VINCENZO NIBALI
Recién cumplidos 33 años, el líder del Bahrain-Merida se asoma a su madurez ciclista desde el mismo balcón de siempre: el del ataque hasta la extenuación. Es su sello y la única religión que profesa, aunque "cada vez hay menos" que lo hagan. Él no va a ca
Ainara Hernando entrevistó al carismático líder del Bahrain-Merida.
A Vincenzo Nibali hay que dejarle hablar, aunque cuando calla parece que no tiene más que decir. Qué va. Piensa detenidamente y luego, como un caníbal, lanza lo que quiere contar. Es mejor no ametrallarle a preguntas y dejarle su espacio. A un silencio largo puede seguirle una frase demoledora. Resulta difícil comprender esa parte suya, tratándose de un ciclista tan volcánico. Le viene de tiempo atrás. ª En mi primer Mundial me dormí en el furgón cuando hacían la reunión -se ríe-. Forma parte de mi carácterº. Luego, cuando se sube a la bicicleta, se transforma. En una apacible tarde, justo al lado del sofá donde se sienta y comienza a hablar así, a su ritmo, hay un confesionario en el que meterle para realizar la foto de apertura de esta entrevista se antoja muy goloso. Él se niega. ª ¡No, por favor, no!º , repite entre risas una y otra vez. ª Eso Michele lo hubiera hecho seguro, le habría encantadoº , dice recordando a su gran amigo Scarponi. Resultó que no hizo falta meterle ahí dentro, pues entre esos silencios permitidos afloró más de una confesión.
VALIENTE
Ciclismo a Fondo: El día del ataque de Contador y la caída de Chris Froome en La Vuelta, le preguntaron al madrileño si el ciclismo es para valientes. Él dijo que
con los potenciómetros cada vez menos. ¿Tú qué opinas? Vincenzo Nibali: Un poco de razón tiene, pero depende mucho de la condición y del recorrido. Y de los equipos contra los que te enfrentas. En la última Vuelta, aparte de competir contra Froome, lo hacíamos también contra su equipo. Es una escuadra muy fuerte. De diez corredores que aguantan, cuatro son Sky y los otros seis, uno de cada equipo. ¿El ciclismo es así, cálculo, matemáticas?
En el ciclismo moderno sí. El de hace unos años era completamente diferente. En los últimos tiempos ha cambiado mucho. Se ha perfeccionado. ¿Por fortuna o por desgracia?
Creo que muchas veces la gente se aburre. No diría que por fortuna. A quien le guste este ciclismo es que no ha visto nunca el de antes. El de verdad. ¿El potenciómetro es tan relevante?
Cuando comparas los números de los entrenamientos y los de competición, son distintos. Te acercas pero la carrera siempre es la carrera. Llevas la adrenalina, das siempre de más. Es un punto de referencia bueno para entrenarte, pero cuando se va fuerte, a tope, si te digo la verdad se usa poco. Sí, lo miras, pero si te exprimes al máximo sabes que el que está a tu lado también va igual e intentas dar un poco de más para crearle dificultades.
¿Te has sentido tentado a guiarte por él viendo el éxito que tiene en otros corredores y equipos, como el Team Sky?
Mira, no es un problema de que lo lleve el Sky u otros equipos. El tema es que, en este momento, Sky ha demostrado que todos sus corredores van fuertes. Tienen un tremendo poderío como equipo. Si te encuentras con uno que es muy superior a nivel individual puedes probar a hacerle sufrir, pero cuando dispone de esa fortaleza alrededor resulta complicado. No creo que sea culpa del SRM. Eso existe desde hace veinte años.
Sí, pero Froome lo ha convertido en su biblia, su religión. Cuando alguien ataca, baja la vista.
Sí, él mira ahí, espera... (hace el gesto) A ver, yo también lo puedo mirar. Sé cuáles son mis parámetros. Pero también te digo que cuando estoy bien no me hace falta para nada.
¿Ya no quedan ciclistas como Contador o como tú, de los que atacan más por corazón que con la cabeza?
Sí, cada vez hay menos (ríe).
¿Estás orgulloso de ser así?
Por una parte sí, porque es mi instinto, mi naturaleza. A veces lo que hace todo esto un poco mejor es la radio, ¡pero no quiero crear polémicas de si hay que llevarlas o no!
¿Cómo se le gana a Froome?
(Lo piensa un tiempo en silencio) No lo sé (sonríe) Si tiene un día malo, intentar algo. Pero no le he visto que haya pasado días malos. Quizás una etapa en el Tour, la de Peyragudes.
Pero luego hay carreras que se le resisten, como el Giro de Italia. ¿Por qué?
Eso depende de la interpretación de las carreras. Quizá un año vaya al Giro y lo gane, pero el recorrido es más difícil. Se celebra al principio de la temporada y hace más frío, que él asegura que no le gusta mucho.
¿Cuánto cambia que en un Giro, una Vuelta o un Tour esté presente el Sky con su equipo más potente? ¿La gente tiene más miedo a atacar?
Ellos se han convertido en un punto de referencia para las grandes vueltas. Eso ha provocado que los demás equipos basen su carrera en lo que hacen los Sky. Se concentran en cómo corren.
¿Y para ti ha cambiado algo desde que ellos irrumpieron en la élite?
No, sigo siendo el mismo. Tengo días malos porque no es sencillo estar siempre delante.
DARLO TODO
¿Fue una decepción no ganar el Giro 100? (Tarda un poco en contestar) Decepción no. Depende de cómo lo pueda interpretar cada uno. Es una palabra fuerte. Pero cuando vas a una carrera en la que hay una quincena de ciclistas que apuntan al mismo único objetivo, sabes que todos vienen muy preparados y no es fácil lograrlo. ¡A excepción de Froome en los últimos cuatro años! (se ríe) Pienso que si has luchado y has dado todo hasta la última meta, no debes sentirte decepcionado contigo mismo. Puedes esperar alcanzar mejores resultados, pero nunca es fácil. En estos años me he batido con muchos adversarios que eran