Menú para un día de alimentación ligera

Al despertar:

Tomaremos una infusión, que puede ser de romero, manzanilla, hinojo, ginseng o té verde.

Desayuno:

Un muesli de grano fresco, hecho de cereales diferentes cada día, además de frutas y frutos secos (nueces y avellanas).

A media mañana:

Descanso alimenticio de cinco horas de duración. Beba infusiones de tila, malva, hierbabuena, ortiga, tomillo, salvia, hojas de mora o fresa; o bien agua mineral.

Almuerzo:

Un plato de alimentos frescos, que tendrá ensaladas diferentes cada día, con hortaliza de raíz. tubérculo o tallo, fruta del tiempo y cereales germinados.

Merienda:

Descanso alimenticio de cinco horas. Beba infusiones de escaramujo, piel de manzana, azahar, o infusiones mezcladas.

Cena:

Un plato de alimentos frescos, al igual que en la comida, o macedonia he- cha con fruta del tiempo, fruta de baya y frutos secos (nueces y avellanas).

Al acostarse:

¡Descanso alimenticio! Beba infusiones: melisa, azahar, anís, comino, manzanilla, ortiga; o bien agua mineral. Durante la noche realizamos un beneficioso ayuno nocturno de diez a doce horas de duración. El conjunto de los alimentos que habremos consumido durante este día nos aportan unas 800 calorías. Si nos quedamos con una sensación molesta de hambre, podemos complementar el plato de alimentos frescos con patatas hervidas sin pelar o con arroz integral. Sólo en el caso de que el hambre no se pueda eliminar bebiendo, tomaremos también:

A media mañana, una pieza de fruta (pera, naranja, manzana, plátano), 1 copa de bayas (fresas, grosellas), 1 mano llena de fruta de hueso (ciruelas, cerezas).

Por la tarde, una manzana y frutos secos: por ejemplo, 10 avellanas, 2-3 nueces, 6 almendras o cacahuetes.