Cocina vegetariana Extra (Connecor)
Los supersuplementos
Suplementos dietéticos en la dieta detox
Esos 70 billones de células de nuestro organismo… ¡y esperan que hagamos algo por ellas!, como cuidarlas con cariño y darles buenos alimentos. ¿Podemos darles buenos alimentos? El empobrecimiento de los suelos de cultivo ha favorecido que buena parte de lo que comemos presente un pobre contenido nutricional, o en todo caso menor que hace unos años. Cuando la planta muere, los minerales vuelven a la tierra para que los utilicen otras nuevas plantas. Pero si los malos agricultores arrancan las plantas y granos con la cosecha, el suelo va perdiendo paulatinamente su riqueza. Y, como venimos viendo a lo largo de los años en la revista, las virtudes y propiedades de los cereales, las frutas o las verduras son menores.
Complementos dietéticos
Una gran mayoría de complementos nutricionales clásicos (germen de trigo, levadura de cerveza, brotes de semillas germinadas, polen, algas…) será siempre preferible. Además suele estar al alcance de todos, así como el refuerzo que puede otorgarnos un determinado alimento concreto, como puede ser por ejemplo la avena si la utilizamos como refuerzo (o en una mono dieta de varios días), o bien la piña, con su aporte en enzimas (bromelina). Podemos encontrar señales que invitan a cambiar nuestra manera de alimentarnos, como la desnaturalizada comida precocinada. Pero sea por el motivo que sea, tanto si se trata de retrasar el envejecimiento (antioxidantes) o en caso de carencias (multivitamínicos), como si queremos dar un poco más de energía añadida al organismo o mejorar nuestro rendimiento intelectual, disponemos de complementos y suplementos nutricionales con extraordinarias posibilidades.
O también, si necesitamos un poco de ayuda nutritiva en determinadas etapas vitales: durante el embarazo y la lactancia, durante el crecimiento, en la vejez, en dietas de control de peso, en caso de anemia o debilidad, o bien en situaciones estresantes. En todos estos casos, los suplementos dietéticos son una buena ayuda para que el organismo recupere la salud o envejezca menos.
¿Cuántos suplementos dietéticos existen?
Podemos considerar cuatro grandes grupos de suplementos dietéticos en forma de comprimidos, cápsulas, ’perlas’ o similares: • los multinutrientes
• los antioxidantes
• los ácidos grasos esenciales • y los probióticos. La medicina ortomolecular propone un uso de suplementos a grandes dosis, sobre todo de las vitaminas y ha contado con apasionados defensores, como hacía el Nobel Linus Pauling, en relación a la vitamina C.
Multinutrientes
Se componen sobre todo de vitaminas y minerales, están al alcance de todos y son los más vendidos y populares. Es común encontrar suplementos de hierro o calcio, selenio… El silicio, por ejemplo, el silicio da hermosos toques de vida a la piel y cabello; es necesario para el normal funcionamiento de las glándulas suprarrenales y lo hay en los espárragos, zanahorias, apio, lechuga, perejil, tomates, calabaza, avena (y otros cereales integrales) y en las lentejas. O el zinc, que también devolverá vitalidad y alegría al cabello… y a la vida sexual masculina. Una dieta sin carencias de hierro, calcio y silicio es importante para catalizar las reacciones biológicas y transmisoras de los impulsos nerviosos.
En general, en el organismo disponemos de cantidades notables de algunos minerales: calcio, fósforo, potasio, azufre, sodio, cloro, hierro, magnesio. Otros, como el flúor, el yodo, el zinc, el cobre, el selenio, el manganeso, el rubidio y el litio se encuentran en cantidades microscópicas y son los oligoelementos. Pero todos ellos son esenciales para las células corporales y resultan tan importantes para la salud como las vitaminas.
Antioxidantes
Hace tan sólo algo más de quince años que se habla de los alimentos antioxidantes para hacer frente a los radicales libres responsables del envejecimiento y de muchos trastornos. Los científicos más estrictos reconocieron inicialmente cuatro: las vitaminas E y C, el selenio y los betacarotenos precursores de la vitamina A.
Hoy sabemos que existen muchos más, y los vemos a menudo en la revista, como la quercetina (calabaza, cebolla, uva negra, brócoli), las antocianinas (moras, frambuesa), los índoles (coles, nabo, rábanos, berros, mostaza), la clorofila (hortalizas de hoja verde) o el licopeno (tomate).
