Berkeley se desploma un 31% en Bolsa ante el posible veto a las minas de uranio
PSOE y Podemos pactan una enmienda al proyecto de Ley de Cambio Climático La firma estaba pendiente de obtener licencia
El proyecto de Berkeley vuelve a quedar en el aire. La empresa, que pretende explotar una mina de uranio a cielo abierto en la provincia de Salamanca, se desplomó ayer un 30,84% en la sesión en Bolsa después de conocerse que PSOE y Unidas Podemos han presentado una enmienda al Proyecto de Ley de Cambio Climático para prohibir la explotación de minerales radiactivos en España.
Los títulos de la empresa, que no tiene otra actividad, ya cayeron un 9,3% en la sesión bursátil del miércoles y, aunque en lo que va de año acumulan una subida del 89%, ayer se hundieron ya que de salir adelante la enmienda el proyecto de la mina no llegará a ver la luz.
En concreto, el Grupo Socialista y el de Unidas Podemos han pactado que en la citada norma quede “prohibida la investigación y el aprovechamiento de minerales radiactivos tal y como se definen en la Ley 25/1964 de 29 de abril, sobre energía nuclear cuando tales minerales sean extraídos por sus propiedades radiactivas, fisionables o fértiles en todo el territorio nacional”.
Además, el texto añade que se procederá al archivo de cualquier procedimiento relacionado con la autorización de instalaciones radiactivas para el procesamiento de esos minerales.
Actualmente hay dos grandes proyectos para levantar minas de uranio en España que se verían afectados por esta enmienda: el de Berkeley en Retortillo (Salamanca) y el de la empresa Qbis Resources en Zahínos (Badajoz).
Berkeley lleva más de una década intentando obtener los permisos necesarios para iniciar las obras y comenzar a extraer mineral. Tras obtener recientemente la licencia urbanística por parte del Ayuntamiento de Retortillo tan solo le faltaba un único trámite: la autorización de construcción, que depende del Ministerio para la Transición Ecológica, previo informe del Consejo de Seguridad Nuclear.
No obstante, esta autorización es más compleja de recabar. Y es que, el proyecto, además de la mina, incluye una planta de tratamiento del uranio, considerada como una instalación radioactiva. El pasado mes de julio el CSN dio su opinión favorable para conceder la prórroga de la autorización previa que Berkeley solicitó en 2015 y que caducaba en septiembre de este año.
El siguiente paso sería que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico apruebe esta autorización y fije su plazo de vigencia. Sin embargo, de salir adelante esta enmienda, daría al traste con los planes de Berkeley.