Peugeot 2008
PASIONAL EN SU CONCEPCIÓN, PERSONAL en su postura al volante y preciso en su conducción, el Peugeot 2008 destaca por las amplias posibilidades de elección en cuanto a motorizaciones y cambios de velocidades, compartidas buena parte de ellos con los Citroën C3 Aircross y Opel Crossland X. Sorprende cómo a pesar del tiempo transcurrido desde su primera aparición sigue manteniendo un diseño fresco y una ejecución que no desentona con propuestas más actuales. Como su familiar lejano de Citroën, el 2008 también puede montar, en sus versiones mejor equipadas, el control de tracción avanzado Grip Control que también en este caso se asocia a los neumáticos M+S que aportan grandes dosis de versatilidad en casos de climatología adversa —además de no precisar uso de cadenas en condiciones de fuerte nieve—, aunque lo hace a costa de penalizar ligeramente las distancias de parada en asfalto seco y ofrecer una adherencia lateral que limita las posibilidades de uso más dinámico o una maniobra evasiva de emergencia.
Esa variedad mecánica va a abrir una horquilla de precio que puede ir de los 850 euros de diferencia a los 1.550, con lo que ello implica en cuanto a número de litros necesarios para amortizar esta diferencia. Así, podría ir de los menos de 13.000 km si nos decantásemos por el PureTech de 110 CV y el BlueHDI de 100 CV, a los más de 81.500 que requeriría igualar el diésel de 120 CV al gasolina de 110 CV.
Nuestra propuesta
Estos últimos son los de rendimiento mecánico más semejante, con aceleraciones separadas por escasas décimas a favor del gasolina y algún segundo a favor del diésel si lo que tratamos es de recuperar velocidad en las marchas más largas: lo que podía esperarse antes incluso de ponerse al volante, y que se cumple al 100% tan pronto se pone en marcha el motor.
Lo cierto es que dinámicamente no ofrecen unas enormes diferencias de calado en cuanto a su comportamiento, si bien es más fácil llegar a notar el gran salto entre segunda y tercera y ésta y cuarta en la versión diésel que los escasos 40 kg que los separan en la báscula. Es una diferencia de peso que apenas se percibe cuando aumentamos el ritmo al que vamos, y mucho menos cuando circulamos a la velocidad del tráfico haciendo caso al indicador de cambio de marcha, donde, no nos engañemos, van a producirse la mayor parte de los desplazamientos del 2008.