Las chicas de la cuadriga
▶ Érase una vez, a las afueras de Toulouse, un grupo de ciclistas que vivían en un château renacentista mientras trataban de abrirse camino en Europa inspiradas por Cinisca, una princesa espartana que cuatro siglos antes de Cristo fue la primera mujer de la historia en proclamarse campeona olímpica, compitiendo de igual a igual con los hombres en las carreras de cuadrigas. Su nombre lo tomó Cynisca Cycling, una fundación que, apoyada por la Federación Estadounidense y sufragada por aportaciones privadas, hace posible un proyecto de formación idílico que, a finales de febrero, acaparó titulares clickbait por una sanción disciplinaria que les obligó a renunciar a la Vuelta a Extremadura. Se la ganó el año pasado, cuando trató de hacer pasar por ciclista a una mecánica, mascarilla mediante, para poder tomar la salida en una semiclásica belga. Cosas que pasan en el ciclismo, deporte bello y trambólico donde los haya.
Este año se alinea en la cuadriga Lauren Stephens (1986, residente en Dallas), ciclista texana de primerísimo nivel, campeona panamericana y aspirante a disputar los próximos Juegos Olímpicos tras participar en los cuatro últimos Mundiales luciendo barras y estrellas. Damnificada por la catarsis del equipo EF Education, ha encontrado acomodo en el château de Cynisca, donde ejerce de líder deportiva y mentora para sus jóvenes coequipiers, ocho de ellas estadounidenses menores de 25 años.
Cynisca Cycling ya consiguió el triunfo en la primera Clásica de Almería femenina gracias a una escapada de la canadiense Emilie Fortin y logró revalidar título con Stephens como ariete pese al sensible incremento en la calidad del pelotón. La prueba fue divertida y muy competida, con Human Powered Health, Ceratizit-WNT y el mejorado Laboral Kutxa dispuestos a recoger puntos a diestro y siniestro, forzando abanicos en la parte inicial por la costa del Poniente y librando una buena batalla en la definitoria subida desde Adra hasta Dalías. En esta confrontación de bloques se colaron las chicas de Eneicat-CM Team, con Claudia San Justo ensayando una escapada en solitario, Carolina Vargas limpiando los sprints intermedios y Adèle Normand imponiéndose en la montaña. La pequeña escaladora canadiense fue testigo del momento decisivo cuando, a las afueras de Berja y restando unos 40 kilómetros para la llegada, Stephens se destacó junto a Yuliia Biriukova (Human Powered Health). "Salté para cerrar el hueco y logré meterme a su rueda -contaba Normand a posteriori-, pero luego me faltaron fuerzas para coronar con ellas". En el largo descenso hasta la Puebla de Vícar, la texana y la ucraniana lograron mantener a raya al pelotón reducido donde se fajaban Laboral Kutxa y Ceratizit-WNT, con la colombiana Jessenia Meneses y la alicantina Sandra Alonso particularmente notables en el servicio a sus compañeras. Triunfó la fuga y triunfó Stephens, que en la recta de meta supo ajustar su sprint al viento de cara.