Test de materiales
NO BASTA YA SOLO CON
asegurar que los materiales empleados cumplan con el pliego de condiciones. El empleo de nuevos elementos, más los que tienen que ver con la electrificación y la digitalización de procesos, ha llevado a emplear nuevos componentes. Así, la sustitución de los interruptores y el mando giratorio MMI en el Audi A8 por pantallas táctiles, ha hecho imposible recurrir al método tradicional de seccionarlo y ampliarlo en el microscopio para detectar desgastes o anomalías. A cambio, han desarrollado un método menos invasivo en el que un haz de iones permite «excavar» la superficie de la pantalla para luego, con la ayuda de un microscopio electrónico de barrido de emisión de campo, poder ampliar hasta 20.000 veces filamentos, láminas de la pantalla táctil o conductores, para detectar posibles irregularidades que en el medio plazo pudieran suponer un funcionamiento anómalo o una pérdida de su aspecto inicial.
Paralelamente, los test de envejecimiento, con exposición continuada a agentes atmosféricos, alta humedad o a la radiación solar directa, permiten saber cómo va a ser la evolución en el tiempo de esos materiales y así se consigue que no pierdan rendimiento.
Más espectacular resulta incluso el empleo de otros elementos procedentes de la medicina, como los rayos X o la tomografía. Audi emplea estas técnicas en la fabricación de los tanques de gas natural comprimido que montan sus modelos g-tron. De este modo, con una herramienta menos invasiva, se consigue «entrar» en los depósitos para obtener una imagen de las diferentes capas que componen el interior y se extrae información de la calidad de las fibras, de su tamaño, de la posible existencia de poros que comprometan la estanqueidad o de la respuesta a los cambios de presión, a la corrosión y a las vibraciones de la conducción.