Estilizado
La nueva generación crece en tamaño, tecnología y amplitud, manteniendo un comportamiento de primer orden, altamente eficaz, cómodo y estable.
Con 5 metros de longitud, un diseño que entra por los ojos y raudales de amplitud, la versión «campestre» del Insignia familiar se convierte en el tope de gama de la marca Opel. Es 2,5 cm más alto que el Sports Tourer y el mayor recorrido de suspensión le beneficia en cuanto a confort, sin dejar de ser un coche de lo más ágil y estable. Su altura libre al suelo, de 14,7 cm, también le confiere cierta capacidad para circular fuera del asfalto con mayor tranquilidad, sobre todo en el caso de las versiones con tracción total, que, además de contar con reparto variable entre los ejes delantero y trasero, disponen de un diferencial trasero vectorial capaz de enviar más o menos potencia a una u otra rueda, no sólo en aceleración sino también en retención, mediante el uso de un sistema de embragues. Con ello se reduce el subviraje, se mejora la tracción y hace que el ESP tenga que intervenir menos, dando como resultado una conducción de lo más dinámica, impropia de un coche de su peso y tamaño. Tal es su estabilidad que el chasis llega a hacer sombra al motor, ya que podría asumir más potencia sin mayor problema. De hecho, el nuevo motor diésel 2.0 Biturbo (210 CV), que se incorporará más adelante a la gama, no deslumbra especialmente, ni por prestaciones ni por su aislamiento acústico (a pesar del generador de sonido a través de los altavoces). Puestos a elegir, es más agradable y satisfactoria la versión
2.0 Turbo de gasolina (260 CV), que anuncia 108 kg menos en su ficha técnica.
Muy capaz
En el interior, los logrados asientos con certificación ergonómica AGR (opcionales) proporcionan mucha sujeción y cuentan con una dureza adecuada, así como completos reglajes. Vas sentado bastante bajo, rodeado por un salpicadero muy envolvente que brinda cierta sensación de deportividad, en el que destaca un cuadro de mandos que mezcla relojes analógicos con pantallas en color repletas de información, desde una gráfica de consumo hasta la vida útil del aceite. El grado de sofisticación se puede incrementar mediante un Head-Up Display en color pro- yectado sobre el parabrisas, equipo de sonido Bose o faros led matriciales Intellilux, con 32 ledes en total que adaptan el haz luminoso a cada situación y crean sombras «activas» para no deslumbrar a otros usuarios de la vía. Tampoco falta lo último en conectividad, carga por inducción para el teléfono, sistema OnStar, wi-fi... Por último, el programa Opel Exclusive te permite incluso crear tu propio color único de carrocería, o modificar algunas terminaciones. En definitiva, se trata de un familiar muy a tener en cuenta, no sólo por empaque, sino también por el mucho contenido que ofrece.