"Ganar en casa es un sueño"

Poco a poco, Omar Fraile va cumpliendo sueños. "El primero era ganar una etapa en el Giro, pero siempre tuve en mente esta carrera, la Itzulia", la de casa. "Sin embargo, lo veía muy lejano, porque si no eres un líder aquí no se puede ganar". De eso se alimentan los sueños, de imposibles. Y sucede a veces que, cuando uno los desea tanto, acaban por hacerse realidad. Omar siguió el mismo guión con el que alzó los brazos en el Giro de Italia: coger la fuga en un día marcado, hacer camino, dejarse atrapar por los favoritos de la carrera cuando la etapa entraba en su punto caliente, tirar de inteligencia para dejar que se desgastaran y acabar remachándoles en la línea de meta. Así lo hizo en ruta hacia Eibar, en la penúltima etapa de la carrera. La primera oportunidad ya se le había escapado, la de la etapa inaugural que tan marcada tenía. "Esa es la mía", decía en la presentación de equipos en Zarautz. Pero sufrió demasiado. No pudo. "Unos calambres, el calor y las alergias no me permitieron rendir a mi nivel". Así que dejó pasar los días y redondeó con rotulador rojo la quinta etapa. Ahí no falló. Se metió en la fuga en medio de los abanicos que se desataron saliendo de Vitoria. Después, dejarse atrapar por los favoritos. "Por la radio me han dicho cómo venían, así que les he esperado". Aguantar y recuperar. "Lo he pasado muy mal, cuando tiraban Landa y Ion Izagirre iba al límite. Ha habido un momento que he hecho la goma, pero me he dicho que tenía que agarrarme". Pese a que la entrada en Eibar se le hizo "larguísima, en el sprint notaba que la gente me gritaba". Fue el único triunfo vasco de la Itzulia. "Llevo toda la vida queriendo ganar aquí, es increíble. Ha sido el día perfecto". ¿Siguiente meta? "Vencer en el Tour de Francia. Por soñar que no quede". Que a veces se convierten en realidad.