MATERIALISMO ATEO
Para fundamentar su materialismo ateo, D'Holbach se basó en el conocimiento científico y en una visión racional del mundo. "Su bestia negra fueron los prejuicios de toda clase, religiosos, sociales, éticos y políticos. Su ideal fue la ciencia, o, mejor dicho, la sustitución de todas las ideas acerca del Universo por la visión del 'mundo mecánico' de Newton. Los únicos 'dioses' de D'Holbach fueron, junto con la Ciencia, la Naturaleza y la Razón", señala el filósofo José Ferrater. Para D'Holbach, no hay lugar para lo trascendente. No hay un creador divino ni providencia alguna. Solo existe la Naturaleza, que es autosuficiente, con sus leyes inmutables de causas y efectos (nada se produce por azar), y los seres vivos que formamos parte de ella (sugirió que la moral debería basarse en las leyes naturales y no en falsos presupuestos sobrenaturales). Más allá del mundo sensible, de lo inmanente, no hay nada. No existen causas finales ni intencionalidad en el Universo. “Reconozcamos, pues, que la materia existe por sí misma, que actúa por su propia energía y que no se aniquilará jamás. Digamos que la materia es eterna y que la Naturaleza ha estado, está y estará siempre ocupada en producir, destruir, hacer y deshacer, seguir las leyes que resultan de su existencia necesaria”, aseguró el filósofo.