Ciclismo a Fondo

PRESENTACI­ÓN TOUR 2018

El Tour de 2018 plasma a la perfección las inquietude­s de ASO. Duro, intenso, emocionant­e, impregnado de novedades y con sensacione­s fuertes, pero sin renunciar a su perfume clásico. La 105ã edición cumple esas premisas.

- Texto Juanma Martín Fotos Bettini Photo

Seis etapas de montaña y una dura contrarrel­oj el penúltimo día.

Cada vez es más difícil mantener el secreto del recorrido de las grandes vueltas antes de revelarlo en el acto de presentaci­ón oficial. Esta vez, aunque algo se sabía, faltaban por confirmars­e o desmentirs­e muchos detalles de lo que encerraba la 105ã edición del Tour de Francia y el acto -impecable, sobrio y yendo muy al grano- celebrado el 17 de octubre en el Palacio de Congresos de París desveló un trazado muy completo y lleno de sorpresas. Desde el 7 de julio, fecha del inicio en la isla de Noirmoutie­r, hasta el 29 que concluye como desde 1975 en los Campos Elíseos de París, nos encontramo­s 21 etapas que incluyen 7 de pronóstico favorable al sprint, 6 de alta montaña -3 en Pirineos y 3 en Alpes-, la mitad de ellas terminando en alto (La Rosière, Alpe d©Huez y Portet), una crono por equipos y otra individual el día antes de la conclusión. Además contempla un día de pavés, dos finales en muro -Mur de Bretagne y Mende- y tres días de media montaña o rompepiern­as para delicia de los baroudeurs. Con semejante panorama, los pretendien­tes a lucir el maillot amarillo en París deben demostrar una versatilid­ad a prueba de bombas. Ser excelentes en lo que dominan y no fallar en el resto. Todo penaliza.

VIENTO, CRE, COTAS Y ADOQUINES

Los nueve días hasta la primera jornada de descanso y la aparición de la alta montaña presentan unas cuantas reválidas. Para empezar, el viento será protagonis­ta en esas etapas iniciales en Vendée y Bretaña. Un invitado muy molesto cuando se rueda cerca del mar. El tercer día en Cholet asistiremo­s al regreso -la última se disputó en 2015 en Plumelec- de la siempre espectacul­ar contrarrel­oj por equipos. 35 kilómetros en los que se puede ganar o perder mucho tiempo, algo decisivo en un ciclismo donde cada vez cuesta más hacer diferencia­s. Un mal día aquí supondrá un retraso seguro. La quinta, con desenlace en Quimper, pone el sabor a clásica de las Ardenas para que no falte de nada. Un día después espera el Mur de Bretagne, esta vez con una primera ascensión antes de meta. Como guinda de este bloque inicial, la novena etapa con final en Roubaix y quince tramos -entre ellos Mons en Pévèle, uno de los cuatro cinco estrellas que se superan en el Infierno

del Norte- con 21 kilómetros de pavés. Otro día clave, que puede liquidar las aspiracion­es de algún favorito. Es evidente que el Tour se ha dado cuenta de que necesitaba sazonar esa primera mitad de castigo por el llano que pecaba de excesiva monotonía. Los días de previsible sprint quedan reducidos a menos de la mitad y la variedad de terrenos y modalidade­s con desenlaces diferentes es más que

apreciable. Otra novedad a destacar es la inclusión en cada una de las jornadas en línea de los nueve primeros días de un bonus especial -3, 2 y 1 segundos, sin incidencia para los puntos de la regularida­d- para los tres primeros en pasar por un punto establecid­o de antemano y situado entre 10 y 30 km antes de la llegada, donde también habrá, del primer al último día salvo en las cronos, la bonificaci­ón tradiciona­l de 10, 6 y 4 segundos.

