PRESENTACIÓN GIRO 2018
Una edición histórica con inicio en Tierra Santa -Jerusalén- y final en Roma. 45 kilómetros contrarreloj y muchos finales en alto, hasta siete. Un gancho que surtió el efecto deseado: Chris Froome anunció en directo su participación.
El recorrido que ha atraído a Froome.
La primera sorpresa del Giro de Italia 2018 dejó de serlo hace muchos meses: por primera vez la Corsa Rosa daría el banderazo de salida en otro continente. Concretamente en Israel, que acogería las tres primeras etapas. La otra empezó a circular horas antes de la presentación oficial en los estudios de la RAI en Milán y se confirmó durante el acto: Chris Froome se apunta a ganar la grande que le falta. El Giro 101 ya tiene favorito, queda encontrarle rivales que puedan dotar de emoción a esta edición de la globalización. Cuatro estrellas protagonizaron el acto: el ganador de la última edición, Tom Dumoulin; los locales Vincenzo Nibali y Fabio Aru; y Alberto Contador. De los tres en activo, ni el neerlandés ni el siciliano tienen claro acudir, aunque no lo descartaron. Sus miras, salvo cambios de última hora, están puestas en el Tour de Francia. Fabio Aru sí que será de la partida, cambiando el celeste de Astana por el blanquinegro del UAE Team Emirates, y tratará de poner las cosas difíciles al líder del Sky.
ZONCOLAN, CRONO Y FINESTRE
Por lo que respecta al recorrido, 3.546 kilómetros a cubrir entre el 4 y el 27 de mayo, sólo se confirmaron algunos de los rumores. La ronda transalpina terminará en Roma, pero no con una tercera cronometrada como se había especulado. Finalmente serán 44,2 kilómetros -que no son pocos dentro de lo que se estilade lucha individual: los 9,7 km de la jornada inaugural en Jerusalén y los 34,5 kilómetros de la 16ã etapa entre Trento y Rovereto. Para compensarlo, aparte de varias jornadas rompepiernas muy propicias a las emboscadas marca de la casa, encontramos hasta ocho etapas de montaña, todas ellas con final en alto, aunque la llegada de Sappada no sea puntuable, por lo que oficialmente se anuncian como siete. Eso sí, están un poco más repartidas, aunque el plato fuerte se concentra como siempre en la última semana alpina. La dureza comienza en la sexta etapa con la ascensión al Etna, aunque por una vertiente menos dura y conocida. A continuación vienen seguidas (8ã y 9ã) las que concluyen en Montevergine di Mercogliano y el Gran Sasso (Campo Imperatore). Como guinda a la segunda semana de carrera, se enlazan en la 14ã y la 15ã las que finalizan en el Monte Zoncolan y Sappada, ambas con cuatro puertos puntuables previos. El encadenamiento decisivo lo constituirán las etapas 18ã, con meta en Prato Nevoso; 19ã con Lys, el temible Finestre -Cima Coppi con sus 2.178 metros-, Sestriere y Jafferau; y la 20ã, que en sus últimos 80 kilómetros incluye Col Tsecore, San Pantaleone y Cervinia. Un recorrido donde los aspirantes a levantar el precioso Trofeo Senza Fine tendrán que dominar todos los terrenos y hacer gala durante las 21 etapas de una concentración exquisita.