Opel Crossland X
EL CROSSLAND X COMPARTE ESTRUCTURA mecánica y órganos vitales con el proyecto que PSA comercializa como Citroën C3 Aircross, al que incorpora elementos atípicos para esta categoría, como los asientos delanteros ergonómicos o los imponentes faros led, si bien carece de la modularidad del francés, que lleva asientos traseros con regulación longitudinal, o de la versatilidad que le puede aportar su pack motricidad.
A cambio de sacrificar parte de ese componente familiar, en Opel han potenciado su comportamiento sobre asfalto en buen estado, con una suspensión cómoda, muy flexible, y un habitáculo bien aislado de la rodadura, uno de esos que reduce la fatiga en un viaje largo. Sin embargo, en zonas más ásperas o irregulares, muestra algunas limitaciones, al poder llegar a dar la impresión de que la suspensión delantera y trasera trabajasen de una manera no del todo armónica. Y tampoco la dirección llega a satisfacer al público más exigente por un exceso de rapidez y asistencia, que condiciona su agrado de uso en curva rápida tomada a alta velocidad.
Los caballos mandan
Comparadas la versión de gasolina de 110 CV y la diésel de 120 tenemos una diferencia de precio d más de 1.700 euros entre ambas, lo que dividido entre los casi 2,50 euros de diferencia entre ellas cada 100 km coloca el punto de amortización, en base al consumo real de combustible, en prácticamente los 70.000 km. Eso sí, en este caso, el Opel Crossland X no tiene diferencias significativas en cuanto a impuestos, ya que ambas versiones se encuentran en el mismo tramo fiscal, y tampoco en el coste del seguro, cifrado en unos 30 euros en la simulación que hemos realizado con dos compañías líderes del sector.
Prestacionalmente, el plus de potencia del turbodiésel le permite compensar el extra de peso para igualar la relación peso/potencia, requisito casi necesario para mantener el tipo en las aceleraciones más decididas. Pero también se muestra más vivo en la respuesta al acelerador para ganar velocidad sin reducir marchas: cosas de su mayor par motor. Y aunque razonable, si hubiera que poner un pero que diese aliento a la versión de gasolina, no sería otro que la respuesta del equipo de frenos ante los casi 100 kg extras de esta versión, que suponen casi cuatro metros más cuando se trata de detener el vehículo partiendo desde 140 km/h.