Comparamos
Nissan Micra IG-T/ Renault Clio TCe
Comparten motores y cajas de velocidades, pero mantienen soluciones específicas en diseño, equipamientos y plataforma.
Nuestros dos protagonistas son un claro ejemplo del sentido de la Alianza Renault Nissan suscrita en 1999; un acuerdo por el que la empresa francesa pasó a controlar el 44% del accionariado de la compañía japonesa, con el consiguiente derecho a veto en las decisiones, mientras Nissan se hacía con el 15% de Renault, aunque con el compromiso entre ambas de mantener un alto grado de independencia. Entonces Clio y Micra eran coches ya consolidados y hoy, casi 20 años después y con varios saltos generacionales, siguen manteniendo su identidad específica sin haber extendido aún a todos sus vehículos las sinergias derivadas de usar una única plataforma.
Eso explica la diferencia tanto de distancia entre ejes como de comportamiento entre Clio y Micra, si bien comparten motores, cajas de velocidades y determinados sistemas. Tampoco tiene mucho que ver su aspecto, que les hace aproximarse a los compactos en imagen, tamaño y dimensión visual. En este apartado coinciden con un buen número de los últimos utilitarios puestos en liza, a pesar de que algunos como Seat Ibiza o Ford Fiesta pueden aparentar un punto extra de calidad. A pesar de su apariencia, su anchura y el reducido espacio para las piernas que presentan detrás, dejan muy claro que si necesitamos espacio en cantidad, no dejan de ser utilitarios, con sus limitaciones. Cuestión bien diferente es si hablamos de jóvenes o parejas sin niños, que tendrán
No usan la misma plataforma, pero Clio y Micra comparten motores, cambios y otros elementos poco visibles
en ellos unos aliados idóneos para el día a día o cualquier viaje que se presente.
Están para quedarse
Esta categoría de los utilitarios es, posiblemente, la próxima en la que dejemos de ver mecánicas de gasóleo —en algunas marcas ya se han eliminado— dada su mayor complejidad y coste de desarrollo. La hibridación se irá imponiendo en un futuro y los motores de gasolina van mejorando de forma continua su consumo gracias a la baja cilindrada y la alimentación con inyección directa y turbo, mejorando rendimiento frente a los antiguos atmosféricos y con una entrega de fuerza próxima a los turbodiésel equivalentes, sin que su gasto se distancie mucho. Lo demuestran nuestros protagonistas, con consumos medios por
debajo de los 6 l/100 km y unos valores de recuperación de velocidad más que buenos.
Comparten motor; el excelente TCe de tres cilindros de Renault conocido como IG-T en el lenguaje de Nissan. Pero, a pesar de ser un conjunto idéntico, con unos valores de rendimiento máximo prácticamente calcados, el Nissan se muestra más solícito y refinado al acelerador circulando a regímenes medios y bajos, además de correr algo más y gastar algo menos. Analizando la curva de par obtenida por el Clio, detec tamos menos empuje al compararlo tanto con la del Micra como la del Clio TCe probado hace seis años en Coche Actual, con un rendimiento sólo justo hasta prácticamente alcanzar las 3.000 rpm, que nos hace pensar que el turbo de nuestra unidad de pruebas podría no estar en su mejor estado. Esto influye tanto de cara a las prestaciones máximas como al consumo, ya que obliga a exigirlo más para mantener la velocidad de marcha.
¿Clásico o innovador?
El Renault Clio es un coche veterano, con casi seis años a sus espaldas, que se aprecian en un interior que fue innovador en su momento, pero que hoy no resulta tan moderno frente a varios rivales. No obstante,
la impresión de calidad es aún correcta y cuenta con ensamblajes a la altura de lo esperado. En el Micra, en cambio, Nissan optó por potenciar la impresión de dinamismo, de europeidad y creó un coche mucho más rotundo que su antecesor. Es más grande, ancho y presenta una imagen poderosa que le hace parecer mucho «más coche» por fuera y por dentro. De ahí el salpicadero alto y plano, la pantalla táctil. Por contra, una mirada más detenida descubre unos pulsadores auxiliares (Stop-Start, altura de luces o asistente de salida de carril) poco agraciados y algunos plásticos, los menos visibles, que evidencian el ahorro. También sus asientos están algo por debajo del Clio, tanto en dimensiones como en sujeción lateral, por lo que son más adecuados en las plazas delanteras para gente por debajo de 1,80 m de estatura que para personas muy grandes. En la parte trasera ninguno de los dos va sobrado de espacio. De hecho, quedan lejos en la clasificación liderada con 72 cm por el Ibiza, seis más que el Micra. Y otro tanto sucede con la anchura, que deja en evidencia al Clio y desaconseja el viaje habitual de un tercer pasajero.
Dinámicamente, ambos ofrecen confianza tanto en vías despejadas circulando a ritmo elevado como en carreteras con curvas, con unas suspensiones eficaces, un punto más firmes las del Clio. El Renault también parece más aplomado que el Nissan, aunque sus kilos extras se traducen en una mayor deriva y pérdida de eficacia, de forma que llega a resultar menos ágil y, sobre todo, algo menos confortable que el japonés, aunque sin ser incómodo, al circular por asfaltos en mal estado o superar reductores de velocidad.
Cuidar el bolsillo
Sin embargo, al considerar el precio se invierte la situación. Y es que el Clio toma clara ventaja en este aspecto, máxime si tenemos en cuenta las versiones probadas. Porque el Micra Tekna roza los 20.000 euros: casi 3.000 más que el Clio Zen Energy, que amplía las opciones de conectividad también al universo Android. Cierto es que no incluye los sistemas de ayuda a la conducción del superequipado Micra —advertencia de fatiga, alerta de tráfico cruzado, cámaras perimetrales y cambio de luces largas-cortas— y que el japonés también ofrece un acabado más económico y muy interesante como el N-Connecta, pero la lógica del coste desequilibra la balanza del lado del coche francés, que en los demás aspectos resiste la comparación desde prácticamente cualquier ángulo.