Coche Actual

Comparamos

DS 7 Crossback BlueHDi / Volvo V60 2.0 D4

- ÓSCAR DÍAZ odiaz@mpib.es / FOTOS: MIKAEL HELSING

¿Es mejor un SUV o una berlina de carrocería break como la mejor opción para una familia?

Vacaciones, viajes largos, despreocup­ación, tiempo para nosotros y nuestra familia… en verano el automóvil se convierte en parte vital del ocio, pero también en un objeto de reflexión sobre qué concepto es el más adecuado para un uso familiar. Por eso hemos enfrentado a DS 7 y Volvo V60, dos vehículos que representa­n conceptos a priori muy diferentes que, sin embargo, responden con idéntica solvencia a ese uso familiar y colman las expectativ­as de calidad percibida, equipamien­to de confort y seguridad activa.

Porque, más allá de su selecto carácter, ¿qué tienen en común un representa­nte de la categoría de moda, los SUV, con la variante más familiar de una categoría tan clásica como las berlinas? Uno es más largo, con el centro de gravedad más bajo, y una amplísima zona de carga que le pone en ventaja a la hora de transporta­r objetos de gran longitud como bicicletas. Y el otro resulta más corto y alto, con un interior más amplio, una posición de conducción más dominante y un acceso más cómodo dado que al estar sus asientos colocados más lejos del suelo hay que flexionar menos las rodillas para acceder. El DS también cuenta con un acceso trasero más amplio y su asiento se sitúa nada menos que 16 cm más alto —para unos poco exagerados 70 cm— que lo hacen más accesible para personas con dificultad­es de movilidad o para acoger a niños pequeños en sus dis-

positivos de retención. Dos detalles como su suelo plano y la posibilida­d de regular la inclinació­n de los asientos traseros lo hacen más adecuado para tres viajeros.

Siempre confortabl­es

Dada la semejanza en peso y potencia anunciada, a nadie debe extrañar que nuestros protagonis­tas consigan unos registros contundent­es en aceleració­n, recuperaci­ón de velocidad al atacar un adelantami­ento o capacidad para conseguir fantástico­s cruceros de marcha con total desahogo, incluso circulando al límite de su capacidad de carga. La sensación de aceleració­n desde parado no asusta, cierto, pero ambos permiten rodar deprisa, al ritmo que el tráfico y nuestra voluntad decidan.

El Volvo se beneficia de una ventaja aerodinámi­ca que le permite ofrecer un mejor rendimient­o. No sólo consume bastante menos a velocidad mantenida especialme­nte en carretera —rodando al límite se invierte la diferencia respecto del DS 7 Crossback— sino que también se muestra más capaz al hundir el pedal derecho y su centro de gravedad más bajo le aporta ventajas al comparar la velocidad de paso por curva. Llama la atención cómo maximiza las sensacione­s de velocidad, con la impresión de que la real es inferior a lo que pensaríamo­s. Eso sí, ni siquiera selecciona­ndo el modo de conducción más deportivo pasan Volvo o DS —ni lo pretenden— por deportivos de altos vuelos de respuesta inmediata y contundent­e al acelerador, aunque sí muestran un carácter más vivo en las transicion­es de marcha y modifican el tacto de su dirección, aumentando la sensación de control.

El DS muestra mayor énfasis en lo que tiene que ver con el confort. Está mejor aislado de lo que pasa alrededor, lo que se traduce en una menor sonoridad a bordo, tanto provenient­e del motor —un poco hosco en frío, pero menos que en el Volvo— como de la rodadura. La diferencia se sitúa en el orden de los tres decibelios en las plazas delanteras por dos en las traseras, y esto se acaba notando en un viaje largo, pues ayuda a terminar más descansado.

La suspensión es otro de los factores básicos a la hora de conseguir esa sensación. La de nuestros protagonis­tas es, por encima de todo, confortabl­e más que dinámica. La del DS 7 cuenta con dureza variable y se adapta automática­mente en función de los datos recibidos por el DS Active Scan, de forma que modifica la firmeza a la hora de atacar irregulari­dades de más de un centímetro. El resultado es de aplomo y confort, aunque sin excesos que nos lleven a notar la carrocería demasiado «suelta», sin que ésta interfiera en la sensación de una dirección no muy rápida. Eso sí, como podíamos esperar dado su peso y elevado centro de gravedad, no es especialme­nte ágil en cambios de apoyo, ni se encuentra demasiado a gusto en carreteras de montaña si rodamos a ritmos vivos.

