Suzuki Jimny
Veinte años después de la última generación y con una saga con casi cincuenta años en el mercado, el Suzuki Jimny sigue más vivo que nunca, siendo uno de los mejores todoterreno para los aficionados de culto.
Estructural y mecánicamente capacitado para moverse donde solo los auténticos todoterreno pueden hacerlo.
Se te podrían ocurrir mil maneras de hacer un nuevo Jimny, pero seguro que ninguna mejor a como ya lo ha hecho Suzuki: manteniendo lo mejor de la generación saliente, ha incorporado evoluciones en seguridad y confort que no alteran un ápice sus cualidades fuera del asfalto, pero sí mejoran enormemente, dentro de él, la experiencia de conducción, usabilidad y estabilidad.
Todoterreno puro
El Jimny es hoy, más que nunca, una rara avis, coches de los que apenas quedan y claramente enfocados, no ya al campo, sino a los rincones más recónditos, las rutas más exigentes y los aficionados más extremos. Y estos están de suerte porque Suzuki ha especializado aún más al nuevo Jimny. Mantiene el chasis de largueros y travesaños y ejes rígidos en ambos ejes, pero la estructura recibe nuevos refuerzos en X en la zona delantera y traviesas de refuerzo en la zona delantera y trasera, así que, de partida, tiene rigidez torsional. Ocho nuevos silentbloks reciben la carrocería sobre los largueros, con lo que se consigue un mejor aislamiento y confort, pero también la estabilizadora delantera tiene mayor grosor, se revisan cotas y llegan un paquete electrónico que cubre, y muy bien, por lo que pudimos comprobar, las necesidades en carretera. Vale, el Jimny sigue teniendo una conducción «peculiar»,
pero olvídate de reacciones traicioneras al cambiar bruscamente de dirección o frenar fuerte y de repente en apoyo. En carretera, su lenta dirección casi parece necesaria en un coche tan corto de batalla y más alto que ancho, aunque en campo sí puede ser un hándicap y te obligará a manotear demasiado en el volante.
Exponencialmente mejor
Reductores de velocidad, asfalto muy roto, baches de cualquier tipo... Lo que imagines, el Jimny lo absorbe con mucha mayor calidad que antes, siendo un coche perfectamente utilizable a diario por cualquier recorrido. Además, el nuevo motor es elasticidad pura y gracias a sus cortos desarrollos de cambio se desenvuelve en el tráfico como pez en el agua, mantiene perfectamente la velocidad genérica de autopista. Y en campo la cosa pinta mucho mejor. Con algo más de altura libre —21 cm—, mejores ángulos de ataque, ventral o salida, bajos bien protegidos, su eficaz tracción total, control de descensos de pendientes, el diferencial de deslizamiento limitado para el eje posterior, reducidas dimensiones, bajo peso... Cuanto más difícil sea el paso, más fácil parece hacerlo el Jimny, ahora además con un más que aceptable confort.