Callejero
El Fortwo, por su tamaño e inherente agilidad, es un coche particularmente adaptado a la ciudad. Pero, en el caso de esta versión del Smart con motor eléctrico, esa relación con la urbe va aún mucho más allá, hasta convertirse en la mejor propuesta posibl
Si el espacio del que te provee el Fortwo da para cubrir tus necesidades —dos plazas y un maletero en el que caben media docena de bolsas de la compra— vives en una ciudad —da igual si es grande o pequeña— o estando muy cerca acudes con frecuencia a ella, la versión eléctrica del más pequeño de los Smart puede ser tu coche.
Lo será si te preocupa usar una energía limpia y sostenible o el coste por kilómetro, aunque este eléctrico no sea el más eficiente del mercado. Y más aún si quieres beneficiarte de las ventajas de este tipo de coches con la pegatina de la DGT con el cero: desde no pagar por aparcar en zonas reguladas o en determinados peajes al acceder al centro de la ciudad, vedado para muchos otros vehículos; o entrar en zonas determinadas cerradas al tráfico cuando se dispare la contaminación. Y, por supuesto, disfrutar de ventajas impositivas, cargas sin coste, etc.
En función de cómo lo usemos o los kilómetros que hagamos, lo que puede verse como una limitación es la autonomía. Con los 17 kWh de su batería cuando está llena, el Fortwo EV puede realizar unos 120 km, 80 si sólo nos movemos por vía rápida, hasta a ritmo legal. Ni los unos ni los otros son muchos, de modo que, en el mejor de los casos, el
gasto medio es de 14,5 kWh/100 km, pero la electricidad es aún más asequible que otras energías y ese consumo equivale a 3,6 euros. Incluso pulsando la tecla Eco, que fija la velocidad en unos 120 km/h y suaviza la respuesta al acelerador, es difícil bajar de ese gasto. Es la única función específica de este eléctrico con la que el conductor jugará: el resto de su interacción pasa por elegir el sentido en el que queremos ir.
Maniobra con enorme agilidad y ahí está otra de sus ventajas en el día a día, más cuando cuesta tan poco mover el volante.
La otra tecla protagonista de esta versión es la que retrae o extiende la capota de lona —¡con el Mehari, es el único eléctrico descapotable!—, aunque también puede manejarse desde el mando a distancia.