Un lustro de Netflix: el sismo en la producción audiovisual española Desde su llegada, la producción de series y películas nacionales ha cambiado La empresa ha tenido un efecto arrastre en las otras plataformas y en las cadenas
El 20 de octubre de 2015 Netflix desembarcó en España. Lo hizo en medio de la piratería –España solía auparse a las listas de países con más incidencia por descargas ilegales– y ante la habitual desidia para pagar por servicios digitales, que no se tocan ni se poseen.
Cinco años después, la plataforma no solo ha sobrevivido con buena salud. Marcó la dirección a todo un sector en España, el del streaming. Tras sus pasos han ido HBO, llevada en volandas por el pelotazo de Juego de tronos; Amazon Prime Video y Disney Plus, el último en ascender a ritmo de vértigo. Hay muchos más, de diferente catadura: Movistar+, Rakuten TV, Apple TV, Vodafone TV, Strazplay, Filmin. Incluso las primeras víctimas, como Sky, que cerró en septiembre.
Muchos usuarios han adquirido la costumbre de pagar por una tarifa plana de series y películas. Pero además sus hábitos se han transformado: la forma de ver y de consumir contenido. Y también lo ha hecho la producción audiovisual. La creación de series y películas a nivel local es una de las estrategias para su expansión internacional.
En España ha tenido un efecto de arrastre, que arrancó con el estreno de Las chicas del cable, en 2017. Movistar+ lanzó sus primeras series ese año. Amazon Prime ha participado en una docena de coproducciones y HBO acaba de estrenar Patria.
“Netflix ha sido un revulsivo para cambiar el modelo en que consumimos contenido. Ellos han abierto el camino al resto de plataformas para que vengan mucho más rápido”, apunta Pilar Benito, directora general de Morena Films, que produjo para Netflix el documental Dos Cataluñas, la serie Diablero para la filial de México y ahora prepara una nueva película. Cuenta que en este contexto la producción nacional ha tomado impulso. “Tantas plataformas necesitan mucho contenido. Nosotros estamos vendiendo ahora muchísimo nuestros títulos. Porque al consumidor le tienes que dar mucho contenido para conseguir fidelizarlo a tu plataforma”.
Un empujón al sector
David Navarro, showrunner independiente de ficción y que también ha llamado a las puertas de las plataformas de streaming para estrenar su contenido, piensa que el aterrizaje de Netflix supuso una inyección de capital y empujó a todo el sector. “Movistar empezó a trabajar en producción propia al fusionarse con Canal+ y justo en ese momento llegó Netflix, que ya ponía sobre la mesa una estrategia ambiciosa de proyectos multinacionales”.
La presión de Netflix obliga a las televisiones generalistas a reaccionar. RTVE, Mediaset y Atresmedia han sumado fuerzas para crear una plataforma de streaming común. Telefónica y Atresmedia han creado una compañía para producir ficción española. Y se permiten experimentos que antes no habrían hecho. Como el de La valla, una serie que se estrenó en Atresplayer antes que en Antena 3.
Aunque Netflix busca contenido con un propósito distinto al de la televisión tradicional. “Cuando las plataformas de streaming compran un contenido realmente están comprando un evento”, señala Navarro. “No les importa tanto que sea el más visto sino que haga mucho ruido”.
Elena Neira, profesora de Comunicación de la UOC y autora de Streaming Wars. La nueva televisión, también habla de este cariz de acontecimiento que tienen los estrenos. En ello influye el lanzamiento en bloque de las series, que propulsa el llamado binge watch. “Los maratones generan mucha más fidelización porque llevan a usar más horas el servicio. Favorecen reacciones mucho más viscerales si la serie tiene buena acogida. La gente quiere comentar el contenido”.
Este modelo de estrenos también hace que la vida útil del producto sea fugaz. Por eso Netflix estrena contenido constantemente. Un aumento de la producción que arrastra al resto de la industria. Según evaluó PwC, en 2015 se produjeron 38 series en España y en 2018 fueron ya 58. La toma de decisiones a la hora de aprobar una serie o una película también es diferente. “Netflix tiene muy claro las preferencias audiovisuales de los espectadores. Los datos les dicen qué programa sería interesante que hicieran. Hacen el producto que su algoritmo y sus datos les dicen que su audiencia quiere”, explica Neira.
Su presión ha obligado a las televisiones generalistas a reaccionar
Su modelo de estrenos también hace que la vida útil del producto sea fugaz