"Parecía que estaba en un concierto"

El balear empezó la Itzulia con aspiraciones de hacer "una buena general". La contrarreloj le retrasó en exceso, como a todos los favoritos, y al siguiente día tuvo que esperar a Alaphilippe, "porque era el líder del equipo", pero Enric Mas arrancó la última etapa con el único propósito de salir de Arrate con el ramo de flores. Y lo consiguió. Ambición y convicción. Así conquistó la primera de las que, por su portentoso talento, prometen ser muchas victorias. "Desde pequeño he soñado con ganar etapas de este tipo. Es la primera de mi vida y estoy contentísimo", dijo el joven del QuickStep Floors bajo el aguacero que cayó en la última etapa de la Vuelta al País Vasco. Enric conocía bien el recorrido. Se ha hecho ciclista por estas mismas carreteras, de juvenil primero y amateur después. "Aquí he competido mucho, lo que permite que me suenen todas las carreteras; eso es muy bonito". Fue un plus a su motivación, jaleado por las decenas de personas que gritaron su nombre cuando, después de haberse metido en la escapada, se marchó en solitario en el último puerto. "Veinte o treinta vatios son de la emoción por ver a la afición que me animaba. Ha habido un instante que me sentía en un concierto, los oídos me pitaban". Pero Enric no se dejó llevar por los nervios. "Confié en mis fuerzas. Iba mirando el potenciómetro en todo momento. Al final de la subida bajé un poco el ritmo para poder pedalear fuerte. En los últimos tres kilómetros me han recortado 6 o 7 segundos, pero más o menos lo tenía controlado". El asfalto mojado hizo su victoria más épica. "Me levanté encima de la bici una vez y la rueda patinó más de lo que esperaba", contó. Además de llevarse el novedoso premio al mejor joven de la Itzulia, terminó sexto en la general. "¿Quién? ¿Ah, yo?" No lo supo hasta que un periodista le bajó de la nube y se lo comentó. "Pues además de mi primera victoria, ese puesto me hace acabar todavía más contento".