Los líderes de la UE aceptan alargar la negociación, pero se preparan para un Brexit duro
El Consejo pone como condición respetar el acuerdo de retirada Pide a la Comisión que prepare directrices por si no hay pacto
Los jefes de Gobierno de la UE dieron ayer su beneplácito al negociador comunitario, Michel Barnier, para que prosiga con la ronda de conversaciones con su homólogo británico, David Frost, a fin de lograr un acuerdo que rija las relaciones comerciales entre Bruselas y Londres a partir del 31 de diciembre, cuando se consuma definitivamente el Brexit económico. Siempre, eso sí, aplicando “plenamente” el acuerdo de retirada y sus protocolos, recoge la nota aprobada por los 27 en una cumbre de la que tuvo que ausentarse repentinamente la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, tras conocer que un miembro de su equipo había dado positivo en Covid-19.
“El Consejo Europeo reafirma la determinación de la Unión por mantener una asociación lo más estrecha posible con el Reino Unido sobre la base de las directrices de negociación del 25 de febrero de 2020, respetando las directrices del Consejo Europeo previamente acordadas”. En particular, explica el texto, la que atañe “a la igualdad de condiciones, la gobernanza y la pesca”.
La nota del Consejo supone un aviso directo a Londres, en trámites de aprobar una ley que rompe con ciertos puntos del citado acuerdo de retirada, principalmente los relacionados con la actividad comercial en la frontera con Irlanda del Norte. Y los 27, conscientes de lo complicados que serán los casi 100 días que quedan hasta el 31 de diciembre, instan “a los Estados miembros, a las instituciones de la Unión y a todas las partes interesadas a que intensifiquen su labor de preparación a todos los niveles y para todos los resultados, incluido el de la falta de acuerdo”. Así, invitan a la Comisión a que planee posibles medidas de contingencia unilaterales y de duración limitada si finalmente el Brexit culmina a las bravas.
Después de la resolución comunitaria le toca mover ficha al Reino Unido, que ya avisó de que se pronunciaría tras las conclusiones de la cumbre europea. David Frost adelantó ayer sentirse “decepcionado” con la resolución comunitaria, y dijo que el Gobierno de Boris Johnson se pronunciaría en el día de hoy.
Los dos bloques se habían dado de plazo hasta ayer, 15 de octubre, para encontrar un atisbo de pacto que tras intensas y duras rondas no ha terminado de llegar. La situación sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus y el enroque británico al proponer una ley que rompía con el acuerdo inicial sobre el que se basarían las negociaciones, no han propiciado el acercamiento.
En el caso de que la ronda continúe, fuentes diplomáticas recuerdan que sigue siendo muy complicado llegar a un acuerdo debido a las fuertes divergencias en aspectos clave como la competencia o la pesca y a que el tiempo apremia.
El propio presidente francés, Emmanuel Macron, señaló ayer que “es posible que no tengamos acuerdo”, y aseguró que defenderá a capa y espada los intereses de la flota pesquera gala, la que más intereses tiene en lograr una resolución que rebaje lo mínimo posible las cuotas en aguas británicas. “En ningún caso nuestros pescadores serán sacrificados por el Brexit”. El presidente español, Pedro Sánchez, instó por su parte a ambos bloques a encontrar un acuerdo, mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente italiano, Giuseppe Conte, remarcaron que el pacto no puede llegar “a cualquier precio”.
Aunque no estaba entre los puntos del día de la cumbre, los socios también hablaron del desembolso del fondo europeo. El presidente de la Eurocámara, David Sassoli, adelantó que las negociaciones entre el Parlamento y el Consejo van cogiendo forma poco a poco en lo relativo a la vinculación entre su ejecución y el cumplimiento del Estado de derecho. No ocurre lo mismo por ahora con el debate sobre las cantidades finales, ya que los eurodiputados sostienen que el montante del presupuesto debe crecer en 40.000 millones.