Kia Stonic
EL KIA STONIC ES, POSIBLEMENTE, EL SUV más dinámico y ágil que podemos encontrar en la actualidad, con un tacto preciso en sus mandos y muy rápido de dirección, lo que caracteriza tanto a las variantes de gasolina como a las turbodiésel. De hecho, si nos viéramos sentados tras su volante sin haber visto previamente la carrocería, podría darnos la sensación de que estamos ante un turismo, tanto por la posición que vayamos a adoptar para conducir como por las reacciones que vamos a obtener una vez en marcha.
Salvo en aceleraciones puras, cuando la aguja del cuentarrevoluciones se acerca a la zona roja, las mecánicas turbodiésel de este SUV ofrecen una mejor respuesta al acelerador, más inmediata y capaz de encarar un adelantamiento en menos espacio que la variante de gasolina, aun- que sin la excitación que llega a producir el pequeño tricilíndrico de un litro cuando sube de vueltas. Éste vibra menos al ralentí, curiosamente, a medida que aumenta la velocidad de desplazamiento, se invierten las tornas, llegando incluso a permitir mayor comodidad en un viaje largo dado el ahorro de sonoridad presente tanto en las plazas delanteras como traseras.
El peso de 70 kg
Dinámicamente, los 70 kilos extras que recaen en el eje delantero del turbodiésel le hacen ser un poco más subvirador que a la variante de gasolina, si bien la zaga también muestra tendencia a asomarse en los momentos más intensos, en los cambios de apoyo más fuertes o al apurar la frenada en la entrada de los virajes. También su equipo de freno, idéntico en ambas versiones, se ve beneficiado tanto por esa diferencia de peso como por la modificación en el reparto de éste, con lo que la versión de gasolina no sólo va a frenar en algo menos de distancia —ahorra tres metros circulando a 140 km/h—, sino que soporta mejor el uso continuado. Menos concluyente es el aspecto económico, con un plazo de amortización que supera por muy poco los 60.000 km, con mínimas diferencias en el coste del seguro, y ambas versiones en el mismo tramo del impuesto anual de tracción mecánica del ayuntamiento.
En suma, la versión de gasolina nos parece un punto más atractiva que la diésel y más aconsejable, al menos para quienes aún disfrutan de la conducción más alegre, habida cuenta del planteamiento dinámico del Stonic y esas pequeñas diferencias en el equipo de frenos.