Cinco Dias - Cinco Dias - Executive Excellence (ABC)
El negocio de soñar a lo grande
Opinión de expertos: Richard Branson.
No hace falta más que una escueta tarjeta de visita para presentarlo. Richard Branson es el fundador y CEO de Virgin Group, un conglomerado de más de 360 empresas vinculadas a diferentes sectores de la sociedad de consumo. Branson tiene 67 años, pero bien pudiera parecer que ha vivido más de una vida. Su aventura empresarial comenzó cuando tan sólo tenía 16 y, desde entonces, su dedicación e ilusión no han perdido un ápice de fuerza.
En 1972, inició su andadura ‘Virgin’ creando la cadena de tiendas de discos Virgin Records; detrás la aerolínea Virgin Atlantic Airways y la ampliación de su primera compañía hacia el sector de la producción discográfica.
Aunque decir Richard Branson es decir filantropía. Reconocido por la lista Forbes como una de las personas más ricas del mundo, con una fortuna estimada de 5.100 millones de dólares, el magnate es mundialmente conocido como uno de los líderes más implicados en proyectos sociales.
El directivo británico visitó Madrid recientemente para participar el el World Business Forum 2017 (Wobi) donde repasó los secretos de su éxito empresarial y personal.
Los líderes de las compañías deben poner los medios a su alcance para legar un planeta mejor a sus hijos y nietos Los empresarios y directivos tienen habilidades de las que, muchas veces, carecen los políticos
¿Hasta qué punto es importante que los grandes líderes empresariales hablen y se involucren en problemas sociales de ámbito mundial?
La gestión empresarial basada únicamente en aportar beneficio a los accionistas es cosa del pasado. Los líderes de las compañías deben ser conscientes de que son ciudadanos del mundo y que deben poner los medios a su alcance para legar un planeta mejor a sus hijos y nietos. Los empresarios y directivos tienen habilidades que, muchas veces, no tienen los políticos, y tampoco los representantes del sector social. Si las empresas se ocuparan de gestionar problemas que transcienden su negocio, estoy convencido de que la mayoría de los problemas del mundo se resolverían.
En Virgin trabajamos con un sistema que consiste en trazar un círculo alrededor de cada tienda, fábrica, oficina o isla que tenemos, y procuramos contribuir a los problemas sociales que existen en ese entorno. Por ejemplo, nos aseguramos de que las escuelas locales funcionen correctamente y les ayudamos a adquirir material, o tratamos de ayudar a las personas que viven en la calle. En lugares como África, donde el SIDA y la malaria suponen un tremendo problema sanitario, hemos puesto en marcha varias clínicas especializadas en el tratamiento de estas enfermedades.
Si todas las empresas dibujaran estos círculos alrededor de su negocio y se ocuparan de solucionar los problemas que surgieran en ellos, estas redes acabarían superponiéndose y se podría acabar con todos los problemas del mundo.
Otra fórmula de contribuir desde el ámbito empresarial es la de crear productos o servicios destinados a solucionar los grandes problemas sociales, problemas que los gobiernos son incapaces de arreglar.
Si nos paramos a analizar la lucha contra la drogadicción, nos damos cuenta de que ha sido un auténtico fracaso, porque la droga ha causado más miseria en el mundo que cualquier guerra que se haya disputado. La mujer del presidente norteamericano Ronald Reagan inició la lucha contra este problema, pero la sociedad lo consideró una imposición. El resultado es que hoy, en Estados Unidos, hay millones de adictos a la heroína, y cada año fallecen por esta causa más personas que todos los que murieron en la Guerra de Vietnam. Si un negocio hubiera fracasado durante tanto tiempo, ya habría cerrado.
Los gobiernos perpetúan los mismos problemas año tras año. Por eso, es importante que los empresarios hablemos alto y claro sobre este asunto. Yo formo parte de la Comisión Global de Políticas de Drogas junto a seis expresidentes