Ácidos grasos esenciales
Los ácidos grasos pueden considerarse como “las unidades básicas” de las grasas. Se llaman “esenciales” porque el organismo no puede sintetizarlos, sino que únicamente puede adquirirlos a través de la alimentación, como los Omega-3 y Omega-6. Algunos ácidos esenciales, como el ácido linoleico y el ácido linolénico son precursores de las prostaglandinas, que regulan la función celular. Un buen funcionamiento del cerebro, compuesto de grasas de alta calidad biológica en un 60%, también depende de un aporte apropiado de AGE. Las fuentes principales están el pescado azul, pero la alimentación actual es pobre en el aporte de Omega-3. En cambio el Omega-6 está presente en mayor cantidad en alimentos variados como: arroz, pan integral, muesli, huevos bio, aguacate, aceitunas, frutos secos, queso manchego curado, aceite de maíz, aceite de girasol, aceite de sésamo, etc. Y el aceite de girasol, presente en bastantes alimentos industriales, a los que favorece.
Prebióticos y flora intestinal
En la flora intestinal humana existen más de 400 especies de microorganismos, que tienen como principal función limitar el crecimiento de los que son nocivos –patógenos– en el intestino e interactuar con sustratos no absorbidos de la dieta. Sin embargo, la flora intestinal es muy vulnerable a determinadas condiciones. En los adultos varía notablemente dependiendo de varios factores como: la alimentación, los genes, los tratamientos con antibióticos, el estrés, infecciones, edad, enfermedades hepáticas, renales o cáncer.
Los alimentos y complementos nutricionales prebióticos son ingredientes no digeribles de la dieta que estimulan el crecimien-
to o la actividad de uno o más tipos de bacterias en el colon.
Los probióticos son microorganismos vivos (¡y frágiles!) que al ser agregados como suplemento en la dieta, favorecen el desarrollo de la flora intestinal.
Los simbióticos combinan en sus formulaciones la unión de prebióticos y probióticos, lo que permite aprovechar más los beneficios de esa unión.
Complementos nutritivos
Como se sabe, en la cocina naturista disfrutamos de complementos nutritivos clásicos desde hace muchas décadas. A veces los empleamos incluso sin darnos cuenta, para dar el toque definitivo a una receta. Su uso práctico en la cocina más bien tiende a aumentar, porque muchos de los alimentos que se utilizan son realmente medicina.
Entre los complementos más habituales disponemos del germen de trigo y la levadura de cerveza (o de remolacha) que tan a menudo se añaden a las ensaladas. O el salvado de trigo o de avena: hay quien lo añade al muesli para acentuar un efecto laxante. También el polen de abeja, el propóleo y la jalea real, o también la acerola, la lecitina de soja o la ciruela umeboshi. Más recientemente nos encontramos con el jugo de la “hierba del trigo” (se puede preparar en casa) o el “Rejuvelac”… ¡es una lista larga!
Algas, verduras del mar
Disponemos también de las algas, auténticas verduras del mar, aunque las hay de lago también muy interesantes. Las algas son un tesoro en minerales y oligoelementos y una bendición para nuestros huesos, para el control de peso y como aporte para el organismo. En los países que consumen algas con asiduidad, como en el Japón, la población es de las más sanas, vigorosas y longevas del planeta. La función antienvejecimiento de las algas (pardas y rojas, sobre todo) es debida a los antioxidantes polifenoles, los carotenoides y las vitaminas E y C. Las algas son también ricas en ácidos grasos esenciales, enzimas y fosfolípidos, y sus sabores cada vez nos resultan más familiares. Como los de las algas arame, dulse, espagueti de mar, hiziki, kombu, nori y wakame (conocida como “kelp”, en algunos países). El alga agar-agar es un excelente gelificante natural.
Y entre las algas de lago más conocidas encontramos tres, en forma de suplemento: el alga verdiazul del lago Klamath, el alga chlorella o la espirulina.
Germinados
Las semillas ideales para germinar deberían de ser de procedencia ecológica y no transgénica. Las elegiremos pues bio, es decir, sin tóxicos ni química de síntesis; así mantienen todo su poder germinativo, saludable y nutritivo. Además de la soja y la alfalfa podemos descubrir el sabor de otras semillas para germinar con facilidad. Disponemos de… alfalfa, amapola, arroz, azuki, cebolla, escarola, fenogreco, garbanzos, girasol, hinojo, lentejas, mostaza, quinoa, rabanitos, soja verde, trébol y trigo.
