints de este Tour de Guangxi. Uno se le escapó porque hacía viento de cara y Dylan Groenewegen (LottoNL-Jumbo) supo salir de su rueda en el momento justo para batirle en la foto finish; los otros cuatro se los apuntó con superioridad para proclamarse pichichi de la temporada con catorce triunfos empatado con su coequipier Marcel Kittel. El próximo año se enfrentarán en el Tour de Francia: Apolo vestido de rojo Katusha, Gaviria todavía de azul QuickStep y después de disputar por primera vez a conciencia la campaña de clásicas. Pero antes tendrá sus deseadas vacaciones. "Primero pasaré una semana en Cartagena con mi gente", contó a Ciclismo a Fondo. "Después veré si me voy de viaje con mis amigos de allí".