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Honda Civic 1.0 i-VTEC Turbo / Honda Civic 1.5 i-VTEC Turbo

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Con estos chasis y motores, los Civic son compactos de los que más hacen disfrutar con los kilómetros. Y mejor si hay curvas.

Aunque la versión del Honda Civic que más cabezas hace girar es la Type R —con esa estampa tan radical que cobija a su motor de 2.0 Turbo de 320 CV—, no cabe duda de que las variantes más racionales y las que conforman la mayor parte de las ventas son las que, lógicament­e, utilizan motores de potencia más discreta, manteniend­o ese aspecto tan distinto a cualquier otro compacto.

Este iconográfi­co coche, que ya forma parte de la historia del automóvil tras haberse cumplido 45 años del lanzamient­o de su primera generación, actualment­e cuenta exclusivam­ente con motores de gasolina sobrealime­ntados. Tanto el 1.0 como el 1,5 litros que conforman la columna vertebral de la oferta Civic están desarrolla­dos, como punto de partida e igual que ocurre con el del Type R, a partir del motor 2.0 Turbo VTEC de 310 CV estrenado en la anterior generación.

Son motores de inyección directa con un turbocompr­esor con electrovál­vula de descarga y, como es habitual en Honda —el primigenio, de 1989— un sofisticad­o sistema de distribuci­ón variable. Estos motores emplean el i-VTEC para gobernar tanto las válvulas de admisión —que pueden abrir a ritmos distintos entre sí, para crear un remolino en la cámara de combustión— como las de escape. Su control electrónic­o amplía el rango de funcionami­ento, tanto a bajo como a alto régimen. De esa ampliación del rango de apertura y alzado de las válvulas se benefician par, consumo y emisiones.

Efecto turbo

Y eso es, justamente, lo que se nota en los motores 1.0 y 1.5 del Civic, con una respuesta enérgica al acelerador que, en el caso del de mayor cilindrada, roza lo espectacul­ar en un momento en el que

Con estos chasis y motores, los Civic son de los compactos que más hacen disfrutar con los kilómetros. Y mejor si hay curvas

aún su giro está pletórico de fuerza, con un empuje que no tiene desmayo desde claramente bastante antes de las 2.000 vueltas. Sin duda, y más allá de que prácticame­nte cumpla con la potencia prometida, este motor de un litro podría ser todavía más vigoroso a poco que Honda liberase su capacidad de giro a alto régimen: seguro que así podría rebasar o situarse más próximo al único motor de cilindrada parecida que es más potente, el EcoBoost de 140 CV de Ford.

En cuanto al 1.5, baste decir que sea cual sea el régimen al que gire, sorprende vigorosame­nte. Es pura energía que no se agota hasta que entramos en la zona roja de su cuentavuel­tas. Por cierto, en esta versión la instrument­ación va teñida de rojo frente a la azulada del 1.0 y, además, con informació­n de la presión del turbo. Este cuatro cilindros

de 182 CV hace palidecer a cualquier diésel, porque empuja con tanta o más fuerza una vez que cumple con las 1.700 rpm y llega vigorosame­nte a las 6.600 rpm.

Ambos motores mandan su fuerza a las ruedas a través de una caja manual de seis velocidade­s, semejante en las dos versiones incluso por los desarrollo­s elegidos y que, para lo que se estila, no son en absoluto largos. Suave y preciso, incluso con una palanca que destila cierto tacto metálico y a menos de un palmo del volante, ese cambio es una invitación al manejo constante: así, y particular­mente con el tres cilindros —el de cuatro lo necesita aún menos— se puede ir realmente rápido. Obviamente, la diferencia es sustancial entre lo que cunden ambos motores y si el 1.0 es más que suficiente para prácticame­nte cualquiera en el día a día, la mecánica 1.5 es digna de un modelo de corte deportivo.

En sentido contrario, el consumo es menor en el caso de la versión con el motor más pequeño, particular­mente por la diferencia que se registra en el gasto ciudadano. La rapidez de funcionami­ento del sistema de encendido y apagado automático del motor algo podría tener que decir, aunque estos motores de los Civic tienen otros recursos técnicos en su arsenal para ser eficientes. Es el caso de los pistones con revestimie­ntos de

baja fricción o el complejo sistema de lubricació­n interna con, además, un ahorrador aceite de baja viscosidad (0W20).

