Siempre SUV
La segunda generación XV mejora dinámica, habitabilidad, seguridad y calidad y como en todo auténtico Subaru, todo se desarrolla a partir de su tracción 4x4 permanente.
Subaru ha tomado como punto de partida para el nuevo XV la plataforma modular global sobre la que ya ha desarrollado el Impreza y el inédito Ascent, un inmenso SUV de 5 metros y 7 asientos destinado al mercado americano. Esto nos puede dar una idea de las ventajas que supone para el nuevo XV utilizar una plataforma (aunque adaptada a su tamaño) expuesta a mayores exigencias y esfuerzos. En este sentido, Subaru dice haber aumentado 1,7 veces la rigidez del nuevo XV (torsión, flexión, puntos de apoyo de la suspensión, etc.), con lo que esto supone en la calidad de rodadura. También como consecuencia de esta solidez, el nivel de ruidos y vibraciones (NVH) en el habitáculo se ha reducido considerablemente. La dirección es nueva, la estabilizadora posterior se ha reubicado por encima de la estructura multibrazo trasera... en fin, que el nuevo XV se aprovecha de un mayor refinamiento en su pisada y una optimización de su comportamiento en asfalto, adecuando sus intrínsecas propiedades de SUV 4x4 al uso más habitual y cotidiano.
Gasolina y automáticos
En la nueva plataforma modular el motor diésel ya no tiene cabida (hay stock del diésel actual con cambio manual hasta mediados de 2018) y la oferta mecánica se articula en dos opciones de gasolina atmosféricas: 1.6i de 114 CV y 2.0i de 156
CV. Ambos motores se sienten agradables y resolutivos en el uso normalizado, pero sin apreciarlos especialmente prestacionales, ahora que los motores turbo son el estándar de nuestros días. El 1.6i homologa una modesta aceleración de 0 a 100 km/h de 13,9 segundos, por 10,4 el 2.0i (y unos consumos medios de 6,4 y 6,9 l/100 km respectivamente). Te parecerán motores honestos, incluso el 1.6i, de empuje suave y acústica fina... y con fama de fiables y muy longevos. Siempre van ligados al cambio automático Lineartronic de la marca, que es muchísimo mejor de los que puedes esperar de un CVT. Tienes la sensación de nulo o muy bajo resbalamiento a baja y media demanda de aceleración, y si pisas más, la gestión electrónica simula cambios de marcha cuando el cuentavueltas se dispara. En vez de quedarse revolucionado el motor a un régimen fijo elevado, el tren de poleas se abre, baja el motor unas 1.000 rpm de golpe, y vuelve de nuevo a subir desde allí de régimen a medida que seguimos ganando aceleración, emulando el funcionamiento de un cambio con marchas. Subaru ofrecerá de serie el sistema de seguridad EyeSight. capaz de visionar ciclistas, peatones, coches y sus luces de frenado y actuar en consecuencia sobre los frenos si prevé un atropello o colisión.