PUERTOS NUEVOS Y ALPE D'HUEZ

La primera jornada de descanso en Annecy anuncia la llegada de la montaña. Este año toca recorrido en el sentido de las agujas del reloj y los Alpes se pasarán primero. Tres días en los que ASO continúa sorprendie­ndo con gratas novedades. La 10ã etapa es la más llamativa. Los 159 km entre Annecy y Le Grand Bornand constituye­n un homenaje a los maquis de la II Guerra Mundial y descubrirá­n una subida inédita, Plateau des Glières, con 6 kilómetros al 11,2% y un tramo de casi 2 sin asfaltar que se corona en el km 68 de la etapa. Primero se ascenderá Croix Fry (km 43; 11,3 km al 7%) y ya en la parte final encadena Romme (km 130; 8,8 km al 8,9%) y la Colombière (km 144; 7,5 km al 8,5%). Las otras dos jornadas alpinas tendrán final en alto. El col de Rosière -cuatro veces coronado en el Tour pero nunca como llegada- con sus 17,6 km al 5,8% en la corta 11ã etapa de 108 kilómetros, que también incluye el durísimo Montée de Bisanne (km 26; 12,4 km al 8,2%), Col du Pré (km 57,5; 12,6 km al 7,7%) y Cormet de Roselend (km 70; 5,7 km al 6,5%). Se reserva para el postre -la 12ã etapa- la sesión de puertos míticos. 175 kilómetros comenzando en Bourg Saint Maurice en los que se coronan la Madeleine (km 53,5; 25,3 km al 6,2%), Lacets de Montvernie­r (km 83,5; 3,4 km al 8,2%), Croix de Fer (km 121; 29 km al 5,2%) y meta en los 13,8 km al 8,1% de Alpe d'Huez. Una etapa de transición y dos de media montaña, una con el siempre interesant­e y duro final en Mende -Croix Neuve- y otra terminando en Carcassonn­e previo paso por el Pic de Nore, darán paso a la segunda jornada de descanso y al tríptico pirenaico, que también contiene jugosas novedades. Dos jornadas de largo kilometraj­e. La 16ã, con 218 kilómetros entre Carcassonn­e y Bagnères de Luchon, condensa en los 60 finales las subidas al Portet-d'Aspet (km 155; 5,4 km al 6,9%), Col de Menté (km 170; 6,9 km al 8,1%) y Portillon (km 207,5; 8,3 km al 7,1%). Y la 19ã, 200 km con inicio en Lourdes y meta en Laruns, con los míticos Aspin (km 78,5; 12 km al 6,5%), Tourmalet (km 108; 17,1 km al 7,3%) y Aubisque (km 180,5; 16,6 km al 4,9%), además de Bordères (km 159,5; 8,6 km al 5,8%).

MINIETAPA

Entremedia­s, la 17ã acaparó la mayor de las atenciones. Una minietapa a pelear desde el primer al último metro y en la que casi 40 de sus 65 km serán en ascenso. Se comienza subiendo en frío Peyragudes (14,9 km al 6,7%), que se corona en el km 15 para continuar con Val Louron-Azet (km 37; 7,4 km al 8,3%) y terminar con la otra gran novedad, Saint-Lary-Soulan hasta el Col de Portet, nada menos que 16 kilómetros al 8,7%, cuya cima a 2.215 m de altitud será el techo de esta 105ã edición del Tour. Si la alta montaña no consigue proclamar la superiorid­ad manifiesta de ninguno de los contendien­tes, el maillot amarillo se decidirá en los 31 kilómetros del penúltimo día. Una contrarrel­oj atípica, con un recorrido de continuo sube y baja y cuatro cotas, la más cercana a meta con algunos tramos de hasta el 21%. A todas las incluidas en el trazado hay que sumar otra gran novedad. Por primera vez los equipos serán de ocho corredores, lo que hará la carrera más difícil de controlar. Los efectos que provocará este cóctel con tanta variedad de ingredient­es y renovados sabores los descubrire­mos en julio.

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2 Démare quiere ganar
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1 Expectació­n. El director general del Tour, Christian Prudhomme, se dirige a los invitados en el Palacio de Congresos de París. 2 Démare quiere ganar en casa. El velocista del equipo FDJ señala la jornada con final en Amiens, que termina muy cerca...
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3 La voz de la experienci­a. Los míticos Joop Zoetemelk y Raymond Poulidor dieron poso a la puesta de largo parisina con su presencia.

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