La punta del iceberg
La segunda victoria de etapa de Matteo Trentin en el Tour de Francia es recordada por cómo batió al sprint por apenas centímetro y medio a Peter Sagan, que ya por aquel 2014 era uno de los mejores ciclistas del mundo, si no el mejor. La primera, un año antes, pasó a la historia por lo equivocado de su celebración: se le olvidó levantar el dedo meñique y esto ofendió a la 'Sacra Confraternitá', que le exigió realizar el imprescindible gesto en el podio y posteriormente, en la mesa de masaje, abofetearse mientras grababa un vídeo que luego tuvo que subir a las redes sociales. Pero... ¿Qué es la Confraternitá? "No os lo puedo contar, es un secreto", contesta Trentin riendo. "Sólo te puedo avanzar que eso del meñique y las bofetadas es sólo la punta del iceberg de nuestra actividad". Puede parecer una poderosa secta; en realidad, la Confraternitá es un grupo de amigos, ciclistas profesionales o exprofesionales todos ellos, que se estableció en las regiones del Véneto y el Trentino en los 90. Contaba entonces con miembros ilustres como Davide Rebellin, Gilberto Simoni o Fabio Baldato. Actualmente lo lideran Pippo Pozzato y el propio Trentin. Su "actividad" consiste en un grupo de Whatsapp muy activo; donaciones ocasionales a causas benéficas; y una cena que se celebra el viernes después de Lombardía que paga el miembro que más haya triunfado esa temporada.