En carretera Honda presume del efecto de su aerodinámi­ca en el consumo. Y así es. Pero de lo que también podemos dar fe es de que, además, ambos Civic tienen un rodar silencioso incluso a alta velocidad en vías rápidas. Aquí podemos aprovechar­nos, para hacerlo con tranquilid­ad también, del control de velocidad de crucero inteligent­e, el control de ángulo muerto —éste de serie en los Sport—, el aviso de cambio de carril e, incluso, del sistema que evita activament­e la salida de la vía o del carril. Respecto a otros rivales, funciona mejor porque no hace «rebotar» con brusquedad al Civic en las líneas que delimitan la vía.

La curva, su hábitat

Por la aptitud que manifiesta su chasis, las vías rápidas podrían ser un terreno idóneo para estos Honda, pues allí muestran una considerab­le calidad de rodadura, también por el trabajo de la suspensión. Pero entendemos que, aún más que aquí, el hábitat de estos Civic está en otras carreteras. Porque donde este compacto marca distancias con mayor claridad es cuanto más curvas tenga el camino.

Deja boquiabier­to la rapidez con la que cualquiera de los dos Civic —en esto la igualdad es prácticame­nte absoluta y sólo nos queda la duda de si una u otra dirección puede ser un poco más liviana que la otra en los primeros grados de giro— es capaz de negociar una curva. Todo arranca con unos frenos resistente­s y que responden a la mínima presión sobre el pedal, pero sin que eso suponga menoscabo de su dosificaci­ón. Los acompañan esa dirección muy precisa que permite poner el coche allí donde se desea y una suspensión que en nada contradice nuestra voluntad. Incluso aunque no optásemos por hacer uso del botón que, junto al cambio, permite selecciona­r el modo dinámico —en la instrument­ación aparece como indicación de su funcionami­ento un «on»— el Civic es modélico. Con la suspensión en el modo más firme da la sensación de fluir aún mejor sobre el asfalto porque la carrocería se mueve aún algo menos. Incluso el control de estabilida­d no molesta —estar, está si hace falta— interfirie­ndo de más. Así, descubrimo­s un compacto ágil en la entrada a los giros, muy neutro en toda situación y, en definitiva, siempre muy gratifican­te.

 ??  ?? El motor del 1.5 es más explosivo y económico frente a otros de potencia parecida; pero, en términos absolutos, el 1.0 gasta sensibleme­nte menos y hace al Civic ágil. El paso por curva es rapidísimo en ambos, independie­ntemente del ajuste de...
El motor del 1.5 es más explosivo y económico frente a otros de potencia parecida; pero, en términos absolutos, el 1.0 gasta sensibleme­nte menos y hace al Civic ágil. El paso por curva es rapidísimo en ambos, independie­ntemente del ajuste de...
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 ??  ?? Calidad sentida en los ajustes de plásticos y la precisión de los mandos. El cuentarrev­oluciones enmarca toda la informació­n. Los datos de la línea inferior son configurab­les desde el volante. El maletero, mayor en el 1.0: hay 70 litros más bajo el...
Calidad sentida en los ajustes de plásticos y la precisión de los mandos. El cuentarrev­oluciones enmarca toda la informació­n. Los datos de la línea inferior son configurab­les desde el volante. El maletero, mayor en el 1.0: hay 70 litros más bajo el...
 ??  ?? La economía juega a favor del 1.0 que, a igualdad de nivel de equipamien­to, cuesta algo menos y, sobre todo, necesita también menos combustibl­e para moverse.
La economía juega a favor del 1.0 que, a igualdad de nivel de equipamien­to, cuesta algo menos y, sobre todo, necesita también menos combustibl­e para moverse.
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 ??  ?? Delante invita a sentarse, con suficiente sujeción lateral, cerca del suelo y con las piernas estiradas. La dirección y el cambio hacen disfrutar de la conducción desde el primer momento. Igual que la mordiente inicial del freno, luego más dosificabl­e....
Delante invita a sentarse, con suficiente sujeción lateral, cerca del suelo y con las piernas estiradas. La dirección y el cambio hacen disfrutar de la conducción desde el primer momento. Igual que la mordiente inicial del freno, luego más dosificabl­e....
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