Cinco Dias

Las restriccio­nes por la pandemia devuelven la inestabili­dad al mercado europeo

Las Bolsas sufren caídas semanales pese a las subidas del viernes Las elecciones de EE UU y el riesgo de Brexit duro agravan la incertidum­bre

- FERNANDO BELINCHÓN

El rebote de los mercados en la semana precedente ha quedado empañado tras la corrección que han protagoniz­ado esta última. El nuevo golpe del virus en Europa con la consiguien­te vuelta de las restriccio­nes, la paralizaci­ón de las vacunas frente al Covid-19 de Janssen y la de Eli Lilly, el fantasma de un Brexit duro, los malos datos de confianza empresaria­l en Alemania y la incertidum­bre política en Estados Unidos han pesado en el ánimo de los inversores.

No obstante, el golpe fue desigual. El virus sigue siendo el principal factor al que mirar a la hora de tomar decisiones y ello queda patente al comprobar cómo ha evoluciona­do la semana en Europa y en Estados Unidos. En el Viejo Continente, todos los grandes índices terminaron en negativo –con caídas semanales del 1,09% del Dax y del 0,84% en el Euro Stoxx– mientras que en Wall Street las ganancias fueron la tónica general con el Nasdaq ganando un 0,79%.

En el caso del Ibex, el acumulado de las últimas cinco sesiones se saldó con un retroceso del 1,46% que lo llevó hasta los 6.849,7 puntos. El viernes, el selectivo español trató de sumarse a la mejoría que protagoniz­aron el resto de parqués europeos y acabó subiendo un tímido 0,48%. Las farmacéuti­cas resultaron las principale­s ganadoras dentro del Ibex. PharmaMar, que en el año acumula un ascenso del 215%, fue la mejor de la semana con un repunte del 11,28%. Le siguió Grifols (+5,23%) y CIE Automotive (+3,72%). En el lado opuesto, las cotizadas que habitualme­nte resultan más castigadas cada vez que hay noticias negativas en relación a la evolución de la pandemia. Banco Sabadell retrocedió un 7,43% en la semana, Colonial un 9,28% y Meliá, el 12,79%.

Europa vuelve a blindarse contra el Covid-19. Francia ha regresado al estado de emergencia decretando toques de queda en las zonas más castigadas. El Reino Unido ha endurecido las restriccio­nes en Londres y ha prohibido las reuniones de personas no convivient­es en interiores.

Desde Bank of America explican que el virus es una de las razones por las que sus previsione­s de cara a la recta final del año son más pesimistas que las del consenso de expertos que siguen los mercados. “Las restriccio­nes localizada­s podrían generar una mayor disrupción si continúan incrementá­ndose. El ahorro de los ciudadanos, que ya está siendo elevado, podría incrementa­rse aún más debido a la incertidum­bre que el virus genera y el distanciam­iento social voluntario puede fácilmente ampliar el impacto económico del resurgir del Covid-19”, auguran los analistas de Bank of America.

Pese al jarro de agua fría que significa el aumento de la incidencia del virus y la paralizaci­ón de algunas de las vacunas, no todas las noticias son tan negativas en lo referente al Covid-19. El viernes, Pfizer anunció que espera solicitar a la FDA estadounid­ense la aprobación de emergencia para su vacuna a finales de noviembre, siempre y cuando los resultados de las pruebas clínicas acompañen. Se trata de la primera vez que el mercado obtiene una referencia temporal más sólida sobre cuándo puede producirse la primera aprobación de una vacuna occidental.

La inquietud ante la nueva ola de la pandemia también tuvo fuerte eco en la deuda. Los inversores se abalanzaro­n esta semana sobre los bonos soberanos, en un primer momento, sobre aquellos que todavía ofrecen algo de rentabilid­ad con un riesgo relativame­nte bajo como España e Italia. Y en la segunda parte de la semana, sobre aquellos considerad­os valores refugio. La rentabilid­ad del español a 10 años terminó el viernes en el 0,12%, cinco puntos básicos por debajo del 0,17% que rentaba el lunes. En estos momentos, el bono español

El Ibex retrocede el 1,46% en la semana, hasta los 6.849,7 puntos

El dinero busca la deuda de máxima calidad tras la caída a mínimos de la periférica

se encuentra en niveles de 2019 y solo a nueve puntos básicos de su mínimo histórico del 0,03%. En el caso del italiano, esta semana ya se marcaron nuevos mínimos. La deuda del país nunca antes había estado tan solicitada, y ahora, ofrece un 0,65% frente al 0,72% del lunes. En el caso del bund, el panorama de inestabili­dad y la perspectiv­a de más estímulos por parte del BCE provoca que incluso siendo su rentabilid­ad cada vez más negativa, los inversores sigan apostando por su compra. Esta semana, cayó hasta el -0,62% desde el -0,52% de la anterior.

Incertidum­bre política

De fondo, el ruido político no hace más que incrementa­rse a medida que se acercan las fechas clave. La primera, el 3 de noviembre con las elecciones estadounid­enses en las que Biden parecen ganar ventaja sobre Trump, un hecho que cada vez asusta menos al mercado debido al masivo plan de estímulo de 2,2 billones de dólares que el partido demócrata intenta impulsar. En Washington se evaporan ya las expectativ­as de que demócratas y republican­os pacten un nuevo paquete de estímulos para hacer frente al Covid antes de los comicios. Donald Trump dijo el jueves estar dispuesto a hacer un gesto para desbloquea­r las negociacio­nes sobre un nuevo paquete de ayuda económica para luchar contra el coronaviru­s, y afirmó que propondría aumentar la cifra de 1,8 billones de

dólares que está sobre la mesa. Pero el presidente del Senado, el republican­o Mitch McConnell, repitió que no respaldarí­a una cantidad tan elevada. También en EE UU, el viernes llegó el dato de producción industrial, que cayó un 0,6% cuando se esperaba un alza del 0,5%. Por su parte, el dato de ventas minoristas fue mejor de lo esperado al subir un 1,9% frente a una previsión del 0,7%.

La segunda fecha marcada en rojo en el calendario de la inestabili­dad política es el uno de enero de 2021, día en el que empezará la futura relación entre el Reino Unido y la UE. El jueves, los 27 líderes europeos pidieron a Reino Unido que volviera a los puntos de partida del acuerdo para poder seguir negociando la relación comercial. El viernes, el primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió que aunque todavía no se levante formalment­e de la mesa, si no hay un cambio de enfoque, no habrá consenso. Esto, implicaría un Brexit a las bravas.

Las turbulenci­as se dejaron sentir en el mercado de divisas. La libra, uno de los termómetro­s sobre el miedo al Brexit, acabó la semana depreciánd­ose ligerament­e hasta los 1,099 euros por unidad desde los 1,102 a los que se cambiaba en la anterior. El movimiento se produjo incluso con el euro cayendo con fuerza contra el dólar ante la búsqueda de refugio. La moneda comunitari­a acabó este viernes en los 1,172 dólares desde los 1,182 de hace una semana.

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