Toyota Supra
Ya hemos podido conducir el nuevo Toyota Supra, un modelo muy rápido y hecho a medias con BMW, que muestra buenas maneras y animará con intensidad el segmento de los coupés deportivos.
Hecho a medias con BMW, muestra buenas maneras y anima el segmento de los coupés deportivos.
El último Supra estuvo vigente desde 1993 a 2002. Veinte años después llega la generación A90, avalada por el acuerdo existente entre Toyota y BMW para realizar distintos modelos (Supra y Z4). Se establece un escalón por encima del divertido GT86 en cuanto a potencia y precio. Todos los anteriores Supra fueron de cuatro plazas, pero ahora se ha optado por una configuración biplaza.
Sobre cuánto hay de Toyota y cuánto hay de BMW en el nuevo Supra... el BMW Z4 será descapotable y el Toyota Supra coupé, sin que haya intención inicial de invertir los papeles. Ambos se producen en la factoría de Magna Steyr en Austria, por lo que técnicamente no los fabrican ni BMW ni Toyota.
Coupé biplaza
Cada marca aporta su propia gestión electrónica y puesta a punto de bastidor. El Supra emplea un chasis de acero con partes en aluminio. Los capós y las aletas delanteras son de aluminio. Lleva suspensión independiente en las cuatro ruedas, con amortiguadores de dureza variable. El motor es longitudinal central delantero. Se trata del seis cilindros de 3,0 litros con turbo de BMW, que da 340 CV, pero que técnicamente podría acercarse a los 400 sin problema. Ya está confirmado que el Z4 saldrá desde el inicio con el cuatro cilindros en versiones de 197 y 258 CV, además del citado seis cilindros de 340 CV, por lo que sería raro que se distinguiese el Toyota con más potencia. El reparto de pesos es 50:50 y lleva la caja de cambios ZF de ocho velocidades, el diferencial
es autoblocante de dos vías, mecánico controlado electrónicamente, que puede llegar hasta el cien por cien de bloqueo. Los frenos recurren a pinzas Brembo de cuatro pistones delante. No se descarta el cuatro cilindros de gasolina, manual o automático, que lleva el Z4.
Es un deportivo amable, muy rápido y divertido, pero que te pone las cosas fáciles, tanto al moverte a diario como de excursión dominical. En circuito se defiende muy bien. En la frenada siento algo de peso de más y demando mayor mordiente, pero el resultado es satisfactorio. La dirección tiene la rapidez necesaria y me gustó mucho su capacidad de tracción y cómo trabaja el reparto electrónico de par, responsable de que las cosas parezcan más fáciles de lo que son. En carretera es un placer llevarlo rápido, con suspensiones que no castigan el cuerpo y cumplen con su cometido. Hay un botón Sport que endurece todo un poco y otro pulsador que desconecta los controles de tracción y estabilidad. Lo que sí eché en falta es un sonido algo más estimulante, que ni tan siquiera se modifica en modo Sport. Toyota dejó claro que eso se puede solucionar fácilmente... tal vez el definitivo suene un poco más.