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Alpine A110

- CARLOS DÍAZ cdiaz@mpib.es FOTOS: ALPINE

Llega para marcar un antes y un después en cuanto a deportivos se refiere.

Desde que en 1995 cesara la producción del último Alpine A610, la marca francesa no estaba presente en el mercado. En 2016 Alpine vuelve a los salones internacio­nales de la mano del «show-car» Alpine Vision, y un año más tarde se presenta el A110 Première Édition, modelo que estéticame­nte se basa en el Vision y en el que las diferencia­s no son significat­ivas. Así las cosas, mantiene intacto el ADN de la emblemátic­a marca que impuso Jean Rédélé, fundador de la misma, y de la que, como hemos podido comprobar, quedaron cenizas de las que vuelve a surgir esta flamante llama. La lige- reza, compacidad y por ende la agilidad y el placer de conducción, manteniend­o el confort del día a día, son sin duda un compromiso difícil de alcanzar cuando no trabajas con una buena materia prima. Y Alpine regresa para volver a hacer historia. Este ADN le sirvió para forjar la leyenda de Alpine tanto en las carreteras europeas, como en competició­n. En la década de los 70 obtuvo numerosos éxitos internacio­nales de renombre, como el Campeonato Mundial de Rallyes en 1973 y la victoria en las 24 Horas de Le Mans en 1978. En nuestro país, los éxitos deportivos fueron sendos campeonato­s de rallyes con Bernard Tramont, al volante en 1967 y 1968, y con Lucas Sáinz, en 1971, siempre con un A110… Bendita denominaci­ón.

Claves técnicas

Los técnicos de Alpine están especialme­nte orgullosos del peso obtenido: sólo 1.080 kg, que en la versión inicial, Première Édition, llegan a 1.103 kg debido al equipamien­to extra. El aluminio es parte estratégic­a, ya que chasis y carrocería están hechos íntegramen­te de este material, aunque también se ha utilizado noble fibra de carbono. Otros detalles que contribuye­n

a este bajo peso son los asientos Sabelt, 13 kg más ligeros que otros similares, las pinzas de freno fijas de 4 pistones en el eje delantero y flotantes de pistón simple en el trasero, firmadas por Brembo y diseñadas «ad hoc» para la marca, o las llantas de aluminio forjado de la afamada Fuchs.

Sin aditamento­s aerodinámi­cos en la carrocería, la estabilida­d está asegurada gracias al fondo plano. Los bajos del nuevo Alpine A110, están totalmente carenados, con un deflector posterior que hace las veces de efecto suelo a alta velocidad. Tanto la suspensión delantera como la trasera son de dobles triángulos, sorprendie­ndo tanto por su efectivida­d en pista como por el confort que transmiten en firmes en mal estado, toda vez que la amortiguac­ión guarda un magnifico equilibrio como para que este deportivo —no

te olvides de la filosofía de este coche— sólo pueda llegar a ser razonablem­ente incómodo en condicione­s muy críticas de asfalto.

El motor, en posición central como no podía ser de otra manera, es un 1,8 litros de inyección directa turboalime­ntado, que rinde 252 CV a 6.000 rpm. Empuja muy bien desde bajas vueltas hasta el corte de inyección, sin ningún bache o efecto turbo. A esto vuelve a contribuir su bajo peso, ya que da la sensación de tener más potencia de la anunciada. El coche corre, y corre mucho, con la velocidad máxima limitada a 250 km/h. La relación peso/potencia es de 4,37 kg/CV.

La caja de cambios, EDC7, es una Getrag doble embrague de 7 velocidade­s con desarrollo­s, en palabras de la marca, adaptados especialme­nte al peso y la potencia de este Alpine A110. De correcto funcionami­ento, podría ser más rápida comparada con una PDK —el cambio de tecnología equivalent­e de Porsche, o dicho de otra manera, el mejor doble embrague del mundo—, pero es completame­nte satisfacto­ria tanto en conducción normal como en circuito. En cuanto a los consumos, de nuevo el peso juega a favor del deportivo francés. Es fácil rondar los 7 l/100 km. e incluso menos, a ritmos legales o superándol­os por no mucho, pero el 6,1 homologado en ciclo mixto, quizás es demasiado poco, aun contando con un rápido Stop/Start para la ciudad. En carretera la aerodinámi­ca también es una ventaja, con un Cx de 0,32. Otro dato: el EDC7 no tiene función inercia.

Éxito asegurado

En un primer momento, la red de concesiona­rios en nuestro país está limitada a sólo dos: uno en Madrid y otro en Barcelona. Con los Première Édition todos vendidos —30 unidades destinadas a España— a un precio final de 61.500 €. Habrá que esperar a finales del verano de 2018 para que llegue un mayor número de unidades en dos acabados: Pure, orientado al placer de conducción y el más deportivo; y Legende, más enfocado al confort. Más adelante, llegará alguna versión más potente, este extremo no está confirmado por la marca, que se centra en el presente, pero tampoco lo desmiente. Los precios en nuestro país oscilarán entre los 57.000 y los 63.000 € aproximada­mente. La estrategia de Alpine a nivel mundial prioriza Europa (al Reino unido tardará un poco más), para luego llegar a Japón y Australia, dejando para más adelante EE.UU. y algún mercado más. Alpine ha vuelto y parece que para quedarse… y seguir haciendo historia. Bienvenido­s y enhorabuen­a por el producto.

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La versión inicial Première Édition, monta los baquets Sabelt, que no tienen regulación lumbar. Para todo lo demás, excelentes.
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Los diferentes modos de conducción varían la apariencia y la informació­n del cuadro de instrument­os. Siempre sencillo y fácil de leer. Materiales «premium» para el interior, aun siendo el peso factor clave en el Alpine A110
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GAMA Y PRECIOS: A110 Première Édition: 61.500 €
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