Coenzima Q10
Conviene personalizar los suplementos dietéticos: no comen lo mismo un adolescente que un anciano, o alguien con tareas de tipo sedentario, o una futura madre durante el embarazo y la lactancia. Nutrir-
Los alimentos y complementos nutricionales prebióticos son ingredientes no digeribles de la dieta que estimulan el crecimiento o la actividad de uno o más tipos de bacterias en el colon.
nos depende también del peso y de otras circunstancias personales. Así que tendremos en cuenta los suplementos dietéticos en caso de una alimentación desnaturalizada, durante el embarazo y lactancia (aportes de vitamina A, B6, D, C y ácido fólico), durante el crecimiento (vitaminas del grupo B, C, D, A y calcio, magnesio y hierro) y en la vejez (vitaminas A, C, del grupo B y vitamina D).
Y también en caso de situaciones estresantes, a las que conviene prestar más atención si nos interesa cuidar la salud (vitaminas C, E y del grupo B).
La coenzima Q-10 es una enzima cada vez más conocida porque, además de ser muy amiga de la piel y la dentadura, recarga de energía para todo el día a todas las personas mayores de 45-50 años, que es cuando el organismo deja de producirla de forma natural.
Nutracéuticos
En la década de 1990, los llamados “nutracéuticos” hicieron fortuna en EE.UU. El nombre se refiere a todos aquellos alimentos con algún efecto específico beneficioso para la salud, como por ejemplo el resveratrol de la uva negra (ideal para el corazón y para un buen metabolismo de las calorías), algunas verduras crucíferas como el brécol (Brassica oleácea, un anticancerígeno), o las isoflavonas de soja (para la menopausia y también en caso de déficit hormonal). Muchos extractos botánicos y herbales, como el ginseng o el aceite de ajo se han desarrollado como nutracéuticos. A efectos prácticos se trata también de suplementos.
De los estímulos para la mente a los afrodisíacos naturales
Las posibilidades de las plantas como suplemento dietético son realmente enor- mes, aunque a veces se perciba sólo un uso más o menos recreativo, como afrodisíacos o como estimulantes: Ginseng siberiano (Eleutherococcus senticosus), Yerba mate (Ilex paraguariensis), Yohimbé (Corynanthe yohimbi), Zarzaparrilla (Smilax regelii), Maca (Lepidium neyenii). Y también dos setas: shiitake (Lentinus edodes) y reishi (Ganoderma lucidum), con portentosos efectos medicinales y antienvejecimiento.
Reishi, príncipe de los adaptógenos
El reishi suele ser un ingrediente muy importante en las formulas herbales tradicionales chinas para casos de fatiga crónica y siempre que necesitemos aumentar el sistema inmunológico. Su acción antioxidante (es rico polisacáridos y germanio) lo convierten un buen aliado en la lucha contra el envejecimiento y los radicales libres. Es útil en caso de múltiples trastornos, desde
alergias, estrés y ansiedad hasta diabetes y mejora del flujo sanguíneo. También es rico en calcio y se usa en inflamaciones, como antialérgico y posee efectos antitumorales.
Fórmula personal
Uno de los defensores más conocidos de reishi es el escritor Fernando SánchezDragó: a sus 75 años fue padre por cuarta vez, lleva varios bypass de corazón y mantiene una notable actividad. No todos los 70 compuestos que forman parte de su “elixir de la eterna juventud” son de origen natural, pero asegura que le funcionan muy bien. Entre ellos están: polvo de caparazón de cangrejo, un yogur, una cucharada de polen, otra de lecitina de soja, ginseng rojo, jalea real fresca, multivitamínico reforzado con antioxidantes (como la astaxantina, un carotenoide), espirulina, aceite de onagra, dos dientes de ajo, una cucharada de sirope de arce, una pastilla de selenio y una cápsula de coenzima Q10, tres cápsulas de “uña de gato” (Uncaria tormentosa), otras tres de ginkgo biloba, equinácea (Echinacea purpurea), palmeto (Serenoa repens) para la próstata, cordyceps del Tíbet, productos nutracéuticos, melatonina, resveratrol… Sánchez-Dragó comenzó a elegir los ingredientes de su “fórmula” en la década de 1980; y la va «perfeccionando» con los años, al seleccionar los pequeños y grandes descubrimientos en sus viajes por todo el mundo. El más destacado de sus hallazgos es el reishi y la enzima superóxido dismutasa (SOD), sobre la que existe un gran interés científico.