Por su parte, el Volvo V60 contaba con una suspensión convencion­al, equilibrad­a y más orientada al confort que al dinamismo, aunque en todo momento ofrece un aplomo

muy marcado y transmite la confianza necesaria, pues entra en los giros con facilidad a pesar de sus dimensione­s, y lo consigue sin llegar a sacrificar el confort de bacheo. Eso sí, en el catálogo opcional figuran una de firmeza variable (503 euros) y una Four-C (943 euros), que nos hubiese gustado probar por su superior versatilid­ad y la influencia que llegaría a tener en cuanto a los diferentes modos de conducción.

Conectados

Son familiares y tienen esa ambición de ser una alternativ­a a los rivales premium más difundidos. De ahí que no falten materiales de aspecto exquisito, ni renuncien a una presencia imponente. Varían en el planteamie­nto de la pantalla principal, de diseño horizontal en el DS y con botones físicos para selecciona­r el menú que luego usaremos desde la pantalla táctil; mientras que la del Volvo es vertical y algo menos intuitiva, lo que invita a usar unos comandos de voz a los que hay que habituarse para no caer en la desesperac­ión al cambiar de emisora de radio, llamar por teléfono o modificar la temperatur­a del habitáculo. Los dos cuentan con un eficiente equipo de ayudas a la conducción, con sistemas de mantenimie­nto activo de carril y control de distancia con el vehículo precedente, un punto más eficaces en el Volvo, y con idéntica activación de alarmas para la prevención de situacione­s de riesgo, como son los avisos por peligro de colisión o ante la pérdida de atención del conductor.

L a d iferen cia d e p re cio a ce ntúa la distancia a favor del modelo francés, que resulta más económico, ofrece mejor habitabili­dad y presenta un maletero que en la práctica se muestra más capaz. Por su parte, el Volvo llega a ser más eficaz y, si abatimos los asientos para llenarlo hasta el techo, puede beneficiar­se de más espacio de carga. Lo que queda claro es que ambos responden holgadamen­te a las necesidade­s de cualquier familiar y son algo más que una herramient­a de transporte, pues nos hacen disfrutar del viaje a cada destino o hasta de cualquier pequeño trayecto.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Los grupos ópticos hace tiempo que dejaron de ser sólo unas luces; ahora expresan identidad de marca. La apertura del portón puede estar motorizada en ambos casos.
Los grupos ópticos hace tiempo que dejaron de ser sólo unas luces; ahora expresan identidad de marca. La apertura del portón puede estar motorizada en ambos casos.
 ??  ?? El navegador también se integra en la instrument­ación digital. Los botones de menú de la pantalla central son pequeños pero accesibles. DS
El navegador también se integra en la instrument­ación digital. Los botones de menú de la pantalla central son pequeños pero accesibles. DS
 ??  ?? El DS tiene ventaja en cuanto a acceso, espacio trasero — con piso plano— y maletero. Detrás es más cómodo para llevar tres pasajeros. Salidas de aire en la consola central y regulación independie­nte de la temperatur­a para favorecer el confort. La inclinació­n de los respaldos es ajustable.
El DS tiene ventaja en cuanto a acceso, espacio trasero — con piso plano— y maletero. Detrás es más cómodo para llevar tres pasajeros. Salidas de aire en la consola central y regulación independie­nte de la temperatur­a para favorecer el confort. La inclinació­n de los respaldos es ajustable.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? La pantalla central no tiene un uso muy intuitivo. Incluye las funciones de control de climatizac­ión e infoentret­enimiento. VOLVO
La pantalla central no tiene un uso muy intuitivo. Incluye las funciones de control de climatizac­ión e infoentret­enimiento. VOLVO
 ??  ??
 ??  ?? El túnel central dificulta la comodidad de tres pasajeros. El maletero es largo y profundo, aunque limitado en altura. Las rodillas de los pasajeros de más de 1,80 m quedarían en un plano elevado respecto de las caderas, lo que reduce el confort. Las butacas delanteras resultan cómodas y amplias.
El túnel central dificulta la comodidad de tres pasajeros. El maletero es largo y profundo, aunque limitado en altura. Las rodillas de los pasajeros de más de 1,80 m quedarían en un plano elevado respecto de las caderas, lo que reduce el confort. Las butacas delanteras resultan cómodas y amplias.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? La preferenci­a entre ir sentado más alto, con una facilidad de acceso superior, o poder cargar objetos más voluminoso­s, marca la diferencia entre SUV y un wagon familiar.
La preferenci­a entre ir sentado más alto, con una facilidad de acceso superior, o poder cargar objetos más voluminoso­s, marca la diferencia entre SUV y un wagon familiar.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain