Norma WLTP: ¿coches más caros?
La i ndustria del automóvil se prepara para afrontar 2018 y 2019 con importantes cambios, pues la nueva norma de emisiones WLTP afectará a coches, fabricantes… y también a los compradores. Se cambia el sistema NEDC por la norma WLTP, que pretende medir los consumos de los vehículos en utilización real. Cambia por completo el sistema de homologación, dando como resultado un índice mayor de emisiones y afectando enormemente a un sector regulado en base a ellas. El 1 de enero de 2018, esta norma comenzará con sus primeros ensayos en vehículos nuevos, aunque convivirá con el sistema NEDC. A partir del 1 de septiembre de 2018, todos los coches nuevos matriculados deberán haber pasado ya por estas pruebas obligatoriamente. De esta forma, la implantación final llegará el 1 de enero de 2019, cuando un coche sólo se podrá ofertar con los datos aportados por el nuevo ciclo WLTP… a excepción de coches en stock y matriculados antes del 1 de septiembre de 2018. La primera consecuencia es obvia: los consumos y emisiones homologados subirán y, con ellos, cambiarán las ventajas fiscales. Es decir, muchos de los coches que están hoy por debajo de los 120 g/km de CO se estima que puedan ver incrementadas en 10 ó 15 g/ km de CO sus emisiones, dejando de estar exentos del Impuesto de Matriculación, por lo que habrá que ver quién asume ese sobrecoste repentino de los coches. Algunas marcas están estudiando asumir ellas mismas ese mayor precio a costa de menor margen de ganancia para no trasladar el problema al consumidor. La Asociación Europea de Constructores de Automóviles considera que se podrían recortar las ventas, llegando a descender el mercado de automóviles hasta un 7 por ciento. La segunda, y que ya piden asociaciones como ACEA o ANFAC, es que haya un cambio en las normas que regulan las emisiones, para que no varíen los impuestos y el cliente no sea quien tenga que asumir esa mayor fiscalidad.