La británica Liberty Steel se lanza a comprar la división de acero de Thyssenkrupp
La unión de ambas generaría el decimosexto productormundial Bruselas ya vetó en 2019 el intento de compra de la india Tata Steel
La británica Liberty Steel prepara su asalto para hacerse con la división de acero de la alemana Thyssen-Krupp tras presentar una oferta no vinculante para adquirirla. “Liberty Steel está convencido de que la combinación con Thyssenkrupp puede ser la respuesta correcta desde un punto de vista económico, social y medioambiental”, aseguró este viernes la firma en un comunicado en el que no se detallaban datos económicos.
Thyssenkrupp es el segundo mayor productor de acero en la UE, con 12,25 millones de toneladas, muy por detrás de Arcelor-Mittal, con 97,3 millones de toneladas, que también es el mayor productor mundial. Los datos de la Organización Mundial del Acero otorgan a Liberty Steel una producción de 5,41 millones de toneladas. La suma de Thyssenkrupp y Liberty generaría un gigante europeo con una capacidad de fabricación de 17,7 millones de toneladas, lo que le auparía a la decimosexta posición del ranking mundial.
Tiempo de maduración
“Creo firmemente en el futuro del acero en Europa. Si la industria invierte en el acero verde creo que podrá transformarse y sobrevivir en el largo plazo”, aseguró Sanjeev Gupta, consejero delegado de Liberty Steel, durante una conferencia telefónica con periodistas. En su opinión, la industria del acero necesita tiempo para madurar “y eso en cualquier caso lo tiene que hacer sin acudir a ayudas públicas para competir en igualdad de condiciones”. La firma germana se comprometió a estudiar detalladamente la oferta.
El interés de Liberty Steel disparó el viernes el valor de las acciones de la división de acero de Thyssenkrupp, que arrancaron la sesión superando el umbral de los 5 euros, aunque finalmente cerraron en 4,5 euros, con un alza del 11,7%. Pese a ello, los títulos acumulan un desplome bursátil del 63% en los últimos 12 meses, lo que dificulta las posibilidades de éxito de este tipo de integraciones por el deterioro de la valoración de los activos
Adicionalmente, la operación tendrá que salvar dos obstáculos. El primero es el de la Comisión Europea, que ya vetó la compra de la alemana por parte de la india Tata Steel en junio de 2019 tras concluir que la unión de ambas “habría reducido el número de proveedores disponibles y provocado un aumento de los precios en los productos para empaquetado de acero revestido y laminado, así como en productos de acero galvanizado para la industria del automóvil”.
El segundo será el propio Ejecutivo alemán, que ya está sufriendo una fuerte presión social para que acceda al rescate, igual que ha hecho con Lufthansa o TUI, a una compañía fundada en 1999, que emplea a cerca de 29.000 trabajadores y que ha registrado pérdidas por 700 millones de euros en los nueve primeros meses de 2020. IG Metall, el sindicato con mayor representatividad de la industria germana, ya ha anunciado manifestaciones contra la compra para evitar miles de despidos. Si finalmente se produce la venta a otro grupo extranjero, la empresa habrá acabado troceada y repartida a inversores, tras venderse dos de las divisiones más importantes (acero y ascensores).
Acuerdos estratégicos
Martina Merz, consejero delegado de Thyssenkrupp, precisó el martes que la compañía estaba barajando todas las opciones, incluyendo la entrada del Gobierno alemán en el capital. Algo a lo que se opuso el ministro de Economía, Peter Altmaier, que prefiere gastar el dinero en favorecer la transición hacia una producción basada en hidrógeno. Fuentes consultadas por Reuters recalcan que la firma alemana también estaría explorando acuerdos estratégicos con la sueca SSAB (el tercer mayor productor de la UE, con 7,62 millones de toneladas) o la alemana Salzgitter (la cuarta con 6,90 millones).