Cocina vegetariana Extra (Connecor)
10 super suplementos adaptógenos
A partir de 1958, el Dr. Brekhman y sus colaboradores presentaron el concepto de remedios adaptógenos, hasta entonces reservado a los atletas olímpicos de la URSS, y de la Europa del Este, que disfrutaban en exclusiva de sus propiedades: “nutrientes y sustancias que sirven para incrementar la resistencia no específica frente a influencias externas”, sobrepasando el concepto clásico de “plantas tonificantes” vigente hasta entonces. Hoy en día se ha podido comprobar que inciden muy favorablemente en el sistema inmunitario, lo cual ha popularizado estas sustancias.
La sustancia adaptógena más conocida es la equinácea (Echinacea purpurea). Hasta ahora se sabe que poseen un poder adaptógeno unas veinte plantas más, alguna de ella procedente de la medicina tradicional ayurvédica de la India, junto a decenas de otras plantas, menos conocidas, pero no por ello menos eficaces.
2. Arándano negro (Vaccinium myrtillius)
3. Eleuterococo (Eleutherococcus senticosus). El ginseng siberiano
4. Esquizandra (Schizandra chinensis). Wuweizi
5. Ginkgo (Ginkgo biloba)
6. Ginseng (Panx ginseng)
7. Gotu kola (Centella asiatica)
8. Maca (Lepidium peruvianum). El ginseng del Perú
9. Regaliz (Glycyrrhiza glabra)
10. Suma (Pfaffia paniculata). El ginseng del Amazonas Una de las propiedades de los adaptógenos que más maravillan a los científicos es que estas plantas parecen “saber” dónde acudir en cada caso. Y lo hacen, dirigiéndose y actuando en la zona del organismo que más lo necesita.
Poseen un amplio abanico de acciones físicas, químicas y bioquímicas, junto a un efecto normalizador general de la salud, mejorando todo tipo de condiciones sin empeorar ninguna. Son capaces tanto de “adaptar” el organismo como de “adaptarse” ellos mismos a la situación, es decir, poseen un “efecto bidireccional”, capaz de ejercer muy a menudo una acción o la contraria según sean nuestras necesidades en un determinado momento. Por eso sorprenden tanto a los científicos. Y por supuesto, pueden actuar como un antibiótico sin ninguno de sus inconvenientes secundarios, como es el caso de la equinácea frente a la gripe.